Aproximadamente 20 millones de personas trabajan en el sector público a nivel estatal y local de EEUU. Los gobiernos estatales y locales eliminaron 627.000 empleos en los tres años posteriores a la Gran Recesión de 2009. Aún así el “agujero” de los estados puede alcanzar los 500.000 millones de dólares en los próximos 2 años.
El líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, señaló el miércoles que está a favor de permitir que los estados que enfrentan una elevada carga derivada de las pensiones de los empleados públicos en un momento en que se redoblan los esfuerzos para limitar las consecuencias económicas de la pandemia se declaren en quiebra en lugar de darles un rescate federal.
“Ciertamente estaría a favor de permitir que los estados usen la ruta de la quiebra”, afirmó el senador en respuesta a una pregunta en el programa de radio de Hugh Hewitt. “Esto ha salvado algunas ciudades”, recordó.
McConnell criticó veladamente los beneficios y concesiones que muchos gobiernos estatales han dado a los sindicatos que representan a sus funcionarios, especialmente en lo que a planes de pensiones se refiere. California, Illinois y Connecticut pueden incluirse entre estos estados.
“No habrá ningún deseo del lado republicano de rescatar las pensiones estatales tomando prestado dinero de las generaciones futuras”, señaló en un momento en que la deuda nacional en EEUU se acerca ya casi a los 25 billones de dólares y los estímulos aprobados hasta la fecha para enfrentar el virus acumulan ya cerca de un 14% del PIB.
Sus declaraciones se oponen a las de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata, Nancy Pelosi, quien dijo el miércoles en Bloomberg Television que un “paquete importante” de ayuda para los gobiernos estatales y locales formará parte de la próxima oleada de estímulos que baraje el Congreso.
¿Rescatar con deuda las pensiones de los trabajadores públicos?
Aproximadamente 20 millones de personas trabajan en el sector público a nivel estatal y local, lo que supera con creces el número de empleados en la industria minorista, una de las más afectadas por la pandemia. La última vez que el sector público enfrentó recortes presupuestarios pronunciados fue durante la Gran Recesión hace una década. Los gobiernos estatales y locales eliminaron 627.000 empleos en los tres años posteriores a la crisis financiera, según el Instituto de Política Económica.
Según el Centro de Presupuesto y Prioridades de Política, los gobiernos municipales y estatales se enfrentan a mayores gastos en atención médica y otros servicios para combatir la enfermedad al mismo tiempo que sus ingresos se desploman a medida que los estadounidenses continúan confinados en sus casas y las empresas permanecen cerradas. Este think tank cifra en 500.000 millones de dólares “el agujero” para los estados en los próximos dos años.
Los expertos están preocupados de que la situación actual será mucho más grave que la registrada tras la crisis financiera. Corregir los desvíos podría requerir una asombrosa infusión de efectivo, que el propio sindicato que representa a los trabajadores del sector público reconoce es elevada. La Federación Estadounidense de Empleados Estatales, del Condado y Municipales cifran en al menos 700.000 millones de dólares la cantidad que sería necesaria para evitar una posible hecatombe.