Estupor por el rechazo del Consell de Mallorca a investigar el papel de los servicios sociales en la explotación sexual de menores tuteladas. Varias niñas se siguen vendiendo en la calle.
Lucía tiene 14 años y ha sido víctima de abuso sexual en al menos dos ocasiones. La primera ocurrió al poco de ser tutelada por los servicios sociales de Mallorca, que la apartaron de su madre y la internaron en un centro de acogida para velar por su “interés superior”. Tenía entonces 12 años. Un chico dos años mayor, también tutelado, la llevó fuera del centro de acogida y la penetró con los dedos a la fuerza, según concluyó un médico forense. El segundo abuso se produjo hace solo dos meses, con la niña ya residiendo en un piso tutelado. Esta vez sí se consumó la violación, al menos presuntamente, pues el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), tutor legal de Lucía, no ha facilitado ninguna información a la madre, que se tuvo que enterar de que su hija había sido agredida sexualmente por terceras personas. Luego la niña se lo confirmó. Lucía padece un retraso madurativo diagnosticado y déficit de atención.
“Se llevaron a una niña que iba a la escuela, que no decía una sola palabrota ni insultaba, y me van a devolver a una adolescente desgraciada de por vida, destrozada en el tema sexual. La semana pasada me pidió que si la podía bañar, y al lavarle sus partes íntimas me dijo que tuviera cuidado, que desde que le hicieron eso le duele un hueso. Es terrible”, cuenta Emilia Gallardo, madre de la menor. Nadie en el IMAS ha sido capaz de darle detalles sobre este presunto delito. La madre ya ha interpuesto una denuncia penal contra los servicios sociales.
El gobierno no atiende a las familias que denuncian
“Ella me lo cuenta todo. Me dijo que la llevaron a urgencias, le dieron la pastilla del día después y ahí quedó todo. Le podían haber transmitido una enfermedad de transmisión sexual”. El IMAS no da detalles porque posiblemente no los tiene. Lucía, como tantas otras menores tuteladas en Mallorca, se escapa con frecuencia. “Se ha escapado al menos siete veces y nadie sabe adónde va. Desaparece a mediodía y no aparece hasta el día siguiente. Me llaman y me dicen que se ha ido y se quedan tan anchos, y yo toda la noche sin dormir asustada. La educadora social a cargo del piso me responde que no puede estar pendiente toda la noche. Alguna vez he ido a las 3 de la mañana a ver qué pasaba y me la encuentro con el pijama y bostezando”.
Gallardo fue una de las primeras madres en advertir de que en el barrio de Corea, uno de los más degradados de Palma, pasaban cosas extrañas con niñas menores de edad que no deberían estar ahí. No se equivocaba. Fue en un piso de ese barrio donde estalló el escándalo de explotación sexual de menores tuteladas por la administración balear. A principios de enero, una niña de 13 años denunció agresiones sexuales por parte de seis adolescentes ocurrida en Nochebuena. Esa denuncia ayudó a desvelar que la prostitución de menores tuteladas está “totalmente extendida” en la isla, llegando a la “totalidad” de las niñas en algunos centros de acogida, según desveló ‘Diario de Mallorca’. Ese mismo diario ha confirmado, a través de agentes de policía y educadores, que los episodios de prostitución infantil se siguen produciendo con pasmosa normalidad.
La izquierda impide cualquier investigación
Por eso, la negativa del Consell de Mallorca, órgano de gobierno local de la isla, a crear una comisión de investigación para exigir responsabilidades y auditar a los servicios sociales, un rechazo que se votó este jueves, ha causado estupor e indignación entre las familias afectadas y varios profesionales. Nadie entiende que el tripartido formado por el Partido Socialista de las Islas Baleares (PSIB), Unidas Podemos y MES per Mallorca se niegue a levantar una alfombra que lleva demasiados años ocultando uno de los mayores horrores en materia social de la historia reciente de España. El Consell sí ha aprobado la creación de una comisión de expertos para “evaluar” las actuaciones del IMAS.
Esta actitud sigue la línea del gobierno de las Islas Baleares, que tras estallar el escándalo insistió en gestionar el asunto internamente, sin dimisiones políticas ni demasiada autocrítica. Por eso la decisión del Consell indigna pero no sorprende a los afectados.
“Al Consell no le interesa investigar al IMAS porque sería un escándalo al nivel de los niños robados” del franquismo, afirma Joana Molinas, que vivió en un centro de acogida en los años 90 y asegura que los episodios de abusos sexuales y descontrol de los servicios sociales en Mallorca se remontan a hace 30 años. “Yo me escapaba cuando quería y en una de las escapadas, después de tres días en la calle, acabararon violándome. Los niños tutelados no pasan hambre, ni les faltará una prenda, pero no tienen ningún tipo de control en sus salidas, mezclan abusadores con abusados, y si se escapan acaban en la calle semanas, incluso meses sin que se dé la voz de alarma”.
El gobierno junta abusadores con abusadas
Molinas, hoy presidenta de la Agrupación Ciudadana contra la Expotación Sexual (Accesi), recuerda vivamente una de las experiencias más traumáticas de su vida, los abusos de uno de los educadores de su centro de acogida, de nombre Antonio. “Fue en 1993. Nos realizaba tocamientos. Yo le amenacé con materlo si me volvía a poner la mano encima, pero de mi compañera abusó todo el tiempo que estuvo interna. Con ella mantenía relaciones sexuales completas”.
Molinas subraya que los abusos y negligencias por parte del personal de los servicios sociales se ha mantenido en el tiempo. “Ha habido cinco despidos, cuatro mujeres y un hombre, educadores de centros tutelados, en los últimos cuatro años”. El IMAS no ofrece ningún tipo de información al respecto.
Buscan a sus familias, luego se prostituyen
Una educadora social con 15 años de experiencia en el IMAS y que ha estado a cargo de menores durante años explica cómo una niña (o un niño) pasa de ser un menor asustado y desorientado en los primeros días de internamiento a ser un delincuente, una víctima de abuso sexual, o ambas cosas a la vez. “Al principio, cuando escapan, lo primero que hacen es ir con la familia, por muy mala que esta sea. Y la familia, como sabe el riesgo que corren sus hijos en la calle y que los van a culpar a ellos si no avisan al centro, los devuelven a la institución. El niño, después de varias idas y venidas, deja de buscar a su familia cuando escapa y se queda en la calle. Está dolido porque se siente rechazado por su familia, está emocionalmente destrozado, y es ahí cuando se convierte en una presa fácil para depredadores”.
Esta educadora confirma el descontrol absoluto. “Los niños se escapan en cuanto la policía los deja en el centro, abren una ventana y están fuera antes de que la patrulla regrese a su base, no hay métodos para retenerlos”. Y explica: “Los menores no se prostituyen tal como lo entendemos, sino por un par de zapatos, o por un paquete de tabaco, hasta por una cocacola. Sienten que esas personas les está dando el afecto que ellos quieren. Les pagan por sexo, pero en su mentalidad y en su poca contención emocional, tener sexo es lo que ellas creen que deben hacer. Esa niña violada [en referencia a la víctima de 13 años que desencadenó el escándalo] fue primero rechazada por su familia biológica, luego adoptada y finalmente devuelta por su familia de adopción, como el que compra un perro en Navidad y lo abandona. Imagina cómo estará esa niña. Ahora la mandarán a la península desarraigándola de todo. Lo único que hacen los servicios sociales es tirar la pelota fuera de su tejado”.
Infancias robadas
Desde la asociación Infancias Robadas son bastante pesimistas respecto a la comisión de expertos aprobada por el tripartido del Consell de Mallorca. “Siguen con la misma opacidad a pesar de todo. Nadie sabe cuánto dinero gastan, cuántos niños hay en tutela, cuánto se invierte en ellos. La última memoria es del año 2015. Hemos solicitado al consell formar parte de la comisión como asociación externa, pero ni nos han respondido. Al final lo que harán es taparse unos a otros”.
Fabiola Azagra, presidenta de la asociación Infancia y Derecho, confirma la sospecha: “No se investigará porque no les interesa que se investigue nada. El oscurantismo es total, y ahora no les ha quedado más remedio que nombrar esa comisión que no servirá para nada. Buscarán más dinero en el presupuesto para contratar a más personal y más medios para ellos, los funcionarios, no para los niños, y ahí quedará todo”.
La presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera (PSIB) anunció la inversión de 1,5 millones en la contratación de más educadores, psicólogos, monitorización de las menores en riesgo y la creación del centro especial para víctimas de explotación sexual. La oposición la acusó de querer “tapar las negligencias en el IMAS con humo”.
El IMAS paga las nóminas con el FLA y después se desentiende
“El problema del IMAS es que no hay reciclaje del personal de más edad. Se intenta cambiar algunas cosas desde la administración, pero las cabezas visibles son técnicos muy mayores con mentalidades arcaicas, que no se han reciclado jamás y no entienden cómo ha cambiado la sociedad”, indica la educadora social consultada.
La presidenta de Infancia y Derecho acusa a los trabajadores sociales de manipular emocionalmente a los menores tutelados para desarraigarlos de sus familias, un factor añadido que ayuda a entender el por qué de esta red masiva de niñas prostituidas en las calles. “Se les dice a los niños que sus padres no les quieren y que por eso les han abandonado, que están solos, y estos niños buscan un apoyo en el que agarrarse. A esas edades no les interesa el dinero, sueñan con tener wifi, con ropa, teléfonos móviles, y como no tienen un proyecto vital, porque en los centros de acogida no les enseñan a amar una profesión o tener un proyecto de futuro para ser alguien por ellos mismos, cuando llegan a los 18 años están muertos de miedo y lo único que quieren es juntarse con alguien que les quiera. Conozco casos de niñas que no se han prostituido porque tenían firmes vínculos con sus familias. Se escapaban para ver a su familia y estaban con ellos pese al riesgo para los padres. Pero si te dicen que tus padres no te quieren, que no existes, ¿esos niños dónde se van a agarrar?. Si se venden por unos zapatos con 13 años, qué más prueba necesitan los políticos para ver qué existe un problema muy grave”.
Del IMAS a la exclusión social con alcohol y drogas
Azagra conoce de primera mano esta realidad. El IMAS le retiró la tutela de sus dos hijos varios años atrás por mala conducta de los menores. Uno de ellos, cuando salió del centro, acumulaba un amplio historial delictivo y tuvo que ser atendido por Proyecto Hombre. Llegó a pasar seis meses tirado en la calle estando tutelado por la administración. “Una cosa es que se produzca un caso aislado, y otra es que haya toda una organización que favorece que los niños estén desarraigados y vivan en centros o en familias de acogida sin ningún control”, protesta Azagra. Se calcula que en España hay más de 50.000 niños tutelados por las distintas comunidades autónomas.