KPMG advierte: “Los datos son fundamentalmente del periodo previo a la pandemia”.
Los datos arrojados por la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este martes por el INE no han convencido ni a la patronal ni a los sindicatos sobre lo que es una foto fidedigna de la actual coyuntura del mercado laboral español. Aunque sí que se recoge un ligero incremento de la tasa de paro al 14,4% y una destrucción de casi 300.000 empleos en los tres primeros meses del año respecto a 2019, la cifra de la semana de referencia que habla de un incremento de más de 500.000 personas que no se han visto empleadas en dicho periodo hace asomar la punta del iceberg del impacto real de la crisis sanitaria en el tejido productivo español.
De hecho, tanto la patronal como los sindicatos coinciden en su análisis sobre las cifras de que no reflejan la realidad del mercado laboral ni la gravedad de la situación en términos de caída de la ocupación e incremento del paro en las últimas semanas. “Esta EPA no refleja ni de lejos la situación del empleo en nuestro país. La encuesta está hecha con una parte muy pequeña de los efectos del COVID-19”,aseguraba este martes el secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, en una entrevista para Onda Cero donde aseguraba que “no tendremos datos claros hasta que las personas que están con suspensión temporal de contrato vuelvan a trabajar y que las empresas vuelvan a ponerse en marcha”.
Del mismo modo, el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, aseguraba que “estamos en una encuesta realizada los 3 últimos meses y no reflejan la situación real” y que por lo tanto “hay que esperar al mes de abril porque el dato y la situación será clave”.
En cuanto a la situación que se puede producir en los próximos meses una vez se vaya recuperando la actividad y se vayan extinguiendo los ERTEs que implican en este momento a más de 4 millones de trabajadores en España, Cuerva asegura que “el estado de alarma se levanta por real decreto, pero la situación de las empresas no” por lo que “extinguir el ERTE a fecha cierta, en este caso en el levantamiento del estado de alarma, es incongruente”.
“El ERTE no puede asociarse a una fecha cierta, sino a una situación de la empresa. Si no habremos adulterado una medida que flexibiliza mucho en situaciones complicadas el mercado del trabajo”, asegura al respecto el presidente de Cepyme.
Sobre este asunto, el secretario general de UGT asegura que “hay que ver cómo podemos flexibilizar los ERTEs para adaptarlos a la propia capacidad que tengan las empresas de reincorporar a los trabajadores”, aclarando que los ERTEs por fuerza mayor son una parte y otros son por razones organizativas. “Cuando desaparezca la fuerza mayor será la razón del COVID y tenemos que trabajar en un modelo de ERTE en el que pudiera incorporarse alguna desgravación porque el objetivo es salvar a las empresas, asegura demandando prolongar los ERTEs más allá del estado de alarma.
Los expertos ‘suspenden’ la EPA
En este sentido, no solo patronal y sindicatos coinciden en suspender por su contenido poco fidedigno los datos de la EPA publicada este martes, sino que los expertos también asumen una realidad mucho más oscura para el mercado laboral. “Los datos correspondientes a la EPA del primer trimestre aún no reflejan las consecuencias reales del COVID-19 en el mercado de trabajo en España, fundamentalmente porque se refiere a un período en el que mayoritariamente no se había declarado la pandemia, teniendo en cuenta que el inicio oficial de la misma fue el 14 de marzo, por lo que no se habían aplicado las medidas laborales actuales, especialmente los ERTEs”, explica el director en el área de Laboral de KPMG Abogados, Jordi García Viña.
En relación con las diferencias con el aumento de 302.265 nuevos parados de marzo, hay que recordar que los datos no son comparables y, además, si los resultados de las EPAs siempre son cuestionables “creo que esta aún lo es más ya que la tasa de paro es prácticamente la misma que el trimestre anterior, 14,1% frente a 13,7%, cuando en el mes de marzo se han resuelto muchos contratos temporales, y tampoco creo que las personas afectadas por los ERTEs, que no son desempleados a los efectos del SEPE estén incluidos en el capítulo de desocupados de la EPA”, aclara Jordi García Viña.
Así, el director en el área de Laboral de KPMG apunta que a la espera de los datos del segundo trimestre, que sí será un fiel reflejo de estos efectos, “es fundamental que las empresas se adelanten, analicen su situación y la del entorno que les rodea y con los medios que tienen a su alcance, especialmente las medidas de flexibilidad laboral tomen decisiones a medio y largo plazo, que les permitan mantener su competitividad y apostar por el empleo”.
Para Javier Blasco, director del Adecco Group Institute “los datos de la EPA de hoy, dentro de lo negativos que son, no recogen la realidad actual del empleo en España, pero eso ya lo sabíamos, porque recoge en sus 5/6 partes (5 primeras quincenas de las 6 que analiza) un escenario sin los efectos del confinamiento y el parón en la producción y el consumo. De hecho, suele ser un trimestre de malos datos por la finalización de los periodos navideño y de rebajas”.
“Las cifras reales hablan de una economía en clara recesión, que está tratando de evitar la depresión, y de una enorme pérdida de empleo, que desgraciadamente y dependiendo de los sectores, se va a prolongar varios años. Tenemos que pensar que, si sumamos a los actuales 3,7 millones de parados oficiales a finales de abril que trabajan por cuenta ajena (datos del SEPE), los 1,2 millones de autónomos que han solicitado la prestación por cese de actividad, y los 4 millones de trabajadores de empresas privadas que están cobrando prestaciones por desempleo por están incursos en ERTEs, hablamos del entorno de 9 millones de parados. Esto supone una tasa de desempleo del 35-40%, lo que puede lastrar mucho nuestra recuperación no sólo porque los empleadores no tienen actividad y no pueden seguir manteniendo y creando empleo, sino porque las personas y familias consumen menos, y en el entorno internacional también ocurre igual, lo que retroalimenta la salida de la crisis en sentido negativo”, aventura Blasco.
Sobre los sectores más afectados por esta situación, Blasco también señala que “las mayores caídas se han producido en restauración y alojamiento, con una incidencia de casi el 90% ahora y de un -58% previsiblemente en todo el 2º trimestre, y que al final de año podrá estar en torno al -20%. En segundo lugar, el resto del sector servicios, que en el 2º trimestre registrará una caída del 30% y hasta comienzos de 2021 no alcanzará el nivel base (0%). La industria y construcción tendrán caídas en el próximo trimestre en torno al 16-17%, y que al final de 2020 aún estarán al -5%. Los sectores y perfiles menos afectados han estado en la Sanidad, agricultura y pesca, comercio electrónico, parte de la distribución y transporte, telecomunicaciones, energía, y servicios legales y de asesoramiento”.