Un estudio preliminar sugiere “la aparición de una forma más transmisible” del SARS-CoV-2 debido a una mutación.
El virus SARS-CoV-2 de los primeros días de la pandemia no es el mismo que el que tenemos ahora a nivel global, indica un nuevo estudio preliminar publicado por el Laboratorio Nacional de Los Alamos. En algún momento de febrero, en Europa una nueva mutación apareció y se extendió rápidamente, y en principio es la mutación que se expandió al resto del mundo. De ser ciertos los datos de este estudio preliminar, esto puede dificultar el desarrollo de una vacuna, aunque como explicaremos a continuación la reacción de la comunidad científica ante este estudio ha sido mixta y han surgido algunas críticas.
Antes de nada, aclarar que es un estudio preliminar
El estudio que hoy nos ocupa es un estudio preliminar publicado en bioRxiv en el que científicos del Laboratorio Nacional de Los Alamos aseguran haber analizado más de 6.000 secuencias del coronavirus recopiladas por Global Initiative for Sharing All Influenza Data. Hay que tener en cuenta que en bioRxiv no se publican estudios definitivos, sino que estos deben aún ser revisados para verificar su veracidad. Es decir, publicar un paper conlleva tiempo ya que debe pasar un riguroso proceso de revisión para comprobar que se ha seguido el método científico. Este estudio preliminar sin embargo no ha pasado el peer review aún, por lo que no puede considerarse algo “definitivo”.
¿Por qué se hace esto? Es una tendencia que se ha visto incrementada los últimos meses. En repositorios de preprint como bioRxiv en cierto modo se agiliza el proceso, permitiendo a la comunidad científica revisar por sí mismos estudios preliminares antes de que pasen a su revisión por pares, donde se verifica su rigurosidad. La finalidad es poner a disposición de la comunidad una información para que otros expertos ayuden a dar la mejor versión del estudio en el momento de mandarlo al peer review. Esto implica que tenemos que ser prudentes con este tipo de estudios preliminares y sus conclusiones.
Una mutación que ha predominado sobre la anterior
El análisis del Laboratorio Nacional de Los Alamos identificó un total de 14 mutaciones de SARS-CoV-2 (nombre técnico que recibe el coronavirus) entre los casi 30.000 bases partes del ARN del genoma del virus. Las mutaciones en cierto modo son normales: un virus muta continuamente y diferencias genéticas no tienen por qué significar comportamiento y funcionamiento distinto siempre. En este caso, los investigadores se fijaron en una mutación concreta llamada D614G, que se da en la proteina Spike (S) y es la responsable del cambio en las puntas/picos del virus.
La conclusión que extraen los investigadores es que la nueva mutación, que parece haberse originado en Europa, ha conseguido dominar frente al coronavirus original que surgió de Wuhan en China. La cepa proveniente de Europa es la que parece haberse distribuido más a nivel global. Indican que en cuestión de semanas ha sido la mutación dominante en algunas regiones donde ha llegado. Basándose en ello, aseguran que es más infecciosa que la original. Esto es algo que algunos expertos escépticos de este estudio han criticado, como veremos más adelante, asegurando que se pueden dar otros factores externos como simplemente el comportamiento social y las medidas tomadas para frenar la expansión del coronavirus.
Aun así, no es el primer estudio preprint que habla de dos cepas. En marzo otra investigación apuntaba la posibilidad de que existan cepas mutadas distintas entre ellas.
Sea como sea, el estudio no ve que la nueva cepa sea más letal que la original, que ya de por sí deja secuelas. En una muestra de 447 pacientes que se hizo las tasas de hospitalización fueron aproximadamente las mismas en las dos versiones del virus.
El escepticismo alrededor del estudio
El principal problema de este estudio preliminar es que el Laboratorio de Los Alamos no ha tenido forma de demostrar si el mayor contagio se debe concretamente debido al cambio en el genoma del virus o por factores externos. En declaraciones a Gizmodo, el epidemiologista Bill Hanages de la Universidad de Harvard comentaba lo siguiente:
“La gran mayoría de los aislamientos secuenciados ahora descienden del brote europeo, que se ha extendido más ampliamente que el chino. Eso podría ser porque es más transmisible, pero también podría ser porque las intervenciones relativamente tardías permitieron que se extendiera más.”
Por otro lado David O’Connor, virólogo de la Universidad de Wisconsin, avisaba en The Washington Post de que los datos recogidos por la investigación del Laboratorio de Alamos no son datos recogidos al azar, sino que provienen en su mayoría de Europa y América del Norte, y hay que tomarlos por tanto con precaución. Es decir, hay una sobrerepresentación con respecto a otras regiones donde la pandemia ha llegado.
Finalmente, el Laboratorio autor del estudio explica en el preprint el propósito que tienen con ello:
“…nuestra intención es complementar lo que proporcionan [los datos de Global Initiative for Sharing All Influenza Data] con visualizaciones y datos resumidos específicamente destinados a apoyar a las comunidades de inmunología y vacunas, y alertar a la comunidad en general sobre los cambios en la frecuencia de mutaciones que podrían indicar selección positiva y un cambio en el fenotipo viral o la antigenicidad.”
Semanas atrás los primeros resultados parecían indicar que el virus es estable y no muta tan fácilmente como lo hace por ejemplo la gripe, que requiere de una nueva vacuna cada año (queda en todo caso la incógnita). Este nuevo estudio preliminar, si se confirma tras su revisión, podría cambiar la idea inicial que se tenía. Algo especialmente importante a tener en cuenta para desarrollar una vacuna. En cualquier caso, insistimos, de momento no hay nada definitivo.