La manifestación ultrafeminista del 8M multiplicó los contagios en España. Ahora el gobierno quiere enmendarse en carne ajena prohibiendo las rebajas “por las aglomeraciones”. Pero no empleó ese criterio cuando se trató de su propaganda ideológica. Por eso ahora el motivo tampoco es la salud pública, sino seguir el ideario ultracomunista de arrasar con el comercio y todo lo que huela a mercado, para finalmente comprar votos con subsidios cuando el desempleo alcance cifras estratosféricas.
El Ministerio de Sanidad no permite que los comercios realicen ofertas o rebajas en las tiendas físicas y así evitar las posibles aglomeraciones y que aumenten de esta manera el riesgo de contagio por coronavirus.
En estos momentos, el comercio de proximidad que está en la fase que puede abrir sus puertas al público, está trabajando a través de la recepción de los clientes en sus comercios con cita previa. La cuestión es porque no se puede seguir el mismo mecanismo pero potenciando el consumo de los ciudadanos través de la rebajas.
El pequeño comercio es el que sufre más con la prohibición de las rebajas en las tiendas físicas
Durante los últimos días se ha confirmado la prohibición que las empresas con tiendas físicas realicen rebajas. Es decir, la letra pequeña del Boletín Oficial del Estado (BOE) siempre acaba teniendo más controversia que los grandes anuncios realizados por el Gobierno.
En la segunda disposición adicional publicada en el BOE de las medidas de desconfinamiento por fases, el Gobierno establece una prohibición de realizar rebajas en los comercios que tengas tiendas físicas, y el motivo es para evitar que se produzca aglomeraciones innecesarias.
Esta limitación no afectará a las ventas en rebajas ni tampoco ventas en oferta o promoción que se realice a través de la páginas webs de los comercios, es decir, que los comercios pueden realizar rebajas a través de Internet, pero en sus tiendas físicas no pueden realizarlas.
Por tanto, esta prohibición supone un duro golpe al maltrecho bolsillo de muchos pequeños comercios, que tras más 2 meses con las tiendas cerradas y sus productos en el almacén, pretendían remontar el vuelo a través de la venta de parte de esos productos, aplicando descuentos, y así incentivar a los clientes que fueran a sus tiendas.
El pequeño comercio no digital tiene un futuro incierto
Los comerciantes estaban esperando vender sus productos amontonados en los almacenes durante estos meses de inactividad a través de las rebajas, aunque las rebajas de verano empiezan en julio.
Este tipo de descuentos a mitad de la temporada son más que habituales, ya que permiten dar salida a productos y, sin embargo, este tipo de descuentos sólo se podrán realizar por Internet. Afectando directamente al pequeño comercio tradicional que su desarrollo tecnológico es mínimo.
Es decir, este medida afecta a los pequeños comercios que no tienen presencia en las redes sociales, no tienen página web, etc. y que son los grandes castigados, ya que están formados por familias o como mucho por algún empleado.
Muchos de estos negocios son autónomos que durante el periodo de inactividad han solicitado el cese de actividad para poder sobrevivir, y ahora que pueden abrir sus puertas no pueden dar salida a todos los productos que tienen en sus estanterías.
Claramente esta medida ha encendido a la red de pequeños comercios, que ya esperaban unas perdidas de más de 25 mil millones de euros y miles de empleos perdidos por los efectos negativos del coronavirus.
Por tanto, el tan castigado comercio de proximidad, tendrá que jugar en nuevo escenario y tendrá una dura competencia entre aquellos comercios que tienen tiendas físicas y aquellos comercios que tengan tiendas físicas y presencia digital, a parte, de los conocidos comercios online, que los han estado castigando durante los últimos años.
Estos meses de confinamiento los españoles ha disparado sus compras a través del comercio online, lo que beneficiado a los grandes comercios de Internet como Amazon o Alibaba, mientras que los comercios con tiendas físicas no han hecho caja durante más de 2 meses.
Señores, ¡esto puede ser el fin del comercio de proximidad!
El pequeño comercio ha planteado, ante esta prohibición, que el periodo de rebajas se retrase hasta el mes de agosto. De esta manera, los comercios tendrían garantizados algo de tiempo para llegar al periodo de rebajas.
Este desplazamiento del periodo de rebajas ya se ha previsto por otros países, como es el caso de Italia, que ha retrasado este periodo hasta el primer día del mes de Agosto.
No es la primera vez que el comercio de barrio propone modificar el calendario de rebajas, ya que ha sido muy castigado por las ofertas del ‘Black Friday’ o el ‘Cyber Monday’.
El comercio tradicional ha sufrido durante años una guerra de precios en la que ha reducido mucho sus ingresos y muchos de estos comercios han tenido que cerrar sus puertas, por tanto, esta medida va ayudar a que más comercios de proximidad tengan que cerrar sus persianas.
Hasta el 2012 el periodo de rebajas se realizaba en un periodo en concreto, pero el Gobierno del PP levantó esta limitación para que poder estimular la demanda en tiempo de crisis económica, pero nunca se ha llegado a prohibir las rebajas.