Las ventas de vehículos usados se situaron en 17.667 unidades en el mes de abril, lo que supone un descenso del 90% en comparación con el mismo mes de 2019.
Tal como ha indicado Ganvam, estos datos se deben al impacto de la crisis del coronavirus y del confinamiento de la población sobre el mercado de automóviles usados. En lo que va de año, las entregas de coches de segunda mano acumulan una caída del 25,5%, con 530.638 unidades.
“Las ventas registradas durante el confinamiento son operaciones cerradas con anterioridad y cuya transferencia se ha tramitado más tarde, vehículos importados y, en menor medida, ventas ‘online’. La cuestión es que mientras no esté controlada la pandemia y se puedan ampliar las restricciones de circulación, la actividad económica no va a crecer”, ha lamentado el presidente de Ganvam, Raúl Palacios.
En el análisis por edades, las cifras muestran que las ventas de usados procedentes de flotas comienzan a perder la inercia que las empujaba en los meses anteriores, como consecuencia, en abril sus ventas se desplomaron un 84,5%, hasta 2.337 unidades.
Así, los vehículos de entre tres y cinco años, que venían registrando crecimientos de dos dígitos, invirtieron su tendencia el mes pasado y acumulan un descenso del 9% hasta abril, con un total de 53.574 unidades.
En el extremo opuesto, las operaciones con usados de más de diez años fueron las que más cayeron, con un retroceso del 30,3% en el primer cuatrimestre. Aunque siguen representando el 54% del mercado, perdieron cuatro puntos con respecto al mismo periodo del año anterior. Solo en el mes de abril, cayeron un 90%, con un total de 9.657 unidades.
Por motorizaciones, los modelos de diésel fueron los que más cayeron, con un 29,5% menos en el primer cuatrimestre, hasta 315.677 unidades. Por su parte, los de gasolina descendieron un 20,7%, con 203.459 unidades.
En el caso de las tecnologías alternativas, las ventas de usados eléctricos crecieron un 41,8%, aunque apenas representan el 0,2% del mercado, con 1.096 unidades.
Ante esta situación, la asociación prevé que el mercado de vehículos de ocasión cierre el año con una caída cercana al 30%, lo que supone situarse en el entorno de los 1,5 millones de operaciones, volviendo a cifras de 2008, en plena crisis económica.
“Por mucho que abran los establecimientos, la reactivación del consumo dependerá del grado de movilidad que se le permita al ciudadano; y, por supuesto, de las medidas que se pongan en marcha para dotar de confianza a ese consumidor. Por eso, urge la puesta en marcha de planes de incentivo que también ayuden a las rentas más ajustadas”, ha reivindicado Palacios.