La agencia de calificación mantiene el rating de España porque cree que con el Mede y el BCE las instituciones europeas cubrirán el 59% de sus necesidades de financiación.
La agencia de calificación de solvencia Moody’s espera que el Gobierno de Pedro Sánchez acuda al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el fondo europeo de rescate, para cubrir el incremento de su deuda tras la crisis del coronavirus.
“Esperamos que España active la línea reforzada de crédito del MEDE para los gastos derivados del cornavirus junto a otros países y que será un receptor clave del fondo de seguro de desempleo de la UE (Sure)”, afirman los analistas de la agencia para justificar por qué mantienen por ahora la calificación de solvencia de España en Baa1, que es un aprobado alto.
La agencia suma a sus argumentos que el Banco Central Europeo adquirirá, según sus cálculos, 114.000 millones de deuda pública española, dentro del gigantesco programa de ayuda aprobado por la institución que preside Christine Lagarde el pasado mes para ayudar a los países más vulnerables del euro. “En general, las instituciones europeas podrían cubrir eficazmente alrededor del 59% de las necesidades brutas totales de endeudamiento de España“, estima Moody’s en un informe remitido a inversores de todo el mundo.
Según publicó este diario el pasado lunes, el Tesoro necesita colocar en el mercado unos 300.000 millones de deuda este año, un 50% más de lo previsto y un récord que le hace difícil evitar asistencia financiera europea.
El Gobierno mantiene por ahora oficialmente que “no contempla” acudir al Mede, cuya línea especial por el virus consistiría en préstamos de unos 25.000 millones en el caso de España y que abren la puerta a un rescate más amplio del BCE. El primer ministro italiano, Guiseppe Conte, desveló la semana pasada que Sánchez estaba interesado. Se trata en todo caso de una línea preventiva que no tendría oficialmente la condicionalidad de ajustes que tuvo el Mede en el pasado al ser la respuesta a una pandemia, pero implícitamente hará difícil al Gobierno que la solicite desviarse de las reglas presupuestarias del euro.
Sánchez está centrando por si acaso sus esfuerzos en otro fondo, uno futuro llamado de Recuperación, en el que no quiere que la ayuda sean préstamos, sino subvenciones para no incrementar más su deuda, pero está topando con resistencia de los países del Norte, incluidos los dirigidos por gobiernos de su familia socialista.
Según las estimaciones de Moody’s, la economía española caerá un 8% este año y apenas recuperará un 4,8% en 2021, por lo que la recuperación no tendrá forma de letra V. Prevé que el déficit público se hundirá al 7,6% del Producto Interior Bruto en 2020 y que tanto este año como el próximo, la deuda pública superará el 110% del PIB, frente al 95,5% de 2019.
Moody?s cree que el “deterioro presupuestario será temporal” y que “las condiciones de financiación continuarán siendo favorables”, pero señala que el programa de ayuda de anunciado por el Gobierno para ayudar a las empresas y a los trabajadores tiene un coste “aún incierto”. En todo caso, amenaza con bajar la calificación si el Gobierno procede a “una amplia derogación de reformas, particularmente la laboral y la de pensiones”.
Por el contrario, cree que podría mejorar la nota de España si la economía española se recupera al final “rápidamente” del coronavirus y el Gobierno emprende “una estrategia de consolidación [ajuste] presupuestaria para los próximos años que esté basada en medidas estructurales”. En particular, cree que el Gobierno debe centrar el foco en aumentar la competitividad de la economía ante el envejecimiento de la población.