Pablo Iglesias en las jornadas ‘Organizando la Resistencia’, celebradas en marzo del 2013 en la biblioteca María Moliner de la Universidad de Zaragoza, manifestaba lo siguiente:
Lo tengo claro. Al que hace política le tiene que interesar el poder. A los alemanes les interesaba poner un tren a Lenin para que desestabilizara a Rusia. A los iraníes les interesa que se difunda en américa latina y en España un discurso de izquierdas porque afecta a sus adversarios. ¿Lo aprovechamos o no lo aprovechamos?
Yo tengo la esperanza de que los poderes mediáticos latinoamericanos vinculados a gobiernos de izquierdas se tomen en serio intervenir en Europa.
Yo no he dejado de autoproclamarme comunista nunca. ¿Y cuando los comunistas han tenido éxito? En momentos de excepcionalidad. En momentos de crisis. Y estamos en momentos de excepcionalidad. No tiene que ver con establecer alianzas con nadie, sino con empujar las contradicciones que tienen los adversarios. Un discurso que aproveche de alguna manera esas grietas que aparecen en momentos de excepcionalidad como este.
La palabra democracia, mola. Por lo tanto, habrá que disputársela al enemigo cuando hagamos política.
La palabra dictadura no mola ni, aunque sea dictadura del proletariado. No mola nada. No hay manera de vender eso.
Estás disputando la democracia cuando dices si está gobernando la troika europea aquí no hay democracia, aquí lo que hay es efectivamente una dictadura.
Parar un desahucio es un acto de propaganda política. Como poner una bomba es disputar el significado de las cosas. Es decir, la democracia está aquí defendiendo esto. Si vienen unos bomberos y dicen nosotros no desahuciamos a la gente, estamos para proteger a la gente no para desahuciarla, es propaganda política.
Por eso es importante que en los desahucios de la PA haya cámaras de televisión.
La PA ha conseguido que a la mayor parte de la gente le parezca más importante el derecho al uso y disfrute de una vivienda que la propiedad sobre la misma.
Hay que ocupar todos los espacios. Hay que ir al equipo de fútbol, rugbi, controlar las asociaciones deportivas. Controlar el grupo de teatro haciendo un tipo de obras de crítica social que se relacionan con la práctica del movimiento. Hay que hacer música. Hay que hacer ciclos de cine. Y cuando haya una huelga, que la huelga sea de todos y no de los cuatro zumbados de la asamblea.