La UE prevé para España el mayor desajuste de la eurozona. AIReF cuestiona que el plan de estabilidad no incluyera la renta mínima. El saldo negativo de las cuentas públicas rebasará el previsto por la UE.
El déficit estructural español superará el 5% tanto este año (5,6%) como el próximo (5,2%), según las previsiones de la Comisión Europea, hechas públicas ayer por el Ejecutivo comunitario, lo que sitúa a nuestro país en la peor posición fiscal de toda la UE en 2021, sin poder escudarse el Gobierno en los efectos en las cuentas de la crisis vírica de este 2020, ya que los desajustes de ingresos y gastos que de ella deriven son, en todo caso, cíclicos y no estructurales, lo cual tendrá consecuencias políticas para el Ejecutivo PSOE-Podemos a la hora de planificar la hoja de ruta de la reconstrucción post-Covid.
El saldo estructural depende exclusivamente de la gestión a medio y largo plazo de ingresos y gastos por parte del Ejecutivo y de su esfuerzo en austeridad, no de la coyuntura, y, con las previsiones de la UE, se pone de manifiesto que en 2021, superado el batacazo del coronavirus, España se encontrará maniatada para abordar una recuperación sin lastres por el fardo de los números rojos.
El rescate es irreversible
Esta tesitura aboca a nuestro país a un rescate europeo, tal como adelantó elEconomista. La posición fiscal española nos lleva “irremediablemente a un rescate”, resalta el analista Javier Santacruz. “España nunca ha resuelto su crisis fiscal“, justifica este economista. No en vano, según las cifras de la Comisión Europea, este año nuestro país reflejará el peor saldo estructural de las grandes potencias del euro y el año próximo el peor, sin paliativos, más que duplicando la media tanto de la eurozona como del conjunto de la UE, del 2,1%, según Bruselas.
De hecho, antes de la pandemia, en 2019, nuestro país ya tenían un saldo estructural del 4% según las estadísticas de la Comisión. Por este perfil fiscal, Santacruz explica que el grueso del gasto de esta crisis sanitaria será de carácter perdurable, impactando el componente enquistado del déficit público.
Un déficit estructural -es decir, no dependiente de los vaivenes del ciclo económico- superior al 5% del PIB, según los expertos consultados, refleja que el país no puede reequilibrar las cuentas públicas con sus propios recursos y necesita un salvamento supranacional.
De hecho, indican los economistas, la salida de esta grave recesión provocada por la pandemia de coronavirus, el próximo año, deja a España desmarcada del conjunto de la UE, con unos números rojos del 5,2% no atribuibles a factores cíclicos, sino a la falta de disciplina en el gasto y a la proyección de unos ingresos sobrevalorados.
En este sentido, como explica el profesor de Finanzas Juan Fernando Robles, la previsión del Gobierno en el Plan de Estabilidad remitido a la UE el pasado viernes es que los ingresos públicos se reducirán en 25.711 millones, “lo que con una caída del PIB del 9,2 es un imposible metafísico”. Indica Robles que “la mayor caída de los ingresos públicos corresponde a los ingresos fiscales, dado que las cotizaciones caerán menos”.
No obstante, en consonancia con la tasa de paro prevista, del 19%, y ateniéndonos a la serie histórica de ingresos por cotizaciones, podemos concluir que el efecto será de unos 10.000 millones en pérdida de cotizaciones en los meses de 2020 afectados por la pandemia. “Luego, de los 25.711 millones de pérdida de ingresos, para caída de ingresos fiscales solo se imputan 15.711 millones”, algo no consistente, explica Robles, ya que “la recaudación fiscal en España es extremadamente sensible al ciclo y cae abruptamente en cuanto se atisba una recesión, incluso antes de que se produzca”.
Inconsistente con los cálculos
Por ello, calcula que “si se compara la pérdida de ingresos de 35.313 millones de 2009 con un 3,8% de contracción, con los 15.711 millones de merma previstos para 2020 por el Gobierno (solo de ingresos fiscales) con una caída del PIB del 9,2%, tenemos que concluir que esta última cifra está muy infravalorada: es imposible que los ingresos públicos caigan tan poco”. Esto aumentaría las necesidades de financiación en 25.000 millones adicionales, y elevaría el déficit público al 12,5%, superior al 10,1% que calcula la UE para España.
Por su parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, AIReF, también ha examinado el plan de estabilidad enviado a Europa por el Gobierno y pide un plan de reequilibrio ante el escenario de ensanchamiento del déficit y la omisión de medidas en agenda del Ejecutivo, como la renta mínima. En este sentido, recomienda al Gobierno la activación de la cláusula de excepcionalidad recogida en la Ley de Estabilidad Presupuestaria para la suspensión del marco fiscal en 2020, pudiendo incurrir el Estado y las CCAA en déficit estructural, lo cual aboca al escenario contemplado por las previsiones de la UE. Demanda también el órgano fiscalizador el inicio de los trabajos para elaborar un plan de reequilibrio de las cuentas públicas, con una hoja de ruta para los próximos años que contemple la sostenibilidad.
Así se desprende del Informe sobre el Programa de Estabilidad 2020-2021, que prevé una caída del PIB de entre el 8,9% y el 11,7% este año en función de la duración de la pandemia, frente al 9,2% del Gobierno, y un déficit de entre el 10,9% y el 13,8%, frente al 10,34% oficial, proyectando una recuperación más lenta. El organismo realiza sus previsiones bajo dos escenarios: con el primero finaliza el confinamiento el 15 de mayo, mientras que en el segundo hay un rebrote en otoño y obliga a otro mes de confinamiento. Bajo esos supuestos, augura un déficit de entre el 10,9% y el 13,8% este año y de entre el 7,5% y el 9,4% en 2021, lo que situará la deuda pública sobre PIB entre el 115% y el 122% y entre el 117% y el 124% en cada caso. AIReF aboga por aplicar medidas haciendo uso del margen fiscal permitido en la normativa, si bien cree que no deben olvidarse los efectos en el medio plazo, por lo que subraya la necesidad de una estrategia fiscal de salida que garantice la sostenibilidad de las finanzas públicas en el medio y largo plazo.
La presidente de la institución, Cristina Herrero, indicó durante la presentación del informe sobre el Plan de Estabilidad que “lo importante es la senda que va a tener a partir del próximo año” y que se cuide la “dinámica” de ambas ratios y no se descuide la sostenibilidad.
Sánchez vuelve a mentir y no informa la renta mínima a Bruselas
También AIReF mostró su “sorpresa” ante el hecho de que el Gobierno no haya incluido el coste del ingreso mínimo que prevé aprobar este mes en el Programa de Estabilidad remitido a Bruselas, y señala que el coste de la medida de unos 3.000 millones estimado por el Ejecutivo es “bastante similar” al calculado inicialmente por la AIReF, aunque recalculará el impacto cuando se conozcan los detalles.