La tasa de paro se disparará hasta el 26% en el mes de septiembre. Si el BCE no amplia sus compras se repetirá el temor a la ruptura del euro. Esta vez el gran problema puede ser la deuda de las empresas.
La economía española caerá en promedio este año un 13% como consecuencia de la crisis del Covid-19, al tiempo que la tasa de paro se elevará al 20,5% de media y el déficit público alcanzará el 14,5% del PIB, aumentando la deuda pública al récord del 122% del PIB.
Así se desprende del Observatorio de la realidad financiera (Orfin), elaborado y publicado este jueves por la consultora Thinking Heads y la Universidad de Alcalá (UAH), que señala que “no existe precedente en la historia económica mundial similar a la crisis económica derivada de la pandemia de la Covid-19″ y realiza unas estimaciones sobre el impacto este año, frente a la incertidumbre sobre 2021 dado el desconocimiento sobre la duración de la pandemia, el confinamiento o la posibilidad de nuevos brotes.
El estudio señala que el PIB en el promedio de 2020 caería un 13%, si bien la caída máxima ya se habría producido en abril, con un descenso del 30% y hasta diciembre el producto crecerá un 25%. Aun así, calcula que la economía española terminará el año un 12% por debajo de los niveles de febrero.
En cuanto al paro, señala que el desempleo aumentó en marzo hasta el 15,5% y solo en la segunda quincena del confinamiento se elevo hasta el 17%, mientras que estima que rondaría el 19% en abril, subiendo poco en mayo y junio tras la decisión de prorrogar los ERTE. En todo caso, pronostica que la tasa de paro subirá hasta el 26% en septiembre, superándose de nuevo los cinco millones de parados y, en promedio anual, el paro alcanzará el 20,5%.
Ante la caída del 13% del PIB que cuantifica y con las previsiones de gasto público de la AIReF en su evaluación del programa de estabilidad, el observatorio pronostica que el déficit público español podría llegar al 14,5% del PIB en 2020. En paralelo, la deuda pública aumentaría hasta el 122% del PIB, un récord no registrado desde 1900 tras la guerra en Cuba y Filipinas.
El colapso de la financiación
Según el observatorio, los sectores más perjudicados por la crisis serán el turismo, cuyo impacto en términos de PIB y empleo podría ser análogo al del pinchazo de la burbuja inmobiliaria; la automoción, donde la caída del consumo de coches en Europa determinará el 15% de exportaciones de bienes españoles, y la restauración.
A diferencia de la crisis del 2008, el observatorio valora que en esta ocasión el sistema bancario español ha reforzado su base de capital, ha reducido su stock de crédito, lo financia con depósitos y tiene una “mínima dependencia” de los mercados de capitales, gracias a la intervención de los bancos centrales.
Así, considera que el principal riesgo para la estabilidad financiera es que colapse el canal de financiación cliente-proveedor, que en España se estima está próximo al 30% del PIB. En 2008 el mayor problema fue la deuda hipotecaria de las familias en varios países, recuerda el observatorio, que apunta que en 2020 el problema será la deuda de las empresas que serán las más afectadas por la caída del consumo y de ventas. “Esto provocará un aumento de las quiebras y de la morosidad”, avisa.
En este sentido, advierte de que un nuevo episodio de inestabilidad financiera con aumento de las primas de riesgo tendría un impacto negativo sobre la solvencia del sistema bancario europeo. Si Europa y EEUU acaban por activar un plan de inversión pública, como ya ha hecho China, el crecimiento previsto para 2021 en España (3%) sería mayor.
Temor a una ruptura del euro
Por el contrario, si el BCE incumple las expectativas de los inversores de ampliar su programa de compras al menos otros 750.000 millones, podría repetirse el temor a la ruptura del euro y una crisis de deuda soberana en varios países. Además, señala que la inacción en Italia eleva su riesgo de abandonar el euro.
Por último, dado que la causa de la crisis es “global y simétrica para todos los países”, cree que “lo óptimo” es una solución cooperativa con la intervención del BCE y avanzar en la creación de un tesoro único europeo.