Este concepto se está utilizando para explicar la relación entre Estados Unidos y China. ¿En qué consiste?
La trampa de Tucídides es una teoría que explica la relación entre una potencia hegemónica en declive y otra en ascenso. Según este planteamiento, la tensión entre ambas potencias puede conducirlas a una guerra hegemónica en la que la gran potencia venza y asegure su primacía, o pierda y sea reemplazada por la potencia en ascenso. El concepto fue creado por el politólogo estadounidense Graham Allison en 2015 para analizar la competición entre Estados Unidos y China, que, según Allison, corren el riesgo de llegar a ese escenario.
La teoría se inspiró en la Historia de las Guerras del Peloponeso de Tucídides, historiador griego del siglo V a. C. En su libro, Tucídides narra cómo Esparta, la ciudad-Estado griega más poderosa del momento, vio amenazado su poder por el rápido ascenso de Atenas, que aspiraba a convertirse en la potencia hegemónica. El temor a que el poder ateniense siguiera creciendo llevó a Esparta a declarar la guerra contra Atenas. Los atenienses perdieron la resultante guerra del Peloponeso (431-404 a. C.), poniendo fin a su ascenso.
Valiéndose de esta historia, el profesor Allison acuñó el término “trampa de Tucídides” en un artículo de The Atlantic en 2015, ampliando su tesis en 2017 con un libro. Allison ofrece dieciséis ejemplos históricos de esta trampa en la que se ven involucradas dos potencias, una en declive y otra en ascenso. Entre los dieciséis, destacan la relación entre Portugal y España a finales del siglo XV, entre el Imperio británico y Estados Unidos a principios del siglo pasado, o entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría. De los dieciséis casos que Allison ofrece, doce de ellos dieron paso a una guerra entre las dos potencias, que resolvió el conflicto de poder afianzando a la gran potencia o dando paso a la hegemonía de la aspirante.
Según Allison, el escenario actual parece similar: con su crecimiento sin precedentes, China le está disputando la hegemonía a la potencia actual, Estados Unidos, en numerosos ámbitos, incluyendo el económico, el militar o el tecnológico. Así, una nueva Atenas representada por China desafía al poder en declive de la nueva Esparta, Estados Unidos. No obstante, la trampa de Tucídides no siempre aboca a las potencias a la guerra abierta, y está por ver si China y Estados Unidos resolverán sus tensiones de esa forma. Para evitarlo, Allison defiende que Estados Unidos debe hacer ver a China que no puede ganar una guerra contra los estadounidenses. De esta manera, es posible que China y Estados Unidos disipen la tensión pacíficamente y consigan escapar de la trampa.