En tiempos de confinamiento y pandemia, algunos estadounidenses han optado por mirar al mercado como pasatiempo y destinar parte de los pagos directos de hasta 1.200 dólares para invertir en bolsa.
Un escenario que también ha contribuido a que el S&P 500 haya experimentado un rendimiento del 35% desde los mínimos alcanzados el pasado 23 de marzo y se sitúe en estos momentos tan solo un 11% por debajo de sus máximos históricos. Prueba de ello está en el hecho de que tanto Charles Schwab, ETrade como Interactive Brokers, tres de las cuatro plataformas más grandes a este lado del Atlántico para operar online, registraron un número récord de registro de nuevas cuentas entre marzo y abril, sumando 780.000 nuevos clientes.
Algunos apelan al fin de las apuestas tras la cancelación de eventos deportivos como uno de los factores que han fomentado el atractivo de la compraventa de acciones, otros también señalan los cambios en los modelos de negocio de estas plataformas, que tras el impacto de aplicaciones como Robinhood, con gran popularidad entre la Generación Z, no solo han eliminado comisiones, sino que permiten comprar fracciones de una acción en apetitosas compañía como Amazon o Alphabet.
Para Jim Bianco, presidente de Bianco Research, cierta euforia “se ha apoderado de la compra y venta de lotes pequeños de acciones y opciones”. Según su raciocinio, el cierre de buena parte de la economía, las cuarentenas y el fin de eventos deportivos han provocado que los individuos asiduos a las apuestas hayan cambiado sus hábitos por el trading.
Un denominador común de esta dinámica coincide con la aprobación en el Capitolio y la posterior rúbrica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del paquete de estímulo por valor de más de 2 billones de dólares. Éste incluyó pagos directos, los conocidos como “cheques de estímulo”, que han repartido hasta 1.200 dólares a los individuos que ingresen hasta 75.000 dólares anuales.
De hecho, según la consultora Envestnet Yodlee, los estadounidenses con una renta anual de entre 35.000 y 75.000 dólares aumentaron sus operaciones en bolsa en un 90% la semana después de recibir estos pagos, según datos basados en 2,5 millones de estadounidenses. No solo eso, esta categoría superó a la de mejoras para el hogar, pago de facturas o compra de productos electrónicos como principal uso de los 1.200 dólares recibidos por el Gobierno de EEUU. Sólo el ahorro y la retirada de efectivo superaron a las inversiones en activos de renta variable.
“El comercio de valores experimentó un aumento significativo semana tras semana” reconocía Bill Parsons, quien capitanea el área de Data en Envestnet Yodlee, en declaraciones a la CNBC. “No hay duda de que la pandemia ha provocado que las personas interactúen con su dinero de manera mucho más activa, ya sea que ahorrando más o invirtiendo activamente”, añade. Ésta firma también destaca como el 75% de los estadounidenses que ingresaron entre 35.000 y 50.000 dólares el año pasado utilizarán el cheque para ahorrar o invertir -ver gráfico-.
Desde Bespoke, una plataforma de análisis e inversión, reconocen que el confinamiento y los estímulos han fomentado “la inversión de los inversores de a pie y jugado un papel en el rally experimentado desde los mínimos de marzo”. Ahora bien, otro estudio elaborado por YouGov indica como el 30% de los estadounidenses ha utilizado el dinero para costear sus facturas y contar con un colchón de emergencia ante la incertidumbre.
Un buen momento
Desde que se instaurara el plan de estímulo el pasado 27 de marzo, se han enviado ya más de 160 millones de cheques. A Andrew Westlin, asesor financiero de Betterment, no le sorprende que algunos receptores de estos pagos directos miren al mercado como forma efectiva de sacar partido a este dinero. “Este es un buen momento para invertir dinero en el mercado de valores, especialmente si eres más joven y tienes un horizonte de inversión a largo plazo”, reconoce.
Los últimos datos de Confianza del Consumidor, que elabora la Conference Board, indicaron como el 39,3% de los estadounidenses considera que la bolsa seguirá subiendo frente al 37,7% que cree lo contrario. Sin embargo, el equipo de estrategas de Goldman, liderado por David Kostin, avisan ya en un informe que a elevada concentración dentro del S&P 500, liderada por las cinco grandes tecnológicas, junto con una falta de recompra de acciones propias limitan el margen de subidas para este indicador, que a ojos de estos expertos cerrará 2020 en los 3.000 puntos.