Entre algunos economistas hay un mantra que dice lo siguiente: España no quebrará hasta que no lo haga primero El Corte Inglés. Esta situación de insolvencia podría estar mucho más cerca de lo que parece.
El Corte Inglés cerró el primer trimestre de su ejercicio fiscal, transcurrido entre marzo y mayo, con una pérdida neta de 510 millones de euros, según ha informado hoy la compañía de distribución. Un periodo coincidente con el confinamiento estricto decretado en España y el cierre de la mayor parte de su negocio, salvo el de alimentación, durante prácticamente dos meses. De ese resultado negativo 388 millones corresponden a provisiones derivadas de la pandemia, por lo que la pérdida real en el periodo sería de 172 millones. Hasta 243 millones corresponden a una provisión de activos fijos y el resto a provisiones de inventario.
Un resultado derivado del cese de la actividad en muchos de sus centros, aunque el mantenimiento de la venta de alimentación permitió a El Corte Inglés mantener el 59% de sus ingresos durante ese periodo, además de la venta online. Desde la empresa destacan el “magnífico” comportamiento de ambas vías de negocio que han podido aguantar parte de la facturación del grupo. En concreto los ingresos fueron de 1.672 millones una vez aplicados ajustes de consolidación, un 50% menos. De esa cifra 759 correspondieron al negocio de alimentación, casi la mitad y un 15% más que en el primer trimestre de 2019.
La caída de la facturación en el negocio de distribución fue del 39%, ya que las ventas de no productos de no alimentación cayeron un 56%. El golpe más duro se lo llevó la agencia de viajes, cuyos ingresos se hundieron un 86%, de 690 a 94. El negocio asegurador sí creció hasta los 57 millones, un 7,5% más.
El Corte Inglés también ha avanzado los primeros datos de la evolución del negocio en el segundo trimestre, que finalizó con ebitda positivo pese al castigo que está suponiendo la ausencia de turismo, sobre todo en el negocio de la agencia de viajes. En el primer trimestre el ebitda fue negativo en 225 millones.
Entre junio y agosto recuperó hasta el 89% de sus ventas de la actividad de distribución en comparación con el mismo periodo del año pasado. El pico lo logró en junio, en plena desescalada, llegando al 92%.
A cierre del mes de agosto la compañía contaba con una liquidez de cerca de 2.200 millones, después de reforzarla durante ese periodo con una línea de financiación de 1.311 millones con 14 bancos avalada por el ICO La deuda financiera neta era de 3.266 millones, después de haber llegado a escalar hasta 3.945 al cierre del primer trimestre.
Nueva emisión
El Corte Inglés no suele informar de los resultados del primer trimestre. Lo hace en esta ocasión por requerimiento del mercado, ya que se prepara para acudir al mismo en busca de liquidez y sondea una emisión de 600 millones de euros en bonos.
La compañía de distribución que preside Marta Álvarez ha encargado a su banco de cabecera, Bank of América, hacer un road show telefónico con sus inversores. En concreto los contactos se llevarán a cabo durante este próximo lunes y martes. Según la respuesta de los inversores, El Corte Inglés acometerá o no una nueva emisión de bonos en el mercado para reforzar su liquidez.
Esta, consideran en la empresa, es suficiente pero ve una “ventana de oportunidad” en el mercado para blindarla con 600 millones adicionales, añadida la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia. Según avanzó en junio en la presentación de resultados de 2019, El Corte Inglés consideraba suficiente su grado de liquidez para afrontar incluso una segunda ola de la pandemia. Desde la empresa indican que buscarán la emisión desde un enfoque de “prudencia financiera”.