La Seguridad Social está siendo una de las administraciones más golpeadas por la crisis del coronavirus. Por las medidas impulsadas por el Gobierno para intentar de mitigar el impacto en colectivos como los autónomos o los parados de larga duración, pero también por la fuerte destrucción de empleo que se ha producido, las bajas laborales y los ERTE.
Para medir la fortaleza de las arcas de la Seguridad Social por sí mismas, los interventores utilizan la siguiente medición: si los ingresos por cotizaciones sociales sirven para pagar las pensiones. Excluyendo otras vías recaudatorias y otros gastos coyunturales como los subsidios, que pueden estar afectados por épocas de crisis.
Pues bien, con los últimos datos de ejecución presupuestaria hasta agosto publicados por el departamento que dirige José Luis Escrivá las cuotas sociales que pagan los trabajadores no son ya suficiente para pagar las jubilaciones, ni siquiera las de invalidez, jubilación, viudedad, orfandad y a favor de familiares.
El gasto en pensiones es de 84.545 millones de euros hasta agosto de 2020 mientras que los ingresos por cotizaciones sociales (de todos los regímenes) asciende a 78.928 millones. Es decir, que hay un agujero de 5.617 millones entre ambas partidas hasta agosto.
El principal problema es el siguiente: que la tendencia no muestra que la situación vaya a ir mejor. De hecho, el gasto en pensiones crece a un ritmo del 3% mientras que los ingresos en cotizaciones sociales se hunden un 4,02%. En el régimen general la recaudación acumulada hasta agosto es un 4,5% inferior que en 2019, en el caso de los autónomos del 26,03% y en el régimen agrario del 19,3%. En el caso de las empleadas del hogar la caída ha sido del 37,95%.
Lo que es muy llamativo, en cambio, es ver como las cotizaciones de los desempleados -que también pagan cuotas aunque muy reducidas- se han disparado un 41,9% en lo que va de año, un aumento que demuestra que el nivel de paro en España está lejos de lo que es un país en recuperación económica.
El año pasado hasta agosto sí que las pensiones se podían pagar sólo con las cotizaciones sociales: de hecho, las obligaciones reconocidas de las pensiones ascendieron a 82.074 millones y los derechos reconocidos netos en cotizaciones sociales ascendieron a 82.236 millones, un margen escaso pero suficiente en los primeros ocho meses de 2019.
Números rojos de más de 7.600 millones
Asimismo, la Seguridad Social registró un déficit de 7.690,8 millones de euros hasta agosto, el equivalente al 0,69% del Producto Interior Bruto (PIB) nacional.
Estos números rojos son consecuencia de unos ingresos de 108.059,4 millones de euros, un 11,5% más, y unos gastos por valor de 115.750,3 millones de euros, un 11,3% más que en el mismo periodo de 2019. Los ingresos son superiores porque el Gobierno está duplicando las transferencias a la Seguridad Social por el Covid. Es una especie del rescate del Ejecutivo a este organismo encargado de pagar las pensiones para evitar problemas.
Del volumen total de ingresos, el 92,25% corresponde a las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social y el 7,75% restante a las mutuas. En cuanto a los gastos, el 88,5% ha sido reconocido por las entidades gestoras y el 13,5% por las mutuas.