El endeudamiento privado rompe su tendencia a la baja y se dispara. La deuda consolidada de las sociedades avanza hasta el 80,6%. El pasivo de las familias sube hasta el 60,6% del PIB.
La deuda de la economía española, sumada la pública y la privada, alcanza el 251,3% del Producto Interior Bruto (PIB) y supera ya los niveles de la crisis financiera del año 2008. El endeudamiento de los hogares y las empresas, en mínimos desde el año 2003, rompió el segundo trimestre de este año su tendencia a la baja y se dispara hasta 141,2% del PIB, 8,9 puntos porcentuales por encima de la ratio registrada un año antes. Por su parte, la deuda de las Administraciones Públicas escaló en el mismo trimestre hasta el 110,1% del PIB.
Los datos publicados este jueves por el Banco de España muestran que este repunte se debe tanto al aumento de la deuda como, en mayor medida, al descenso del PIB. La deuda consolidada de las sociedades no financieras representó un 80,6% del PIB –si se incluye la deuda interempresarial, la ratio sería un 102,7%-, mientras que para los hogares e Instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH) fue un 60,6%.
En el segundo trimestre de 2020, el flujo neto acumulado en los últimos cuatro trimestres de la financiación consolidada recibida por las empresas y los hogares e ISFLSH fue de 41.000 millones de euros, lo que representó un 3,5% del PIB. La financiación nueva captada por las sociedades no financieras registró, en términos netos, un flujo del 4% del PIB, mientras que en los hogares e ISFLSH representó, en términos netos, un flujo negativo equivalente al -0,5% del PIB.
Las operaciones financieras netas de los sectores residentes (empresas, hogares, instituciones financieras y administraciones públicas) registraron en el segundo trimestre de 2020, en términos acumulados de los últimos cuatro trimestres, un superávit de 21.500 millones de euros, equivalente al 1,8% del PIB, frente al 2,4% observado un año antes. Obtuvieron un saldo positivo los hogares (5,2%), las instituciones financieras (2,5% del PIB) y las empresas (1,1%), mientras que las Administraciones Públicas mostraron un déficit del 6,9% del PIB.
Saldos financieros
Por su parte, el saldo de activos financieros de los hogares e ISFLSH alcanzó a finales del segundo trimestre de 2020 un importe de 2,356 billones de euros, un 0,6% inferior al de un año antes. Esta disminución es el resultado de una adquisición neta de activos financieros de 65,8 millones de euros en el último año y de unas revalorizaciones netas negativas de 80.700 millones de euros, que se concentraron en el primer trimestre de 2020, debido, fundamentalmente, a la caída del precio de los activos en los mercados financieros.
En relación con el PIB, los activos financieros totales de los hogares e ISFLSH representaron un 201,1% a finales del segundo trimestre de 2020 lo que significa 7,8 puntos más que un año antes.
Por componentes, el grueso de los activos financieros de los hogares se encontraba en efectivo y depósitos (el 41% del total), seguido de participaciones en el capital (25%), seguros y fondos de pensiones (16%) y participaciones en fondos de inversión (14%). El efectivo y depósitos fue el componente que más incrementó su peso en los activos financieros de los hogares (en 2,5 puntos) con respecto a un año antes, mientras que el peso de las participaciones en el capital fue el que más cayó (-2,5 puntos).
Por último, la riqueza financiera neta de los hogares e ISFLSH, que se obtiene deduciendo los pasivos de los activos financieros totales, se situó en 1,588 billones de euros a finales del segundo trimestre de 2020, lo que supone una caída del 0,5% respecto a un año antes. En relación con el PIB, los activos financieros netos representaron el 135,5%, ratio que es 5,5 puntos superior a la de un año antes.
La deuda de las Administraciones Públicas según el Protocolo de Déficit Excesivo, alcanzó a finales de junio de 2020 un saldo de 1,291 billones de euros. Utilizando el PIB nominal acumulado de los últimos cuatro trimestres, la ratio deuda respecto al PIB se situó en el 110,1% en el segundo trimestre de 2020, 14,7 puntos porcentuales más que a finales de 2019. La tasa de crecimiento del saldo de deuda fue del 6,9% en términos interanuales.
El saldo de la deuda del conjunto de la Administración Central se elevó a 1,159 billones de euros en junio de 2020, lo que representa el 98,9% del PIB. El crecimiento de la deuda de este subsector en términos interanuales fue del 8,1% y se concentró en emisiones de valores a medio y largo plazo del Estado. Por su parte, el saldo de deuda de las Administraciones de Seguridad Social se situó en 69.000 millones, con un crecimiento interanual del 41,4%. La deuda de las Comunidades Autónomas creció hasta los 306.000 millones de euros, un 26,1% del PIB.
Calviño cree que la respuesta del BCE evita la crisis financiera
La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, afirmó que la respuesta “ágil” de los bancos centrales está permitiendo evitar una situación de inestabilidad e insostenibilidad financiera, que podría haber agravado “aún más” las consecuencias de la pandemia. Asimismo, indicó que hay que avanzar en marcos concursales “flexibles” para las empresas y ha mostrado el “compromiso” del Gobierno con Latinoamérica, abogando por reforzar la Alianza del Atlántico y los organismos multilaterales. Así lo señaló durante su participación en la presentación del estudio ‘América Latina: una agenda para la recuperación’, organizada por la Secretaría General Iberoamericana y la Fundación Iberoamericana Empresarial.
Calviño señaló que la crisis tendrá un impacto “muy negativo” este año en Latinoamérica y una recuperación “relativamente lenta” en 2021, en un contexto además en el que arrastra “importantes desequilibrios estructurales”, al igual que otros países, como la “informalidad”, altos índices de desigualdad y género, el aumento “terrible” de la pobreza o la falta de espacio fiscal, el “gran lastre”. De hecho, la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, indicó que Latinoamérica se adentra en un “terreno desconocido”.