Con Granada a la cabeza, la producción española de cannabis se ha disparado. La ‘Operación Verde’ de la Policía Nacional arroja cifras récord: 25 toneladas incautadas y casi 3.700 detenidos en el último año.
En apenas cinco años España se ha consolidado como el invernadero mundial de la marihuana. Con Granada a la cabeza, una demanda de consumo creciente y un aumento de organizaciones criminales, la lucha contra el tráfico de este estupefaciente se ha potenciado: en solo 14 meses la Policía Nacional ha detenido a 3.695 personas e incautado más de 25 toneladas.
Es uno de los principales resultados de la Operación Verde, un dispositivo pionero puesto en marcha en febrero de 2019 por la Policía Nacional, con el apoyo de Interpol y Europol, para dar respuesta activa al cultivo y tráfico de marihuana así como al asentamiento en España de delincuencia organizada proveniente de otros puntos de Europa.
Más de 2.000 agentes especializados han participado en este operativo que, en los últimos catorce meses y en diferentes actuaciones, ha sumado la intervención de casi medio millón de plantas de cannabis, 800 plantaciones, 25,6 toneladas y más de 7,6 millones de euros, según informa este sábado la Dirección General de la Policía Nacional.
Junto a las abultadas incautaciones, la Policía ha evaluado el perjuicio económico que conlleva la defraudación de fluido eléctrico al realizar enganches ilegales. En total, y tomando en referencia el gasto de electricidad para un cultivo intensivo de alto rendimiento, se estiman que el fraude ha ascendido a 6 millones de euros por trimestre.
Golpes policiales contra el cultivo de marihuana en países como Reino Unido, Holanda, Francia, Serbia, Italia y Portugal llevaran siempre a España como punto de partida de la droga
Rubén Jiménez, inspector jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, explica a Efe la importancia de la Operación Verde impulsada a principios de 2019 después de que golpes policiales contra el cultivo de marihuana en países de Europa como Reino Unido, Holanda, Francia, Serbia, Italia y Portugal llevaran siempre a España como punto de partida de la droga.
Las organizaciones criminales compran la marihuana en España
“Las organizaciones criminales europeas compran la marihuana en España a quienes directamente la cultivan, mayoritariamente españoles aunque existen ya redes chinas y de ciudadanos polacos y albanokosovares”, detalla Jiménez.
Así, el desmantelamiento de los puntos de plantación y producción de marihuana en nuestro país supone el corte del primer eslabón de la cadena de un fenómeno delictivo internacional.
El cultivo de marihuana en España no es nuevo, pero sí ha crecido en los últimos años. Si hace décadas tanto hachís como marihuana llegaban de Marruecos, ahora la producción es nacional, lo que ahorra a las organizaciones traslados de mercancía.
Granada es la región española que más cannabis produce precisamente por la proliferación de cultivos ‘indoor’
Jiménez sitúa en la provincia de Málaga uno de los puntos calientes históricos de la producción exterior por sus condiciones climatológicas que se extienden a otros lugares del sur. De hecho, tal y como reflejó la Fiscalía en una de sus memorias anuales, Granada es la región española que más cannabis produce precisamente por la proliferación de cultivos ‘indoor’.
El auge del “indoor” se va equiparando y no solo porque sea más difícil de detectar. Cuesta más montar un “indoor” pero también el rendimiento de la planta se multiplica, de forma que los márgenes de beneficio se incrementan muy notablemente. Jiménez da cuenta de otro dato: en los últimos años el precio de la marihuana (unos 1.700 euros el kilo) ha superado al del hachís porque, aunque el coste de elaboración de la última es mayor, la primera tiene ya más demanda.
De esta forma, producir marihuana es muy rentable y distribuirla tampoco genera excesivas complicaciones. La mayoría de organizaciones emplean como vía de exportación la paquetería, principalmente el método de ocultamiento entre mercancía legal para llevarla hasta Francia, Italia o Reino Unido.
Las plantaciones de cannabis ‘indoor’: cualquier lugar vale
Es en las plantaciones “indoor” donde la Policía Nacional ha detectado un perfeccionamiento progresivo tanto cuantitativamente –más plantas por metro cuadrado o mayor número de cosechas- como cualitativamente, que van desde mejores semillas al uso de sofisticados sistemas de fertilización o climatización que permiten una producción permanente de cosechas.
Garajes, trasteros, naves industriales e incluso establecimientos públicos pueden alojar una plantación, aunque los investigadores de la Operación Verde se han fijado en dos ubicaciones de plantaciones más novedosas descubiertas.
En octubre fue desmantelada la mayor plantación hallada bajo tierra hasta la fecha, localizada en la provincia de Toledo. El zulo en el que se ocultaba el cultivo ilegal estaba excavado a cuatro metros de profundidad y tenía una extensión aproximada de 300 metros cuadrados.
Contaba con accesos diferentes de entrada y salida y la excavación escondía 1.022 plantas de marihuana en diferentes fases de crecimiento, algunas de las cuales estaban ya listas para ser recolectadas. Los agentes arrestaron a las cuatro personas que se encargaban de las labores de mantenimiento de la plantación.
Significativa también la localización y desmantelamiento, en menos de un año, de cuatro plantaciones de marihuana ocultas en los bosques de Agüero (Huesca). Unas 18,5 toneladas de marihuana -31.698 plantas- intervenidas en un golpe policial a dos grupos de origen albanés dedicados al tráfico de cannabis a gran escala, con 13 detenidos.
Plantaciones de marihuana escondidas en zonas de difícil acceso
Habían talado en una zona boscosa de difícil acceso una superficie de pinar para cultivar la marihuana. Y para regarla habían alterado los barrancos y creado balsas artificiales para poder almacenar agua, que posteriormente era conducida hasta los campos de cannabis con mangueras movidas con bombas de agua alimentadas por generadores de energía eléctrica. Como en la mayoría de operaciones contra el narcotráfico, este dispositivo también ha revelado delitos conexos.
Además del fraude eléctrico, muchas de las actuaciones han destapado tenencia ilícita de armas o blanqueo de capitales, lo que permitido intervenir 23.849 kilos de hachís, 3.140 kilos de cocaína y 85 kilos de heroína. Asimismo, los agentes han intervenido 646 vehículos, más de 7.600.000 euros y 458 armas de fuego –entre ellas 14 de guerra-.