El mercado laboral no consigue remontar, por mucho que el Gobierno insista en enfatizar el lado positivo de los últimos datos de octubre.
En el décimo mes del año, el paro subió en 49.558 personas respecto a septiembre hasta alcanzar los 3.826.043 desempleados en todo el país. El pasado mes de abril, el desempleo rompió la barrera de los 3,8 millones de parados en España debido a la crisis del coronavirus y todavía continúa por encima de esos dramáticos números.
Aún así, el Ministerio de Trabajo presumió ayer miércoles de que la subida del paro en octubre es “la segunda menor de los últimos 13 años”. Octubre es un mes tradicionalmente malo para el empleo, debido al fin de los contratos del verano, pero hay que tener en cuenta que la temporada estival ha sido catastrófica, por lo que que había muchos menos contratos que finalizar. Por tanto, es lógico que haya menos parados en ese sentido.
El turismo extranjero ha evitado nuestro país en verano y los rebrotes han hundido la actividad de hoteles, bares y restaurantes, lo que ha tenido como consecuencia una campaña extremadamente floja. Eso sí, de los casi 50.000 parados más que sumó octubre, 30.624 personas pertenecían al sector Servicios.
Dejando a un lado el espejismo que provoca la comparativa de los datos mensuales, vemos que las cifras verdaderamente preocupantes están en clave interanual. Así, el acumulado del año revela que octubre cerró con la friolera de 648.384 parados más, la mayor cifra desde octubre de 2009. Entonces, en plena crisis del ladrillo, nuestro país sumaba 990.327 personas al Inem.
Respecto a los ERTE —que tanto ha insistido el Gobierno durante la pandemia en no llamar parados— todavía quedan 599.350 personas bajo el paraguas de este instrumento laboral. Esta cifra supone sólo 130.000 personas menos que en septiembre. Precisamente, desde septiembre, se está frenando considerablemente el ritmo de reincorporación de los ERTE al mercado laboral respecto a agosto o julio. Por tanto, vemos que las probabilidades de que estas personas nunca vuelvan a recuperar sus puestos de trabajo aumentan. Son los llamados ERTE zombie. Solo en las prestaciones de los ERTE —sin contar la reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social— el Estado ya se ha gastado 12.000 millones de euros.
Los secretarios de Estado de Trabajo y Seguridad Social, Joaquín Pérez Rey e Israel Arroyo, fueron preguntados en rueda de prensa por este periódico sobre si vaticinan un aumento de los ERTE el próximo mes debido a los cierres de hostelería y servicios que están llevando a cabo las CCAA. Ninguno de los dos dio ninguna previsión. “No podemos predecir cuál será el funcionamiento”, declaró el número dos de Yolanda Díaz, “lo que sí tenemos claro es que este escenario ya se tuvo en cuenta con los ERTE por impedimento y los ERTE por limitación”, añadió. Todavía no tienen datos de estas nuevas modalidades de ERTE que ya tendrían que haberse empezado a aprobar en octubre.
La contratación se desploma
Otra de las cifras más preocupantes de las que se conocieron ayer es el derrumbe de la contratación en octubre. Los contratos firmados revelan las expectativas que tienen las empresas sobre el futuro de sus negocios o el volumen de trabajo que prevén tener próximamente y, según los últimos datos, no parecen nada esperanzadores.
En el mes de octubre se celebraron 1.551.357 contratos en nuestro país, que suponen una caída del 30,27% sobre el mismo mes del año 2019. Es decir, 673.400 contratos menos. Desde los 849.409 contratos mensuales que se perdieron en julio, en mitad de la pandemia, España no había tenido peores datos de contratación, lo que puede suponer una señal sobre las pocas esperanzas que tienen las empresas de salvar la Navidad. El empeoramiento se observa en los contratos temporales y más en los indefinidos, que se hunden un 36%.
El sector público es el que crea empleo
Por el lado de la Seguridad Social, los resultados son igual de preocupantes, aunque vuelven a ser buenos en la parte intermensual. En octubre, la afiliación aumentó en 113.974 personas, lo que supone el segundo mejor comportamiento en dicho mes de la serie histórica (2018 fue el mejor). Pero si tenemos en cuenta en los sectores donde se han creado los puestos de trabajo vemos que no se trata, precisamente, del sector privado o de la economía productiva, ya que son la educación y el sector público los que tiran del empleo.
Con 137.502 afiliados, la educación fue el sector que más empleo creó en el décimo mes del año, por el inicio del curso escolar habitual y el refuerzo del profesorado por la crisis del coronavirus, ya que, en muchos casos, se han desdoblado clases. El segundo sector que más crece es el público, con más de 27.000 empleados más —sin contar sanidad ni educación—. Esta cifra supera a la del año pasado, donde se sumaron 16.000 empleados más. Al sector público le sigue, de lejos, la construcción, con 10.500 empleos más. En cuanto a los sectores que más empleo destruyen durante el mes de octubre, la peor parte se la lleva la hostelería, con 85.000 afiliados menos.
A nivel interanual, la lectura de la afiliación también es completamente distinta, ya que nuestro país ha perdido 439.628 afiliados en el último año y sólo ha recuperado la mitad del empleo destruido por la pandemia. Se trata del peor dato en un mes de octubre desde los 717.482 afiliados que se destruyeron en 2012. A cierre de octubre, el número total de ocupados en España se situó en los 18.591.306, todavía por debajo de la cota psicológica de los 19 millones de ocupados.