El 50% de las pymes que sufre morosidad cree que los impagos les llevará a insolvencia o cierre, según Cepyme.
Lejos de mejorar, el impacto de la crisis del coronavirus, ahora con la segunda ola, está castigando sobremanera a las empresas que lograron sobrevivir el impacto de la primera a partir del pasado mes de marzo.
El último barómetro elaborado por Cepyme (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa) refleja que la mitad de las pymes (el 50%) ven comprometida su viabilidad por la morosidad y consideran que estos impagos van a conducirles irremediablemente a la insolvencia o, directamente, al cierre de sus negocios.
Esto significa que la mitad del tejido productivo de pequeñas y medianas empresas en España, las que quedan después de la primera ola del coronavirus pueden ver comprometida su viabilidad. Si tenemos en cuenta que en España el 99,98% de las empresas son pymes y crean el 74% del empleo del país, la desaparición del 50% podría disparar el desempleo a tasas inimaginables en tiempos de paz.
Nuestra economía es la más dependiente de las pymes de toda Europa Solo por detrás de Malta, Letonia, Estonia y Bulgaria que tienen más empleo en pequeñas y medianas empresas, es decir, aquellas que cuentan con menos de 250 trabajadores. Además, en España las pymes suponen el 63% del valor añadido bruto.
Volviendo al barómetro de Cepyme, el 13% de las pequeñas y medianas empresas encuestadas prevé que la morosidad le llevará al cierre de su compañía, el 20% a una situación de insolvencia y un 17% dice que provocará una reducción de su estructura. Además, para la mitad supondrá “más necesidad de financiación o de gastos de financiación“.
Necesidades de financiación
De las encuestadas, el 57% de las pequeñas y medianas empresas españolas espera sufrir un aumento de la morosidad durante la pandemia y el 36% contempla que sufrirá un incremento también por parte de las administraciones públicas.
Cepyme ha alertado de que esta morosidad repercute directamente en los ingresos de la empresa y que en muchos casos “supone un obstáculo para su supervivencia“. El 30% de las pymes que sufre morosidad señala que esta supone más de un 10% de sus ingresos.
El 53% ha señalado que el aumento de la morosidad también les afectará en la pérdida de clientes o en la reducción o pérdida de márgenes (50%). El barómetro también resalta que a más del 25% de las pymes les preocupa sus obligaciones con proveedores y el 11% dice que ya prevé incurrir en impagos con sus proveedores.
El sector insiste en la necesidad urgente de facilitar la inyección de liquidez a las empresas y ampliar los periodos de carencia de los créditos ICO para garantizar la supervivencia de las empresas ante la incertidumbre generada por esta nueva ola.
El periodo medio de pago
El boletín de morosidad y de financiación empresarial sitúa el periodo medio de pago en cifra récord desde 2011. De hecho, en el primer trimestre de 2020 se ha registrado un incremento de los plazos de pago hasta situarse en los 87 días, cuatro más que en el trimestre anterior y frente a los 60 que establece la ley.
Cepyme ha explicado que, aunque los datos corresponden al primer trimestre del año y tan solo recogen los efectos de la pandemia en el mes de marzo, el incremento en el periodo medio de pago ha sido superior al que habitualmente se registra en el primer trimestre de otros años.
Esto, según la patronal, “hace prever que se produzca una tendencia ascendente de la morosidad por la crisis del coronavirus“. Asimismo, ha recordado que en el barómetro del mes de abril ya se recogía que el 20% de las pymes preveía no pagar a sus proveedores.
En cuanto a la incidencia de la morosidad por tamaño de empresa, el boletín refleja que solo las grandes empresas redujeron el período medio de pago en el primer trimestre de 2020, mientras que tanto las microempresas como las pequeñas y medianas empresas incrementaron estos plazos.