El Hospital Clínico de Madrid ha marcado un hito al colocar dos prótesis de rodilla por cirugía robótica. La precisión de la máquina supera a la del cirujano, aunque de momento es primordial para programar la operación.
La cirugía traumatológica y ortopédica asume una enorme parte de la actividad quirúrgica del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid. En nuestros quirófanos, se realizan al año miles de intervenciones, muchas de ellas a consecuencia de problemas derivados del envejecimiento de la población (remplazo de cadera y rodilla, fundamentalmente), otras relacionadas con el estilo de vida -el sedentarismo y la obesidad, por un lado, y las consecuencias de movimientos repetitivos o de la práctica deportiva no profesional, por otra parte- y una proporción minoritaria como parte del tratamiento de algunas enfermedades.
Pero la irrupción de la pandemia de covid-19 ha obligado a postergar todos los procedimientos no urgentes con el consiguiente perjuicio para los pacientes y también para los profesionales. A lo largo de estos meses, han quedado al descubierto las fortalezas y debilidades de nuestro sistema sanitario, y nos hemos visto obligados, de la noche a la mañana, a adoptar y cumplir estrictos protocolos de seguridad y asepsia orientados a evitar contagios y la propagación del SARS-CoV-2.
Sin embargo, aunque la atención a los enfermos de coronavirus haya concentrado buena parte de la actividad asistencial del Hospital Clínico, en este tiempo se han puesto a punto procedimientos y tecnologías que facilitan el cumplimiento de las nuevas exigencias de seguridad e incrementan las garantías de éxito de las intervenciones, así como la reducción de los tiempos de hospitalización y de recuperación. Concretamente, se trata de la implementación de la cirugía robótica en los quirófanos de traumatología.
Precisión extrema
El primero de los grandes pasos por este campo lo dimos el pasado mes de julio al utilizar por primera vez en un hospital público de España un brazo robótico diseñado para colocar tornillos en la columna vertebral con una precisión superior al 99%. El próximo paso está programado para mañana, y consiste en la ejecución de las dos primeras cirugías de prótesis total de rodilla asistidas por un brazo robótico que se van a realizar en España.
De esta manera nos incorporamos con decisión a la tendencia ya común en muchos países de realizar intervenciones traumatológicas utilizando equipos robóticos (en el mundo hay en torno a 1.500 equipos instalados).
En traumatología, los robots permiten colocar con absoluta fiabilidad y reproducibilidad endoprótesis articulares o materiales de osteosíntesis en diferentes localizaciones anatómicas como columna, cadera o rodilla.
Estos sistemas robóticos, mediante las pruebas de imagen previas y la localización de la posición del paciente en la mesa de quirófano, con la ayuda de cámaras tridimensionales y marcadores óseos, superan la capacidad del cirujano de colocar sistemáticamente las prótesis y/o tornillos en la posición perfecta. Así, la cirugía robótica es sobre todo más segura para el paciente, ya que reduce al máximo la posibilidad de complicaciones.
Solo en nuestro Servicio y en un inicio, unos quinientos pacientes podrían beneficiarse de estas nuevas tecnologías.
Experiencia en la columna
Desde julio, en nuestros quirófanos se realizan regularmente intervenciones de columna mediante cirugía robótica. La técnica consiste en fijar con tornillos las vértebras del paciente y a través de unas mínimas incisiones (de unos 3 centímetros de longitud).
La intervención se planifica mediante un TAC realizado previamente que se ‘fusiona’ con las imágenes de rayos X tomadas en el quirófano. Así se obtiene una imagen virtual en tres dimensiones. El robot guía al cirujano para la colocación de los tornillos pediculares en el lugar exacto de las vértebras.
La extremada precisión del robot para fijar los tornillos en el lugar exacto -incluso en el caso de que existan anomalías anatómicas- permite utilizar tornillos más largos y anchos para sujetar mejor las vértebras y reduce considerablemente el riesgo de mala posición de los tornillos que puede conducir a la lesión de nervios o de vasos sanguíneos con las consiguientes consecuencias negativas para los pacientes. Esa mala posición depende de la experiencia del cirujano y puede llegar hasta el 15% en la cirugía lumbar.
Además de para la columna, este primer equipo robótico se dedicará próximamente al tratamiento de fracturas complejas como las de pelvis. Con el segundo robot, mañana daremos el pistoletazo de salida a la cirugía robótica de prótesis total de rodilla; y en unos meses el objetivo es incorporar un tercer robot que pueda acometer la cirugía protésica de cadera.
Este es el escenario en el que se moverá la traumatología en la próxima década a nivel internacional y en el que la Sanidad pública española no puede faltar.