Recuerda que la economía española está mucho más expuesta al Reino Unido que otras grandes del área euro, “en términos tanto comerciales como financieros”.
Hay que llegar a un pacto lo antes posible. El Banco de España considera necesario que el Gobierno alcance un acuerdo comercial con Reino Unido “con la mayor brevedad posible” ante “la fuerte caída de la actividad y la elevada incertidumbre resultantes de la crisis sanitaria”. En un artículo analítico publicado este viernes, el supervisor bancario avisa de que, “cualquiera que sea la modalidad final del Brexit, sus efectos económicos serán significativos sobre la economía del Reino Unido”, pero también sobre la del área euro y, en particular, sobre España.
En este sentido, recuerda que la economía española está mucho más expuesta al Reino Unido que otras grandes economías del área euro, “en términos tanto comerciales como financieros”. A ello se suma que la salida de Reino unido de la UE se produce en un contexto de “debilidad económica significativa” inducida por la Covid-19.
La evolución de la pandemia podría limitar potencialmente la respuesta de las políticas económicas a la perturbación del brexit, “en un contexto en el que el despliegue, en términos monetarios y fiscales, está siendo muy considerable”, añade el Banco de España. Según las previsiones de Consensus Economics de noviembre, se espera que la economía del Reino Unido caiga un 11% en 2020, mientras que la Comisión Europea cifra esa contracción en el 10,3%, 2,5 puntos porcentuales más severa que en el área del euro, apunta.
La finalización, el 31 de diciembre de 2020, del período transitorio previsto en el Acuerdo de Salida supone la salida efectiva del Reino Unido de la Unión Europea, un periodo que se ha dilatado más de cuatro años y medio y que pone fin a 48 años de integración. Según el Banco de España, de no producirse un acuerdo antes del 1 de enero de 2021, las relaciones comerciales entre el Reino Unido y la UE pasarían a regirse por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Esto implicaría la introducción de aranceles de “nación más favorecida”, esto es, aquellos que los países miembros de la OMC imponen a las importaciones de bienes de otros miembros con los que no tienen un acuerdo comercial preferencial. Además, la ausencia de disposiciones relacionadas con el comercio de servicios “constituiría un elemento añadido de incertidumbre”, dada la importancia de las exportaciones de servicios en las relaciones Reino Unido-UE y la inminente pérdida del “pasaporte” de servicios financieros al final del período de transición.