El bono alemán a 10 años lleva en rendimientos negativos desde abril de 2019 y nada parece indicar que esta situación pueda revertirse.
La política laxa que han puesto en marcha los bancos centrales desde hace unos años, y que se ha agudizado todavía con la llegada de la pandemia, está creando fenómenos económicos impensables hace solo unos lustros. Pagar por financiar a los estados es ya una realidad. De hecho, el bono alemán a 10 años lleva en rendimientos negativos desde abril de 2019 y nada parece indicar que esta situación pueda revertirse. En el caso del bono español está prácticamente en el 0%, mientras que en la crisis de 2012 llegó a superar el 6,7%. La única explicación es la compra masiva de deuda que están realizando los diferentes bancos centrales.
Una de las consecuencias derivadas de esta nueva era en la política monetaria acaba de darse en Dinamarca, donde el banco central danés ya ofrece a los propietarios de hipotecas a 20 años un tipo de interés fijo del 0%. Esto significa que no pagarán ningún interés por un préstamo concedido para dos décadas y sin límite de cantidad. Esto ha hecho que los bancos que operan en el país ofrezcan esta oferta a sus clientes.
Lo cierto es que el país nórdico ha sido uno de los que más tiempo lleva conviviendo con los tipos de interés en territorio negativo. Desde hace ocho años, el Banco Central de Dinamarca redujo la tasa de referencia por debajo de cero, lo cual produjo una reducción paulatina de los intereses que pagan los propietarios de hipotecas en Dinamarca.
Además, en este país está vigente el sistema de traspaso por el cual las hipotecas están vinculadas a los bonos garantizados para financiar los préstamos. Esto hace que los prestamistas, que actúan como intermediarios de prestatarios e inversores, generan ingresos a partir de las comisiones, en lugar de por los tipos de interés. No hay que olvidar tampoco que Dinamarca cuenta con el mayor mercado de bonos garantizados respaldados por hipotecas del mundo.
El mercado inmobiliario danés también está registrando importantes cambios, actualmente la brecha entre oferta y demanda de viviendas es la mayor de los últimos años haciendo que haya más demanda y muchas menos ofertas de viviendas. Además, en el mercado danés el 20% de las viviendas son de titularidad pública.
El mercado inmobiliario de Dinamarca vive su mayor brecha desde el período previo a la crisis de 2008
Desde el período previo a la crisis financiera de 2008, el mercado inmobiliario de Dinamarca no se había enfrentado a una brecha similar entre la oferta y la demanda como la que se está viendo ahora, según el análisis de la unidad de financiación inmobiliaria de Nordea Bank Abp.
El número de propiedades residenciales a la venta se ha desplomado a su nivel más bajo en más de una década, estima Nordea Kredit, citando nuevas cifras recogidas por el portal de vivienda boligsiden.dk. Por otro lado, la pandemia de coronavirus ha provocado un aumento en la búsqueda de nuevas viviendas en un escenario de tipos de interés ultrabajos que apuntalan la demanda.
La evolución del mercado es particularmente “preocupante” en la capital, Copenhague, asegura la analista de Nordea Lise Bergmann en una nota al cliente. Bergmann señala que el número de casas en venta en Copenhague se ha desplomado un 40% durante el pasado 2020.
La última vez que hubo tan pocas propiedades en el mercado fue en 2005 y 2006. En aquel momento, la corrección fue dolorosa. Una vez que los precios comenzaron a caer en 2007 y los años siguientes, Dinamarca se encontró en una liquidación en el mercado de la vivienda que desembocó en una caída histórica de los precios.
“Uno puede esperar que el mercado de la vivienda se enfríe en sus rincones más tensionados”, concede, no obstante, Bergmann. Eso podría suceder una vez que la vacuna llegue a más personas y haya menos necesidad de quedarse en casa, apostilla.
“Acabamos de despedirnos de 2020, que ha sido un año histórico en el mercado de la vivienda. La crisis del coronavirus ha supuesto, contrariamente a todas las expectativas, un aumento significativo de la actividad comercial para todo tipo de vivienda. Ya en noviembre de 2020 las ventas de villas y adosados establecieron un récord para la década, y aunque al mismo tiempo se pusieron a la venta más inmuebles que la media de años anteriores, esto no ha sido suficiente para cubrir el aumento de la demanda. Ahora vemos el resultado de esto en las nuevas cifras récord a la baja en la oferta”, diagnostica, a su vez, Birgit Daetz, economista especialista en vivienda y directora de comunicación de Boligsiden.
“La escasa oferta actual es una expresión de la alta velocidad a la que se comercializan las viviendas. Las casas nuevas en el mercado se están vendiendo más rápido que antes, y esto significa que usted, como comprador de vivienda, debe tener razonablemente claro sus deseos, finanzas y necesidades, para estar listo para actuar cuando aparezca la casa de sus sueños”, remacha Daetz.