El obispo de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, ha admitido este lunes que se vacunó contra el Covid-19 en un centro de la Diócesis aunque “en ningún momento creyó estar actuando mal” y ha anunciado que renuncia a ponerse la segunda dosis a partir de la cual se genera la inmunidad.
En un comunicado, el Obispado de Cartagena explica que Lorca Planes, de 72 años, recibió la primera dosis en el centro en el que se vacuna cada año, perteneciente a la Diócesis de Cartagena. Se trata de un centro de asistencia a personas vulnerables al que el obispo acude “con asiduidad” al ser el presidente de su patronato. En concreto, realizó su última visita al mismo el pasado 30 de enero para celebrar la Eucaristía junto a los residentes.
Según explican, el obispo rellenó el consentimiento necesario para que la Consejería de Salud autorizase su vacunación “días previos” a llevarla a cabo. Sin embargo, en ese listado enviado por la residencia Hogar de Betania a la Consejería de Salud para registrar los certificados de vacunación, Lorca Planes no figura como obispo sino como capellán, revela La Opinión de Murcia.
El documento se firmó el 2 de enero, cuando el obispo no estaba dado de alta como capellán, y el diario local ha podido saber que la fecha del registro se manipuló para que constase que el obispo es capellán de la residencia desde julio de 2019. De esta forma, al figurar como trabajador del centro, sí estaría autorizado a recibir la vacuna.
Además, según el rotativo local, junto al obispo se vacunaron su secretario personal, Maximiliano Caballero; el obispo auxiliar, Sebastián Chico; el que fuera arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, y el canónigo de la Catedral Tomás Cascales.
La Consejería de Salud de la Región de Murcia abrirá una investigación sobre la vacunación del obispo, según ha confirmado este martes a Europa Press el portavoz técnico del Comité Covid, Jaime Pérez. “Por lo que se nos ha informado y hemos averiguado, la vacunación se produjo en una residencia. A nosotros nos mandan los listados de personas a vacunar, pero es el sitio donde se va a vacunar el que dice su personal o personas ingresadas” que tienen que recibir la dosis, ha asegurado el portavoz técnico, quien entiende que la Comunidad “no es responsable de eso”.
Renuncian a la segunda dosis
Además del obispo de Cartagena, el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, también ha rechazado la segunda dosis después de la repercusión que ha tenido su vacunación aunque, en cualquier caso, ha asegurado que la recibió “sin buscar ningún trato de favor” y “siguiendo la dinámica de las demás campañas de vacunación”, debido a su “vinculación sanitaria”.
Murgui ha renunciado a recibir la segunda dosis de la vacuna por la “repercusión mediática causada por la interpretación de este hecho” y por el “bien espiritual de todos los fieles” de la Diócesis de Orihuela-Alicante.
El Obispado ha señalado que Murgui se ha puesto “en manos de la Sanidad Pública” para completar su vacunación “cuando, donde y como determine la autoridad sanitaria”.
Además, la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana abrió una investigación sobre la vacunación contra la Covid-19 del obispo de Orihuela-Alicante, para determinar si esta se ha producido o no de manera irregular.
Por su parte, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ya ha recibido la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 en la residencia de sacerdotes mayores y jubilados de Sant Pere i Sant Bernat, en Palma, el pasado 27 de enero.
Según confirmaron a Europa Press fuentes del Obispado de Mallorca, Taltavull recibió la segunda dosis “al igual que el resto de usuarios” de la residencia porque “la vacuna consta de dos dosis”. La primera se la puso el pasado 5 de enero y pidió “perdón” por el malestar que haya podido provocar este hecho.
Según argumentaron desde el Obispado, Taltavull “forma parte de la unidad sanitaria” de esta residencia y “siempre que se ha puesto vacunas, lo ha hecho allí” pues “se le trata como uno más de la residencia”.
También se vacunó el pasado 13 de enero el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, quien recibió la primera dosis junto a los sacerdotes mayores que viven en la residencia sacerdotal San Juan de Ávila, en La Laguna, las religiosas, responsables del centro, personal de la casa y de la empresa externa que se ocupa de la limpieza.
Desde el Obispado precisaron entonces que Álvarez estaba incluido en el listado enviado a las autoridades sanitarias al mantener su domicilio en ese lugar, concretamente en un apartamento adjunto, con cuyos residentes tiene frecuentes contactos y comparte algunos servicios que se prestan.
Si bien, consultados este martes 9 de febrero por Europa Press al respecto de si se le ha administrado la segunda dosis de la vacuna al prelado, desde la diócesis han informado que se ha decidido no hacer más comentarios sobre este tema.
El pasado viernes, el Servicio Canario de la Salud (SCS) dio por finalizado un informe en el que concluye que algunos cargos públicos como la consejera de Sanidad del Cabildo de La Palma, Susana Machín, o el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, se saltaron el protocolo de vacunación.
Entre los prelados que ya han recibido también la primera dosis de la vacuna y que lo han hecho público se encuentra el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, a quien le fue administrada la segunda semana de enero, en su caso, en calidad de residente de la Casa Sacerdotal ‘San Juan de Ávila’ de Córdoba.
Fue el primer obispo en hacer pública su vacunación, y según informaron desde el obispado, el prelado recibió la dosis junto al resto de residentes de la residencia, y dada su consideración como grupo de riesgo por su edad.