La subida en las rentabilidades de los bonos ha provocado que en apenas dos meses más de 4 billones de dólares en deuda hayan abandonado el terreno negativo. Un movimiento que hace que los expertos se replanteen las estrategias de inversión ante el mayor atractivo de algunos sectores.
Los rendimientos negativos de la deuda aparecieron hace más de un lustro en el mercado como una rareza, pero poco a poco se fueron convirtiendo en la nueva normalidad en geografías como la eurozona o Japón. Sin embargo, los últimos vaivenes en la deuda estadounidense han tenido un efecto de arrastre que ha llevado a que cada vez más emisores que se habían acostumbrado a cobrar de los inversores a tener que pagarles.
“El reciente movimiento de los tipos ha sido muy importante en este sentido, ya que ha contribuido a la caída más rápida de la deuda negativa mundial vista hasta ahora”, explican los analistas de BofA Global Research en un informe. De acuerdo con los cálculos de estos expertos, la deuda negativa mundial ha caído de 15,8 billones de dólares a finales de 2020 a solo 11,7 billones a finales del mes pasado. Es decir, una salida de 4,1 billones de dólares que es “más rápida que la caída observada durante la última parte de 2019”.
Los analistas del banco de inversión estadounidense destacan que el movimiento no ha sido homogéneo, sino que en algunas geografías ha sido menos significativo.
Diferencias entre Japón y Alemania
La deuda negativa alemana, por ejemplo, ha caído solo un 10% en lo que va de año (de 2,4 a 2,2 billones de dólares). “Esto debería seguir significando un fuerte comportamiento de búsqueda de rentabilidad por parte de los inversores en los bonos corporativos alemanes”, apunta BofA Global Research. Por otro lado, la deuda negativa japonesa ha caído un 30% en lo que va de año.
“Pensamos que los inversores deberían volver a comprar en los sectores de crédito de alta calidad que anteriormente tenían una gran proporción de bonos de rendimiento negativo, y que ahora tienen mucho menos”, señalan los expertos.
El porcentaje de bonos con grado de inversión de rendimiento negativo -en los sectores de consumo, servicios públicos, sanidad y transporte– alcanzó recientemente un máximo de entre el 45% y el 50%. Ahora, sin embargo, todos los porcentajes han caído alrededor del 20%. “Creemos que estos sectores deberían atraer más la atención de los inversores, desde el lado largo, en los próximos meses”, señala BofA.