El sector en América y Europa sufrió la drástica restricción de los viajes derivada de la lucha contra la propagación del coronavirus, que durante los primeros meses produjo el práctico cierre de los cielos.
2020 fue el peor año en la historia de la aviación, haciendo ‘un roto’ de 46.787 millones de euros a las mayores aerolíneas europeas y estadounidenses, frente a las ganancias de 12.798 millones que se registraron en 2019. La drástica restricción de los viajes derivada de la lucha contra la propagación del coronavirus fue la principal causa. El parón de la actividad desde finales de febrero, más intensa con la declaración de la pandemia en marzo, llevó al práctico cierre de los cielos en todo el mundo, lo que provocó caídas drásticas en los vuelos y en los pasajeros transportados, que se han situado en torno a un tercio de los números de 2019.
El brusco y persistente descenso del tráfico aéreo se ha colado de arriba abajo en la cuenta de resultados de todas las grandes aerolíneas, desde la cifra de negocio -con recortes de en torno a dos tercios sobre los datos de 2019- hasta el resultado neto, que de lucir en negro ha pasado a números rojos en todos los casos. Así los tres grandes grupos de aerolíneas europeos -IAG, Air France/KLM y Lufthansa- suman pérdidas de 20.726 millones en 2020, frente a un beneficio en 2019 de 3.218 millones en 2019. Por su lado, las cuatro grandes compañías estadounidenses -American Airlines, Delta, United Airlines y Southwest- acumulan más de 26.000 millones de pérdidas, mientras que en 2019 habían declarado beneficios por casi 9.800 millones.
Tras una durísima primera oleada de contagios de la covid-19, entre marzo y junio, con Europa y América cerradas a cal y canto, la situación se alivió algo en verano, pero se trató de una “mejoría” (los números siguieron muy por debajo de los de 2019) transitoria, porque en otoño comenzó la segunda ola, también con consecuencias dramáticas.
Además, con los aviones parados, las compañías han quemado liquidez como nunca antes y han debido recurrir a diversas herramientas para asegurar su solvencia, bien en forma de préstamos respaldados por los Estados, en forma de ampliaciones de capital o con diferentes fórmulas como la venta y posterior arrendamiento de aviones. El resultado es un aumento sustancial de la deuda: de los 51.400 millones que acumulaban en 2019, en 2020 han cerrado al doble, algo más de 100.000 millones.
Caídas de casi el 70% en pasajeros
El grupo IAG -al que pertenecen Iberia, British Airways, Aer Lingus, Vueling y Level– perdió el año pasado 6.923 millones de euros frente a las ganancias de 1.715 millones el año anterior. Sus ingresos por pasaje cayeron un 75,5%, aunque en los de carga consiguió una subida del 16,9%. Entre las compañías del grupo, Iberia registró una caída del 69,7% en pasajeros transportados (de 22,4 millones en 2019 a 6,8 millones en 2020); y el resto consignaron descensos incluso superiores al 90 % en el caso de Aer Lingus.
Por su lado, el grupo franco-holandés Air France-KLM -que incluye además a la aerolínea de bajo coste Transavia– perdió 7.078 millones en 2020 después de unas ganancias de 230 millones un año antes, resultado de una caída en los pasajeros transportados del 67,3 % (de 104 millones en 2019 a 34,06 millones).
El Grupo Lufthansa -que incluye además a SwissAir, Austrian, Brussels Airlines y Eurowings-, cerró con una pérdida de 6.725 millones, frente a los 1.213 millones ganados en 2019, y transportó a tan sólo 36,4 millones de pasajeros (un 25% de los de 2019).
En EE.UU., las mayores pérdidas se las anotó Delta Airlnes, con 10.275 millones, después de ganar casi 4.000 millones en 2019. Su cifra de pasajeros cayó un 70% y su deuda casi se dobló, hasta 15.617 millones.
American Airlines perdió al cierre de diciembre último 7.371 millones (frente a los 1.400 ganados en 2019), como consecuencia de la drástica reducción de pasajeros, de 200 a 76 millones.
United Airlines perdió 5.865 millones en 2020, frente a los 2.496 millones perdidos en 2019, con más de 100 millones de pasajeros evaporados en 2020 y una deuda doblada (hasta 20.600 millones).
Por su lado, Southwest Airlines consignó pérdidas por 2.550 millones frente a más de 1.900 millones ganados en 2019. Su deuda se disparó desde los 1.532 millones a cierre de 2019 hasta casi 8.400 millones al finalizar 2020.
Los Estados, al rescate
La debilidad del sector, que ha puesto en solfa miles de empleos, ha obligado a los estados a salir al rescate de las compañías: Alemania inyectó 9.000 millones en Lufthansa; Francia apoyó con 7.000 millones a Air France y Holanda hizo lo propio aportando 3.400 millones a KLM. En EE.UU., el gobierno federal aportó 23.000 millones de euros, fundamentalmente como ayuda para pagar las nóminas.
En España, al margen de los créditos ICO y de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) creó un fondo de rescate, que en el sector de las aerolíneas, de momento, únicamente ha aportado 475 millones a Air Europa para facilitar la operación de compra de esta compañía por Iberia.