El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovkis, ha pedido a España una reforma laboral «amplia y ambiciosa» que ataje «con seriedad» el problema de la dualidad y consiga reducir el «muy elevado» desempleo entre la población joven.
A solo un mes de que venza el plazo para que España presente el plan de recuperación con el que aspira a desbloquear 140.000 millones de euros, Bruselas enseña los dientes. La Comisión Europea ve con inquietud que el paquete español de reformas pueda descarrilar si el Gobierno de Pedro Sánchez acaba reculando en aspectos que a su juicio aportan flexibilidad, como la prioridad de los convenios de empresa, y deja sin atacar la temporalidad o el paro juvenil. En declaraciones a EL PAÍS, el vicepresidente Valdis Dombrovskis advierte: “Una reforma integral y ambiciosa del mercado laboral es la primera prioridad”.
La Comisión Europea pocas veces acostumbra a ser tan clara. El plan con el que España debe poner negro sobre blanco las reformas e inversiones con las que quiere transformar su economía es de los más avanzados de la UE. Pero la letra pequeña importa, y mucho. Bruselas observa con lupa cada paso que da el Gobierno de Sánchez en los tres grandes paquetes de reformas que le ha exigido: empleo, pensiones y unidad de mercado. Y tras los primeros compases de las negociaciones entre la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y los agentes sociales, el Ejecutivo comunitario teme que España les lleve una reforma laboral descafeinada.
La Comisión ve con preocupación que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, haya empezado el diálogo social con la negociación sobre la derogación de la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales, según adelantó ayer EL PAÍS. Bruselas cree que esta medida puede restar flexibilidad al mercado laboral. En especial, el Ejecutivo comunitario cree que esa carpeta puede empantanar el debate sobre las reformas al suscitar división entre los agentes sociales. Y que, al final, España acabe presentando un plan de menor alcance.
Dombrovskis expuso el diagnóstico que la Comisión hace de la crisis de España, el país que sufrió el mayor derrumbe de la UE. “La economía española sufre debilidades estructurales antiguas, que la pandemia ha hecho aún más visibles”, sostiene el vicepresidente económico de la Comisión. Bruselas ha decidido por ello que España sea el segundo mayor receptor de ayudas, solo por detrás de Italia. En total, 140.000 millones, de los cuales 72.700 millones serán subvenciones a fondo perdido. “Desde esa perspectiva, por supuesto, es muy importante que España haga bien su plan”, añade.
Bruselas ha defendido la reforma laboral del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Y si bien no ha dicho que sea intocable, en el examen anual de febrero de 2020 sí instó al Gobierno de Sánchez a que “cualquier nueva medida” para dar marcha atrás solo se adoptara “tras haber evaluado de forma cuidadosa su potencial impacto y manteniendo los logros de pasadas reformas”.
Políticas activas de empleo
Dombrovskis reconoce el camino andado hasta ahora por España, uno de los países con uno de los planes de recuperación más avanzados. Sin embargo, también le marca el camino. “Una reforma integral y ambiciosa del mercado laboral es la primera prioridad, ya que el país debe abordar seriamente la dualidad de su mercado laboral y los altísimos niveles de desempleo juvenil”, sostiene el vicepresidente de la Comisión. En plata: Bruselas no aceptará una propuesta de reforma que no ataje los principales problemas estructurales que arrastra España.
El responsable económico de la Comisión, que se reunió la semana con la vicepresidenta Nadia Calviño, avisa de que “las políticas activas del mercado laboral también deben renovarse”, puesto que considera que su “implementación no ha funcionado bien hasta ahora” y “serán cruciales para ayudar a los trabajadores y las empresas” en el proceso de transformación económica que el fondo de recuperación económica debe poner en marcha si finalmente es ratificado por los Veintisiete.
Dombrovskis sigue sostiene que España está “muy avanzada en la elaboración de su plan de recuperación y resiliencia”. “Los intercambios entre las autoridades españolas con la Comisión han sido constructivos durante los últimos meses y esperamos que España pueda presentar su plan en las próximas semanas”, agrega el también comisario de Comercio. A pesar de que La Moncloa esperaba presentar el plan de recuperación este mes, en Bruselas dan por hecho que las conversaciones se adentrarán hasta buena parte del mes de abril.
La Comisión pide concretar un calendario para las reformas
De las conversaciones mantenidas hasta ahora entre Bruselas y Madrid, el vicepresidente ejecutivo Valdis Dombrovskis concluye que la Comisión y el Ejecutivo de Sánchez tienen los mismos puntos de vista. “Nos alegra que el gobierno español comparta nuestra evaluación de la situación”. De hecho, el discurso de la vicepresidenta del gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, va en la línea de lo que demanda Dombrovskis, con quien se reúne periódicamente para negociar el plan español.
Si bien la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quiere empezar a desmontar la reforma del PP por la negociación colectiva o la subcontratación, Calviño cree que hay que reducir los tipos de contrato. “La prioridad es impulsar el crecimiento, recuperar a los trabajadores y atajar el desempleo juvenil, y eso supone centrarnos en reducir la dualidad que tenemos en el mercado laboral”, afirmó en Onda Cero.
Bruselas espera que el ministerio convierta esa visión en “hitos y objetivos concretos”. La letra pequeña: quiere un calendario claro sobre el despliegue de las reformas que le demanda, que irá marcando todos los desembolsos. “La Comisión examinará de cerca el resultado”, concluye.