La despoblación ya no es solo un fenómeno rural, sino que se está extendiendo a las ciudades medias y pequeñas del interior y del norte de España, según un estudio demográfico elaborado por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y del Centro de Estudios Demográficos (CED).
La investigación, titulada “Descapitalización educativa y segunda oleada de población” y que publica este jueves la revista “Perspectivas Demográficas”, es el primer estudio sobre migraciones de los jóvenes españoles entre CCAA y sobre despoblación en España teniendo en cuenta el nivel educativo y el ámbito territorial.
Según el estudio, un total de 776.000 jóvenes de 25 a 39 años nacidos en España -155.269 de media al año- migraron de su comunidad autónoma de residencia entre 2013 y 2017, el 80,7 % de ellos hacia otras regiones españolas y un 19,3 % al exterior.
El trabajo demuestra que el fenómeno de la despoblación ya no sólo se produce en los pueblos rurales sino que comienza a afectar a los ámbitos urbanos de las regiones despobladas, que expulsan a los jóvenes locales con estudios universitarios de las ciudades.
El estudio también concluye que los intercambios de jóvenes entre CCAA “no son equilibrados, ni en el balance de entradas y salidas, ni en el perfil educativo de las personas que llegan y se marchan”.
El informe constata que Madrid es el principal receptor de jóvenes con estudios universitarios, lo que hace que el 28,8 % de los universitarios entre 25 y 39 años que residen en Madrid han nacido en otras regiones españolas.
Por contra, Castilla y León es la comunidad de la que más universitarios han emigrado, ya que el 38,2 % de los nacidos en esta CCAA de este rango de edad y nivel educativo viven en otras partes de España, seguida de Castilla-La Mancha y Asturias.
Según el investigador Miguel González-Leonardo, autor del informe junto a Antonio López-Gay y Joaquín Recaño, “tras el éxodo rural masivo del desarrollismo, se redujeron las corrientes migratorias interregionales entre mediados de los años 70 y finales de los 90”.
“Pero con el cambio de siglo -añade-, la emigración de jóvenes del interior peninsular y de la cornisa cantábrica se incrementa hacia otras partes de la geografía española, gestándose una segunda oleada de despoblación que ahora no solo afecta al medio rural sino, mayoritariamente, a las capitales de provincia”.
El demógrafo destaca que estas salidas están compuestas por “una elevada proporción de titulados universitarios, lo que también genera un fuerte proceso de descapitalización educativa”.
Unas pocas CCAA, entre las que destaca Madrid, Baleares y Cataluña, aglutinan la mayor parte de las entradas de migrantes con estudios universitarios.
Por contra, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Asturias y Extremadura son las que más jóvenes de entre 25 y 39 años pierden.
El estudio revela que un 38,7 % de las migraciones interregionales de jóvenes de entre 25 y 39 años, 48.105 al año, llegan o parten de la Comunidad de Madrid, con un saldo positivo de 10.136 personas.
El 35 % de las entradas proviene de ambas Castillas, mientras que Extremadura, Galicia, Asturias, Cantabria, Andalucía, la Comunidad Valenciana, Canarias y Cataluña también tienen contingentes migratorios destacados hacia Madrid, pero en las tres últimas no suponen pérdidas relativas significativas.
Cataluña es el segundo receptor, con un saldo neto de 3.211 jóvenes al año, y Baleares también registra un balance positivo, 2.024.
Entre el 45 y el 55 % de los jóvenes de 25 a 39 años nacidos en Castilla y León, Galicia, Asturias, Navarra, Castilla-La Mancha, Cantabria y Comunidad Valenciana que han emigrado hacia otras partes de España tienen estudios universitarios, frente al 30-35 % de los que permanecen en la región de nacimiento.
El estudio también constata que no solo se van los más cualificados, sino que jóvenes procedentes de otras autonomías tienen un nivel educativo más bajo respecto a los que se marchan.
Así, en Castilla y León, el 53,8 % de los locales que han emigrado tienen titulación universitaria, que por el contrario poseen tan solo el 36,7 % de los nativos de otras CCAA que residen en la región.
Según los demógrafos, Madrid se posiciona como el principal importador de universitarios oriundos del resto de España, al mismo tiempo que expulsa a los jóvenes de los estratos socioeducativos más bajos hacia el norte de Castilla-La Mancha: el 64,9 % de los jóvenes procedentes de otras regiones que residen en Madrid son titulados universitarios y el 30,1 % de los que emigran.
Castilla y León es la comunidad más perjudicada, con un saldo negativo de -2.175 autóctonos de 25 a 39 años al año en las capitales de provincia, -834 en los municipios urbanos restantes y -1.299 en el medio rural.