En comparación con el recuento anterior de 2010, la población aumentó un 5,38% en 10 años, la progresión más baja desde los años 1960.
El pasado noviembre, siete millones de funcionarios chinos fueron elegidos para tocar todas las puertas del país más poblado del mundo. Cada uno de ellos tuvo dos meses para hacer un registro de 250 personas. Los datos que anotaron en sus libretas darían forma a un censo que se prepara cada diez años y que es una herramienta fundamental para las futuras políticas en la segunda potencia mundial.
Este martes, la Oficina Nacional de Estadísticas de China ha presentado los primeros datos del censo de 2020. Empecemos por el final, por las conclusiones: la población crece. Pero es un crecimiento ralentizado, menor que en la década anterior y el más lento desde 1960. También es una población más envejecida. No nacen tantos bebés como el Partido Comunista quisiera. Y el desequilibrio de género continúa porque sigue habiendo muchos más hombres que mujeres.
Sigamos con las cifras: China, según el nuevo informe, tiene ahora 1.411.778.724 de habitantes, lo que representa un 18% de la población mundial. Este dato supone un 0,53% más que en el anterior censo de 2010. China tiene 72 millones de habitantes más que hace diez años, una subida de un 5,38%. Pero la realidad es que la tasa de crecimiento es más lenta -en 2010 fue del 0.57%- que cuando implementaron la política de un solo hijo en 1979. Y eso que en 2015 se cambiaron las restricciones y las familias ya pudieron tener dos hijos. La cifra está muy lejos del objetivo previsto de alcanzar los 1.420 millones en 2020.
Con estas cifras, China podría dejar de ser el país con más población mundial más rápido de lo previsto. Y es que India debería contar en 2020 con 1.380 millones de habitantes, estima la ONU. La población de India crece una media de 1% anual, según un informe publicado el año pasado por Nueva Delhi.
Durante la presentación del último censo, los demógrafos chinos han sido pesimistas, confirmado que la tendencia a la baja es inevitable y que es probable que la población de China comience a disminuir a partir de 2022.
Estas últimas semanas se habían publicado algunos informes asegurando que Pekín anunciaría su primer descenso de la población, por debajo de los 1.400 millones de personas, cifra sólida desde el 2018. Especialmente se difundió un reporte del Financial Times diciendo que China se preparaba para la primera caída de población desde 1960, cuando el Gran Salto Adelante de Mao Zedong dejó a su paso hambruna y muerte como consecuencia.
El diario financiero británico no acertó. Muchos pueden dudar de las cifras del censo elaborado por las autoridades chinas por sus antecedentes de falta de transparencia. Pero no existe otra forma de medir desde fuera estos datos porque no hay ninguna entidad que tenga capacidad para tocar las puertas de las aldeas más remotas del gigante asiático y preguntar a las familias cuántas personas viven en sus casas.
Hay más datos interesantes presentados en el último censo: un total de 845.697 extranjeros viven en China continental, en comparación con los 593.832 de hace una década. La población urbana ha subido al 64% frente al 50% en 2010. Los trabajadores migrantes siguen trasladándose a las ciudades. Pero la fuerza laboral cada vez es más mayor.
El número de personas de 60 años o más aumentó a 264 millones, frente a 177,6 millones en el censo de 2010, y el número de personas de 65 años o más aumentó a 190 millones, frente a 118,8 millones de hace una década. La proporción de personas de 14 años o menos fue del 17,95%, 1,35 puntos porcentuales más que en el censo de 2010. La proporción de personas de entre 15 y 59 años fue de 894 millones, 6,79 puntos menos que hace diez años.
Los demógrafos estiman que China perderá 35 millones de trabajadores durante los próximos cinco años, mientras que 300 millones, casi la población total de Estados Unidos, serán elegibles para la jubilación. “Los observadores dijeron que los resultados del séptimo censo nacional revelan que la población de China no solo está disminuyendo, sino que también su estructura demográfica se está deteriorando con una población que envejece cada vez más. Servirá como una referencia importante para el ajuste de la política económica y de población de China, así como los planes para posponer la jubilación, que puede llegar en el próximo año o dos”, concluye el diario estatal Global Times.
Más hombres que mujeres
Otro punto sensible es el desequilibrio causado en un país que tiene 35 millones más de hombres (51,24%) que mujeres (48,76%). Una diferencia que se viene arrastrando desde la política de un solo hijo que los políticos aplicaron en 1979. Con lo que no contaban era que, a la hora de limitar la procreación a los padres, estos siempre iban a dar preferencia al varón.
Esa política estuvo vigente hasta hace tan solo seis años. Ya se pueden tener dos hijos. El problema es que la tasa de natalidad lleva dos años consecutivos cayendo al nivel más bajo desde que se fundó la República Popular China en 1949. Los demógrafos chinos apuntan a que Pekín tendrá que levantar por completo las restricciones de natalidad en el futuro cercano para hacer frente a la disminución de la tasa de natalidad.
Según las cifras publicadas a principios de febrero por el Ministerio de Seguridad Pública, se registraron 10,03 millones de nuevos bebés en 2020, un 14,9% menos que el año anterior. Un problema demográfico que se acentúa además por el envejecimiento de la población. Se prevé que un tercio de la población tendrá más de 60 años antes de 2050. Y un informe de la Academia China de Ciencias Sociales dice que el fondo de pensiones estatal podría quedar vacío en 15 años.
En la China de hoy -mucho más cara que la de hace una década, sobre todo las grandes ciudades- tienes que poder comparte un piso, tener un título universitario y, además, ahora quieren que tengas dos hijos porque la población envejece, pero la vida se ha encarecido a raíz del crecimiento económico. Y las mentalidades de los jóvenes han cambiado. Sobre todo, de las mujeres, que dan prioridad a su desarrollo profesional, miran más su bolsillo y posponen la idea de tener una pareja y ser madres.
Y no será porque el Gobierno chino no lo esté intentando: pancartas en los parques de muchas ciudades lemas como “Madre, tu país te necesita“; incentivos económicos; exenciones de impuestos para aquellas parejas que dejen los anticonceptivos y busquen el segundo retoño. Incluso las juventudes del Partido Comunista tienen una web de citas.
Los seis censos de población anteriores se realizaron en 1953, 1964, 1982, 1990, 2000 y 2010. El primero llegó cuatro años después de que Mao Zedong proclamara la República Popular China. Ese año, copiando la experiencia soviética, los líderes chinos empezaron a industrializar un empobrecido país y a crear un aparato gubernamental centralizado que ejercía un control sobre la política económica y social a través de enormes ministerios levantados en Pekín. Entonces, la población apenas superaba los 600 millones.