El Gobierno aprueba un nuevo aumento de la presión fiscal, esta vez por 1.352 millones y escudándose en la “sostenibilidad” y la “salud”.
El Consejo de Ministros dio el pasado martes luz verde al anteproyecto de ley que pone en marcha la creación de dos nuevos impuestos. Se trata de los gravámenes aplicados sobre los residuos y los plásticos, un doble palo fiscal que la Administración Sánchez anunció hace ahora dos años e incluyó el pasado ejercicio en sus anuncios estrella, si bien su tramitación parlamentaria seguía pendiente.
La ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, aseguró que se trata de una ley “largamente esperada” que va a “dar respuesta a uno de los mayores desafíos del medio ambiente, como es la correcta gestión de residuos“. Además, añadió que el nuevo tributo va a “contribuir a la sostenibilidad de la salud humana“.
Según Montero, aprobar esta norma es la “clave de bóveda” de una ofensiva orientada a “impulsar la economía circular”. De acuerdo con la titular de Hacienda y portavoz del gobierno, “el texto recoge por primera vez limitaciones en el uso de plásticos de un solo uso, establece un impuesto para restringir su uso y exigir información al consumidor y, en línea con la UE, propiciar que sea uno de los recursos propios”.
Durante su comparecencia ante los medios, Montero recalcó que el nuevo impuesto es “una herramienta para modernizar nuestro modelo de crecimiento y pasar de lo lineal a lo circular generando innovación, generando competitividad, nuevas oportunidades empresariales y un gran campo de generación de empleo”.
La nueva tasa sobre los residuos supone un recargo de 40 euros por tonelada y generará 861 millones de euros anuales, según los cálculos de Hacienda. Por otro lado, el impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables implica un pago de 0,45 euros por cada kilo de plástico no reciclado y aportará 491 millones de recaudación anual, siguiendo las estimaciones oficiales.
Otro aumento fiscal
En lo que va de año, el gobierno ha aprobado una decena de subidas en todo tipo de gravámenes:
- IRPF de las rentas del trabajo, con un tipo de 47% por encima de 300.000 euros, convirtiendo a España en uno de los países que más grava los ingresos de los trabajadores con retribuciones más elevadas.
- IRPF de las rentas del ahorro, con un nuevo tramo del 26% para ingresos de más de 200.000 euros.
- Reducción de la desgravación por aportaciones a los planes de pensiones en el IRPF, cuya aportación máxima baja de 8.000 a 2.000 euros.
- Impuesto sobre el Patrimonio, con un tipo de referencia del 2,5%.
- Subida del tipo efectivo de Sociedades vía limitación del 100% al 95% en la exención aplicable en la repatriación de dividendos y plusvalías obtenidas por filiales con actividad en el extranjero.
- Subida del 6% al 8% en el impuesto sobre las primas de seguros.
- Aumento del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas.
- Recargo del 3% en determinados servicios digitales (3%), conocido como Tasa Google.
- Impuesto sobre determinadas transacciones financieras.
- Aumento del impuesto de matriculación, con un encarecimiento medio de 800 euros por vehículo.
A estos diez repuntes de la presión fiscal se les suman ahora las dos subidas anunciadas por el Ejecutivo, afectando a los residuos y los plásticos.