Madrid es la comunidad con mayor número de políticos, funcionarios y trabajadores públicos. Es el lugar donde se concentran más cámaras de representación, ministerios, trabajadores autonómicos y municipales por metro cuadrado.
Es por tanto el principal beneficiario del desorbitado poder adquisitivo que permite a los sectores improductivos el BCE con su intervención de la prima de riesgo y la compra ilimitada de deuda española. Por eso crece más que la media nacional, tras caer a doble dígito en 2021. De hecho está en juego el ‘sorpasso’ al PIB catalán de 2018.
La mayoría de los partidos políticos contendientes han decidido plantear en clave nacional las elecciones que la Comunidad de Madrid celebra hoy, en las que buscan testar en las urnas el resultado de sus diferentes estrategias de gobierno, oposición y alianzas. Más allá, sin embargo, el devenir de estas elecciones tendrá otro tipo de eco en toda España porque de las decisiones que tome el nuevo Ejecutivo madrileño dependerá en buena medida que la locomotora económica del país lo siga siendo o a qué ritmo tire del resto de vagones en salida de la crisis del Covid.
La región logró situarse al cierre de 2018 como principal economía autonómica de España tras sellar un sorpasso a la catalana en la que pesaron tanto los méritos de la capital como la diáspora empresarial que causó el prusés secesionista en Cataluña. La tendencia se consolidó en 2019, cuando Madrid supuso el 19,3% del PIB español, frente al 19% catalán, y, a falta de los datos actualizados del Instituto Nacional de Estadística (INE), habría mantenido su posición en 2020 pese a que la pandemia trastocó el reparto autonómico y situó a ambas por debajo del 19% del total, según las proyecciones elaboradas a partir de las estimaciones de Funcas.
La dependencia del sector servicios (ver despiece) habría convertido a la región en una de las más castigadas económicamente por la pandemia, experimentando un retroceso de entre el 10,3% y el 13,6% en función de las estimaciones consultadas, frente a la caída del PIB nacional del 10,8%. La expectativa está puesta en que la comunidad sea una de las que más crezca este año, cuando el Ejecutivo central estima que la economía nacional rebotará un 6,5%.
De momento, pese al impacto frontal de la tercera ola del coronavirus y del temporal Filomena, dos de las principales causas de la nueva caída de PIB estatal (-0,5%) en el primer trimestre del año, Madrid parece estar escapando de los peores efectos del retroceso. Cerró el periodo con 50.300 parados menos y 40.400 empleos más, según la última EPA, que sitúa su paro en el 12,15%, frente al 15,98% de media nacional. También Cataluña, sin embargo, logró crear empleo y la gestión de los próximos meses de reactivación podría poner en juego el sorpasso. BBVA Research, de hecho, asume que el PIB catalán aumentará en 2021 un 5,5%, en línea con el nacional, y que madrileño crecerá por debajo, un 5,1%.
De momento, Madrid ha conseguido capear parte del golpe pandémico captando tres de cada cuatro euros de inversión extranjera en el país. Por delante queda el reto de cómo gestionar las restricciones a la actividad por el Covid una vez que el próximo fin de semana decaiga el estado de alarma y el de sacar el máximo partido posible a las ayudas europeas en ciernes, de las que España aspira a ingresar unos 27.000 millones en lo que queda de año y un total de unos 70.000 millones en subvenciones hasta 2023. Un periodo clave pues la región volverá a celebrar comicios ese mismo año, dado que el estatuto regional mantiene inalterado el calendario electoral original pese al anticipo de hoy.
A corto plazo, salvando su choque frontal en lo tributario, los grandes partidos coinciden en la necesidad de impulsar una nueva ronda de ayudas directas a empresas y de promover un nuevo Presupuesto, pues de momento sigue prorrogado el de 2018. El calendario de investidura complica, en todo caso, que las nuevas cuentas estén vigentes antes del segundo semestre, con lo que está por ver si los esfuerzos no se concentrarán ya en impulsar un proyecto para 2022. Del diseño de ese Presupuesto, la capacidad de reanimar la actividad tras la parálisis pandémica y el aprovechamiento de los fondos europeos dependerá, en buena medida, el futuro económico de la región y, por ende, de buena parte de la recuperación del país.
Cómo industrializar una región con un 85% del PIB en servicios
Hoy pesa un 9,6%. Una de las propuestas electorales que coinciden en promover los seis grandes partidos que se disputan las elecciones de hoy es, con distintos matices, la de reindustrializar la región. Se trata de uno de los sectores que mayor recorrido puede lograr, dado el apoyo directo que pueden suponer los fondos europeos en camino y su escasa importancia relativa en la actualidad. A cierre de 2020, según los datos de la oficina estadística regional, la Industria apenas suponía un 9,6% del PIB madrileño, lo que duplica el 5,26% de la construcción y multiplica el 0,2% de la agricultura, pero palidece frente al 20% de la hostelería, el 42% de servicios financieros y a empresas o el 85% del total de servicios.