La nueva ley, aprobada en diciembre de 2020, establece que dentro de dos años los ciudadanos de países fuera de la UE que no tengan un convenio de reciprocidad deberán pasar una EBAU española.
La nueva ley orgánica de educación LOMLOE aprobada en diciembre del año pasado establece que los alumnos extranjeros que quieran venir a España a estudiar y que no pertenezcan a países de la Unión Europea ni tampoco tengan un convenio de reciprocidad deberán pasar una EBAU española antes de ser admitidos en sus universidades, además de enfrentarse a las pruebas específicas que se exigen para subir nota en las carreras más demandadas.
Esto supondrá que estudiantes de países como Estados Unidos o Canadá, así como de zonas geográficas como Latinoamérica o el norte de África, encontrarán más dificultades a la hora de acceder a la educación ofertada por las distintas universidades españolas, ya que además de aprobar la selectividad de su país deberán enfrentarse a una prueba extraordinaria en castellano. Sin embargo, los alumnos que provengan de países como China no tendrán que pasar dicha prueba, así como tampoco aquellos que vengan de Suiza, Liechtenstein, Islandia o Andorra, que a pesar de no pertenecer a la Unión Europea cuentan con un convenio de reciprocidad.
“Se está trabajando en extender a Latinoamérica y Estados Unidos acuerdos basados en el mutuo reconocimiento de los sistemas educativos”, señala el Ministerio
La norma modifica la LOMCE anterior, aprobada en 2013 por el ministro Wert, según la cual se eliminaba la obligatoriedad de realizar una EBAU española para alumnos extranjeros, dejando la decisión de poder realizarla o no en manos de cada universidad. España es uno de los países del mundo que más internacionalizado tiene su sistema educativo, sobre todo a través de su programa Erasmus. En 2019, antes de la crisis del coronavirus, España fue el país que recibió un mayor número de alumnos de otros países, más de 47.000, seguido de Alemania, con 32.000 alumnos.
¿Un freno a la llegada de estudiantes extranjeros?
A pesar de que dicho programa Erasmus consiste en un intercambio de estudiantes temporal y puntual (que normalmente suele durar de seis meses a un año) y no tiene nada que ver con la recepción de alumnos extranjeros para estudiar un grado completo, desde el entorno universitario se teme que esta nueva ley pueda frenar la llegada de alumnos procedentes de países tan importantes en materia de educación como Estados Unidos, un puntal en áreas como la ingeniería o la tecnología.
“Los acuerdos deben tener un carácter recíproco que beneficien por igual a los estudiantes extranjeros que vienen a España, como a los españoles que vayan a estudiar a ese país”
Fuentes del Ministerio de Universidades han asegurado a este diario que dicha norma que obliga a los alumnos a presentarse a una EBAU española de países fuera de la Unión Europea y que no cuenten con un convenio de reciprocidad entrará en vigor dentro de dos años, cuando deje de estar vigente la anterior ley educativa. Sin embargo, reconocen que ya están trabajando conjuntamente con el Ministerio de Educación y Formación Profesional así como con la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) para definir cómo será esa prueba EBAU para estudiantes extranjeros, con el objetivo de “facilitar y potenciar la internacionalización de las universidades españolas, atendiendo a la rigurosidad académica y no discriminatoria para los ciudadanos españoles”.
Del mismo modo, confirman que “se está trabajando en extender a los países latinoamericanos y estadounidenses estos acuerdos de acceso a las universidades españolas, acuerdos que se basan, como es lógico, en el mutuo reconocimiento de los sistemas educativos y los procedimientos de acceso respectivos a las universidades”.
Una “prioridad estratégica”
“Los acuerdos deben tener un carácter recíproco, es decir, que beneficien por igual a los estudiantes que de ese país vienen a España, como también a los estudiantes españoles que vayan a estudiar a ese país”, señalan fuentes del Ministerio de Universidades a El Confidencial. “Por ello, el gobierno junto con la CRUE está trabajando en un doble sentido: primero, fijar una prueba que por sus características facilite la internacionalización, pero siempre desde el rigor académico; y segundo, extendiendo los acuerdos educativos a otros países como los latinoamericanos, Estados Unidos o Canadá, por ejemplo”.
Según reiteran, la internacionalización del sistema educativo es una “prioridad estratégica” del Ministerio de Universidades “compartida con la CRUE”. Uno de los aspectos que más ‘rechina’ a ciertos sectores de la comunidad universitaria es que actualmente exista un convenido de reciprocidad con países comunistas como China, a fin de cuentas un país que está un tanto alejado cultural y educativamente de nuestro país, y no con Latinoamérica o Estados Unidos, con los que ‘a priori’ se comparten más lazos culturales y educativos. Por otro lado, también ven como “sospechoso” que cuenten con este tipo de convenios de reciprocidad países como Suiza, Andorra o Liechtenstein, al ser considerados como “paraísos fiscales” o no gozar de una sólida transparencia bancaria.