No concreta cómo se realizará este cobro ni qué se gravará exactamente, pero sí que entrará en vigor en tres años. Anuncian también que revisarán las bonificaciones del diésel, por ser contaminante.
El Gobierno se ha comprometido con Bruselas a crear un “pago por uso de la red viaria de carreteras“, una medida que incluye dentro de su ficha 28 sobre la reforma fiscal, en la que recoge también su intención de eliminar las bonificaciones al diésel.
“Reformas en materia de movilidad sostenible que se enuncian a continuación: crear un pago por uso de la red viaria de carreteras; revisión de las figuras tributarias que gravan la matriculación y la utilización de vehículos con objeto de adaptarlas a estándares medioambientales; revisión de las bonificaciones de los hidrocarburos utilizados como carburante para la equiparación progresiva de los tipos impositivos en atención a su poder contaminante”, incluye el Ejecutivo.
Estas medidas son solo un ejemplo de las propuestas del Gobierno para incrementar la recaudación del Estado vía impuestos, un movimiento necesario para poder afrontar el aumento del gasto público y reducir paulatinamente el déficit público, que cerró 2020 en el 11% del PIB. En concreto, estas dos últimas medidas están en línea con los objetivos de la Unión Europea de avanzar en la sostenibilidad medioambiental.
“Con el fin de lograr una movilidad más sostenible, deberán analizarse las figuras que gravan o que podrían gravar la utilización o disposición de vehículos o el uso de carreteras, entre otros”, señalan, en alusión a la posible creación de algún nuevo impuesto que habría que pagar por tener un coche o utilizar las carreteras.
El Ejecutivo no da más detalles, no explica cómo funcionaría ese impuesto ni si los pagos por el uso de carreteras se articularían en forma de peajes, ni en qué vías en concreto.
Sí que especifica que la aprobación de este nuevo pago no llegará hasta el último trimestre de 2023, con lo que no entrará en vigor hasta 2024.
Subir el impuesto al diésel
“Los tipos impositivos en el Impuesto sobre Hidrocarburos son más elevados para la gasolina que para el gasóleo. Esta diferencia se basó en la creencia de la menor contaminación de la combustión del diésel. En la actualidad se ha demostrado que, para un mismo nivel tecnológico de motor, la contaminación del diésel no es inferior a la gasolina. Además, la combustión del gasóleo provoca emisiones de NO2 y de otras partículas contaminantes que afectan a la calidad del aire de las ciudades”, argumentan.
Por ello, consideran precisa “la revisión de las bonificaciones existentes en la actualidad en algunos carburantes empleados en automoción”. El Gobierno ya incluyó esta medida en su proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2021, pero tuvo que eliminarla por las presiones de Ciudadanos y el PNV.
De hecho, el Ejecutivo admite que el principal impedimento para sacar esta reforma adelante será contar con los apoyos suficientes para aprobarla en el Parlamento.
El pago por carreteras y el impuesto al diésel “beneficiarán a toda la población”
“En cuanto a las restantes reformas, cabe señalar la posible oposición por los agentes económicos afectados por la misma y la necesidad de contar con los apoyos parlamentarios suficientes para
llevar a cabo su aprobación en el Parlamento“, admiten.
En el Plan enviado a Bruselas, el Ejecutivo señala que ambas medidas (pago por uso de carreteras y subida del impuesto al diésel) beneficiarán a toda la población: “persiguen lograr una movilidad más sostenible y respetuosa con el medioambiente, de lo que se beneficiará toda la población”.
En cuanto a los tiempos, el Ejecutivo revisará entre enero y marzo del año que viene los impuestos sobre matriculación y circulación, y no será hasta la recta final del año (último trimestre) cuando revise la imposición sobre los hidrocarburos.