Iniciada en 2004, su presupuesto ha pasado de los 75 a los 250 millones de euros. Esta mañana ha comenzado el llenado de una infraestructura pensada para evitar inundaciones.
Probablemente pasará a la historia como una de las infraestructuras que más tiempo ha tardado en culminarse, pero no por su complejidad técnica sino por los cambios introducidos por los Gobiernos de PP y PSOE. Es la presa de Castrovido, una presa que viene a cumplir un sueño 17 años después con un presupuesto que se ha multiplicado por tres hasta los 250 millones.
El 23 de febrero de 2004 estaba llamado a ser un día señalado en la provincia burgalesa. Tras años dando forma al proyecto, comenzaron las obras de construcción de la ansiada presa de Castrovido (Burgos) para acabar con los desbordamientos del río Arlanza.
Construida con una cota máxima de 1.045 metros y un volumen de 82 hectómetros cúbicos, la presa formaba parte del Plan Hidrológico Nacional, y en 2004, durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, comenzaron las obras, que, con una inversión inicial de 75 millones de euros, se esperaba que estuviesen finalizadas en 2007. La realidad, sin embargo, ha trastocado totalmente los planes. El llenado ha tardado 14 años más de lo anunciado y el presupuesto se ha más que triplicado hasta alcanzar los 250 millones de euros.
Como principal causa, los continuos cambios introducidos por cuatro ministros diferentes, tanto de PP como de PSOE, algunos de ellos más empeñados en paralizar el proyecto que en acabarlo, como fue el caso de la socialista Cristina Narbona y la popular Isabel Tocino.
A eso se unió el accidente ocurrido en octubre de 2011, en el que murieron 4 trabajadores y que paralizó los trabajos dos años.
Hoy, ha comenzado su puesta en servicio con la presencia del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, con el objetivo de contribuir a mitigar los daños de las crecidas, protegiendo así a las poblaciones ubicadas aguas abajo de la cuenca del Arlanza “en un escenario de cambio climático donde las fluctuaciones del caudal se prevén cada vez más acentuadas”, dice la Confederación Hidrográfica del Duero.
Mediante la regulación del Arlanza, la presa asegura además el mantenimiento de un adecuado caudal ecológico, impidiendo la alteración del ecosistema y garantiza los diferentes usos destinados al riego y al abastecimiento demandados, con un absoluto respeto por el ecosistema fluvial. El secretario de Estado ha recorrido esta infraestructura junto al delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, y la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero, Cristina Danés, entre otras autoridades autonómicas y locales.
Ubicada en el término municipal de Salas de los Infantes, una de las localidades más afectadas por las inundaciones en época de crecidas, la presa principal de Castrovido forma, con la configuración de órganos de desagüe actual, un embalse de una capacidad máxima de 44 hectómetros cúbicos.
Esta presa, de gravedad y planta recta, en hormigón en masa, tiene 534 metros de longitud en coronación y una altura máxima sobre cimientos de 95 m. Cuenta con dos torres de toma, dos aliviaderos (inferior y superior) y dos desagües de fondo, así como con todos los elementos electromecánicos necesarios para su control, destacando la complejidad del sistema de auscultación provisto para el control de la infraestructura.
Nuevo ecosistema
Destaca el valor ambiental de la actuación en la presa de cola, una presa de tipo bóveda cilíndrica, con aliviadero de 8 vanos, y 219 metros de longitud en coronación; donde, gracias al mantenimiento del nivel de la lámina de agua constante se crea un lago artificial de 104 hectáreas de extensión, que permitirá armonizar la coexistencia de los usos ambientales, deportivos y recreativos para el uso público.
Este nuevo ecosistema cuenta con islas artificiales para favorecer la colonización de aves acuáticas y una escala de peces para recuperar la continuidad del sistema fluvial y garantizar la supervivencia de las especies endémicas; además de otros espacios de esparcimiento para la ciudadanía como una playa artificial, observatorio de aves, merendero, embarcadero, sendas o puestos para pesca deportiva.
Dos años de llenado
El proceso de llenado que acaba de iniciarse es un proceso complejo y exhaustivo, necesario para alcanzar la fase de explotación definitiva de la presa, conociendo y controlando su comportamiento. El llenado será progresivo, estando prevista su conclusión en el plazo de dos años, aunque estará condicionado en todo momento tanto por las aportaciones naturales de agua provenientes de la cuenca vertiente como por las necesidades de actuación que puedan surgir durante las diversas fases del llenado.
El inicio de esta puesta en carga se produce tras la implantación del Plan de Emergencia de la presa en la segunda mitad del pasado año 2020.
La CHD además, va a construir los sistemas de depuración de las aguas residuales de los pueblos que vierten aguas arriba del embalse de Castrovido.
Estos proyectos se encuentran actualmente completando su tramitación administrativa. Las localidades beneficiadas son Regumiel de la Sierra, Canicosa de la Sierra, Quintanar de la Sierra, Vilviestre del Pinar, Palacios de la Sierra, Monasterio de la Sierra, Castrovido, Hacinas y Castrillo de la Reina.