Dos altos cargos de Inteligencia del Gobierno de Estados Unidos admitieron este viernes su preocupación por el avance militar que está experimentando China, que supone un “gran desafío” para Washington y sus aliados y que puede también poner “en riesgo” a estos países.
El director de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EEUU (DIA, en sus siglas en inglés), Scott Berrier, y el director general de la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU (NSA), Paul Nakasone, hicieron estas reflexiones en una audiencia ante el subcomité de Inteligencia de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes.
“China sigue siendo un competidor estratégico a largo plazo de Estados Unidos como una amenaza que plantea un gran desafío de seguridad: Pekín utiliza múltiples enfoques, incluyendo el espionaje diplomático, económico y militar para lograr sus objetivos estratégicos”, argumentó Berrier.
Además, el jefe de la DIA aseguró que China “continúa su modernización militar durante las últimas décadas para construir una fuerza increíblemente letal que podría poner” a EEUU y a sus aliados “en riesgo”.
Berrier hizo estas afirmaciones después de que el secretario del Departamento de Defensa, Lloyd Austin, ordenase este miércoles al Pentágono que coloque a China y su fortalecimiento militar en el centro de la política de defensa estadounidense, aunque la estrategia a seguir está clasificada.
Por su parte, Nakasone dijo que contrarrestar los esfuerzos del Gobierno chino contra EEUU es una “prioridad” para la agencia que dirige, la NSA, responsable del monitoreo, recopilación y procesamiento global de la información y datos para fines de inteligencia y contrainteligencia nacionales y extranjeras.
Tal es la preocupación actual del Gobierno estadounidense ante los movimientos de China que Austin sugirió este jueves establecer “una línea de comunicación directa” con China, al estilo del “teléfono rojo” que conectó la Unión Soviética y Estados Unidos durante la Guerra Fría y que ahora sigue vigente.
En una audiencia del comité de Fuerzas Armadas del Senado de EEUU, Austin aseguró que es “fundamental tener una línea de comunicación directa entre los militares y los miembros del Gobierno” de Estados Unidos y China.
La directriz del Pentágono y los comentarios de altos cargos de la Inteligencia de EEUU llegaron en un momento en el que tanto la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, como miembros de ambos partidos del Congreso intensifican sus iniciativas para contrarrestar las ambiciones internacionales de China.
De hecho, se espera que China esté muy presente en la gira europea de Biden, que quiere conseguir un respaldo más claro de sus aliados a su principal prioridad internacional: la intensa competición entre Washington y Pekín.
Polémica en el Pentágono sobre la manera de lidiar con China
Un enconado debate se desarrolla en el Pentágono entre dos visiones de cómo deben actuar las fuerzas armadas estadounidenses en la pugna con China. ¿Deben posicionarse lejos de China, para tener que temer únicamente los misiles de ese país, o deben desplegar tropas cerca del territorio chino, exponiéndose así a eventuales ataques de fuerzas enemigas?
Esas dos opciones implican despliegues de tropas muy diferentes y, en el caso de la instalación de bases cerca de las fronteras chinas, los costos resultarían muy elevados.
Dos oficinas del Pentágono –la Oficina de Evaluación de Costos y Programas (Office of Cost Assessment and Program Evaluation, CAPE)– y la Oficina de Evaluación Estrategica (Office of Net Assessment, ONA)– insisten en que las bases estadounidenses deben situarse lo más lejos posible del territorio chino.
Pero los defensores de la opción contraria afirman que las tropas de Estados Unidos deben posicionarse cerca de China para poder intervenir rápidamente si China atacara Taiwán. Ante este argumento, los partidarios de la primera opción (posicionar las tropas estadounidenses lo más lejos posible de China) responden que si China llegara a tomar Taiwán… eso no significaría gran cosa para Estados Unidos.
El general Ken Wilsbach, jefe de las fuerzas aéreas del IndoPaCom (el Mando de las fuerzas de Estados Unidos, en el Pacífico y el Océano Índico), se pronuncia por posicionar tropas estadounidenses en una multitud de pequeñas bases, cuya cantidad y dispersión harían muy difícil atacarlas todas a la vez.
“Sin temor a la muerte”: Xi Jinping ordena al Ejército chino que esté listo para la guerra “en cualquier momento”
El presidente de China, Xi Jinping, ha firmado su primera orden del año 2021 dirigida a las Fuerzas Armadas del país, en la que subraya la necesidad de que sus efectivos llevan a cabo “una preparación para el combate a tiempo completo” y en la que aboga por el uso de alta tecnología en los ejercicios, entre otros aspectos.
Xi, quien también preside la Comisión Militar Central de China, indicó en la orden que el Ejército Popular de Liberación debe estar listo para “actuar en cualquier momento”.
Los comandantes y los soldados de todo el Ejército deben “llevar adelante el espíritu de combate sin temor a las dificultades y sin temor a la muerte“, reza la orden, que se publica mientras las Fuerzas Armadas del país comienzan su entrenamiento y los ejercicios militares anuales.
El mandatario chino calificó la tecnología moderna de “núcleo de la efectividad en el combate” y ordenó al Ejército que aumente “sustancialmente” su uso en los ejercicios y maniobras.
En este sentido, sugirió a los militares que usen simulaciones por computadora y combate en línea en simulacros, al tiempo que les instó a explorar más oportunidades para agregar alta tecnología e Internet a sus operaciones.
Xi también destacó que el Ejército Popular de Liberación debe utilizar las tensiones de primera línea para pulir las capacidades de las tropas. Según South China Morning Post, la mención de luchas militares “de primera línea” es una desviación respecto de las órdenes anteriores emitidas por el presidente, en las que se le decía al Ejército Popular que “manejara las crisis y disuadiera la guerra”.
Si bien no especificó a qué luchas se refería, en 2020 Pekín vivió el peor conflicto en décadas con la India, en la región fronteriza suroeste, que dejó más de 20 muertos entre soldados indios y un número no revelado de bajas chinas.