Un documental de la BBC revela cómo durante más de 20 años las autoridades educativas británicas enviaron por error a niños negros a colegios de educación especial porque se consideró que tenían poca inteligencia.
La BBC ha producido un documental en el que se recogen los testimonios de niños negros que fueron etiquetados como «educativamente subnormales» por el sistema educativo británico en las décadas de 1960 y 1970.
Esa expresión cruel se corresponde a un término legal incluido en la Ley de Educación del Reino Unido desde el año 1944 y fue utilizada para definir a quienes se creía que tenían una capacidad intelectual limitada. Esa etiqueta provocó que esos niños se sintieran inferiores y que el propio sistema educativo les cerrara las puertas para su desarrollo profesional o para acceder a la universidad.
Las escuelas ESN
Las escuelas especiales para los niños «educativamente subnormales» (ESN) disponían de una clasificación de los alumnos muy poco académica: discapacidades de aprendizaje moderadas, graves o imposibles de enseñar. Cuando se realizaban las valoraciones de los niños, los psicólogos y pedagogos de entonces no daban razones científicas a los padres que justificaran su entrada en dichas instituciones.
Los estudiantes negros fueron enviados a estos colegios en una proporción significativamente más alta de la media. Por ejemplo, según se refiere en el documental, los niños negros inmigrantes en las escuelas ESN prácticamente se doblaba respecto al de las escuelas de educación reglada.
Informes racistas y supremacistas
En la década de los 60 y los 70 del siglo XX, las cifras demuestran que el rendimiento académico de los niños negros era más bajo que el de los blancos. Ese hecho provocó que se creara la leyenda urbana de una falsa inferioridad intelectual. Incluso hubo informes oficiales, como el redactado por un director de escuela llamado Alfred Doulton, que argumentó que los niños antillanos tenían un coeficiente intelectual mucho más bajo que el de los blancos.
Por otro lado, el exprofesor de psiquiatría del King’s College de Londres, Hans Eysenk, defendió que la inteligencia venía predeterminada genéticamente y sustentó esta argumentación cruel en un informe realizado en los Estados Unidos en el que se aseguraba que el coeficiente intelectual de los negros era un 12 por ciento inferior al de los blancos.
Estas teorías absolutamente racistas y supremacistas justificaron los prejuicios nacidos durante la época de la esclavitud donde la gente pensaba que las personas de raza negra no eran humanos y, por tanto, no disponían de inteligencia. Sin embargo, estamos hablando del siglo XX.
Expulsar del sistema a los niños negros
Lo peor fueron las graves consecuencias que estas teorías tuvieron sobre cientos de niños negros. Muchos profesores los veían inferiores desde un punto de vista intelectual y tenían miedo a que si en sus clases había mayoría de alumnos de raza negra pudiera afectar negativamente a los niños blancos.
Al igual que ocurría en los estados del sur de los Estados Unidos, en Reino Unido también hubo protestas de los padres blancos por la presencia de niños negros en las escuelas. En concreto, el documental de la BBC señala una que se produjo en el año 1965 al oeste de Londres, hecho que provocó que el gobierno publicara una guía sobre las necesidades sociales, lingüísticas y médicas de los niños negros. Además, recomendaron que el límite máximo de niños negros fuera de un 30%.
A raíz de esto, muchos ayuntamientos optaron por la vía fácil: trasladar todos los días en autobús a los niños inmigrantes fuera de su área educativa para limitar la presencia de personas de otras razas o etnias en sus escuelas. Es decir, que en la década de los 60 y 70 del siglo XX, en Reino Unido se aplicaron políticas educativas absolutamente racistas.
Un problema lingüístico
Uno de los problemas que se encontraron estos niños negros, hijos de inmigrantes, sobre todo de países caribeños, fue su forma de hablar inglés. Eso fue confundido con discapacidad o bajo coeficiente intelectual.
Muchos de los profesores hicieron un fatal paralelismo con tintes raciales. Sin embargo, los malos resultados en las evaluaciones académicas de los niños negros se debían a que existían un claro sesgo cultural en dichas pruebas. Los exámenes que se utilizaban contenían referencias y un vocabulario que eran absolutamente desconocidos para los niños hijos de migrantes caribeños.
El inglés que utilizaban era un derivado del idioma estándar y nadie pensó que fuera necesario un apoyo idiomático. Además, tampoco se les concedieron las ayudas con el idioma que sí recibieron los hijos de inmigrantes originarios de países que no hablaban inglés.
Los profesores no pensaron que estas barreras culturales tuvieran influencia y las evaluaciones se aplicaron sin tener en cuenta circunstancias domésticas, sociales o económicas ni, por supuesto, el impacto que para un niño tiene el efecto migratorio. Los niños llegaban a Reino Unido desde las islas del Caribe una vez que sus padres ya se habían instalado. Era un país desconocido con unas costumbres que no entendían.
Las dificultades con el lenguaje se confundieron con problemas de aprendizaje y los relacionaron con el coeficiente intelectual. Por tanto, estos niños negros fueron descartados para la educación reglada y los enviaron a las escuelas ESN. Normalmente, cuando llegaban a Reino Unido sus padres les inscribían en los colegios locales, pero, durante los primeros meses, los profesores eran los encargados de decirle a los padres que, como no aprendían, tenían que llevarlos a una escuela ESN.
Un libro provocó una revolución
En principio, los progenitores, al desconocer el sistema educativo británico, pensaban que el hecho de que llevaran a sus hijos a colegios «especiales» era positivo.
Sin embargo, en el año 1971, un maestro de la isla de Granada escribió un libro que lo cambió todo: Cómo el niño antillano se vuelve subnormal desde el punto de vista educativo en el sistema escolar británico. Bernard Coard enseñaba en una escuela ESN y se dio cuenta de la enorme cantidad de niños negros de origen caribeño que eran derivados a este tipo de institución.
Board sostenía en su libro que las ESN eran utilizadas por el sistema educativo británico como un «vertedero» para los niños negros y descubrió los errores en las valoraciones de coeficiente intelectual.
Tras 10 años de presión y de campañas, se produjo una modificación en la Ley de Educación que eliminó el término «educativamente subnormal».
En el año 1985 el gobierno británico publicó una investigación en la que se determinó que el bajo rendimiento de los niños negros de origen antillano no tenía nada que ver con su coeficiente intelectual. También determinó que lo ocurrido en las décadas de 1960 y 1970 derivaba de prejuicios raciales. Sin embargo, según descubre el documental de la BBC, las secuelas para los niños siguen vivas a día de hoy.