En los cinco primeros meses de 2020 murieron por esta causa 1.343 personas.
Al día en España se suicidan 10 personas. Según datos del Instituto de Estadística Nacional (INE), en 2019 murieron en España por esa causa 3.671 personas. El suicidio se mantuvo como primera causa de muerte externa durante los primeros cinco meses de 2020 con 1.343 fallecimientos. Los datos del INE todavía no reflejan los meses que corresponden al inicio de la pandemia y la consiguiente crisis sanitaria y económica.
¿Habrá un aumento de los casos? Desde la Asociación Nacional de Psicólogos y Residentes (ANPIR) creen que podrían crecer los casos debido al contexto actual. “En épocas de recesión la tasa de suicidio aumenta en torno al 30%”, añade su portavoz, Gabriel Ródenas. Además, no confía en que los datos reflejen todos los casos. “Son cifras orientativas. La capacidad para registrar suicidios es bastante complicada, creemos que podría ser incluso más”, complementa.
Por su parte, Javier Jiménez, miembro del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y psicólogo clínico, valora que no sabe si los datos cambiaran de un año a otro, pero le molesta que se habla de este tema y no de las personas. “Nos quedamos con el número. Lo importante es que todos los días se suicidan diez personas. Son cientos de personas con nombres y apellidos”, destaca Jiménez.
A la semana en la Red Nacional de Prevención del Suicidio reciben 4 o 5 llamadas de personas que verbalizan que se quieren suicidar. “A 60 de ellos los hemos conseguido derivar a la atención de un profesional”, destaca el responsable de la red y su creador, Pedro Martín-Barrajón. La estructura que han conformado consta de 260 psicólogos distribuidos por todo el territorio. De esta forma, cada vez que reciben una llamada a los números 656650594 o 679278988 pueden derivar a las personas en riesgo de suicidio o a familiares a algún profesional cercano a ellos.
El efecto contagio: Un mito
Una de las razones para la creación de esta red de prevención a nivel nacional es que 9 de cada 10 personas verbalizan su intención de suicidarse antes de hacerlo, según Martín-Barrajón. “Es bastante frecuente que las personas que tengan pensamientos suicidas dejen señales previas como despedirse de personas allegadas”, explica Gabriel Ródenas de ANPIR. “El 30% de las personas que comenten suicidio han acudido al médico de atención primaria en la última semana. Si nos vamos al mes anterior son el 50%”, detalla el portavoz de la Asociación Nacional de Psicólogos y Residentes.
Según estas tres organizaciones en España el suicidio sigue siendo un tema tabú del que no se habla. “Se tiene dificultades para tratarlo por miedo a un efecto contagio”, concreta Ródenas. Para él esto es un mito, porque en realidad el verbalizar esos pensamientos estaría ayudando a la persona. “Tratar el suicidio de forma preventiva y objetiva, sin entrar en el morbo ayuda. El poder hablar salva vidas. Las personas que se quieren suicidar no quieren morir, tiene un sufrimiento enorme, que no es capaz de compartir y ve el suicidio como la única salida”, relata.
Los supervivientes
“Supervivientes se llama a quienes han perdido a un familiar por suicidio, ya que su nivel de estrés se equipará con el de alguien que sobrevive a un campo de concentración”, explica Pedro Martín-Barrajón. Por ello, dentro de la Red Nacional de Prevención del Suicidio tienen grupos de apoyo para estas personas. “Nuestro sistema sanitario es incapaz de satisfacer esta necesidad”, valora el creador de la red.
Es importante que los familiares y los amigos de una persona en riesgo de suicidio puedan escucharlos sin juzgarles, ni intentar cambiar sus pensamientos suicidas. “La persona probablemente se ha plantado mucho compartir este tipo de vivencias con su entorno más cercano”, añade Gabriel Ródenas de ANPIR. En cuanto a las familias, para Martín-Barrajón de la red es relevante que no intenten quitarles sus intenciones. “La persona puede tener motivos muy legítimos y puede que, en una situación crítica, ni el mejor psicólogo del mundo consiga quitarle las ideas suicidas”, concreta. Por su parte, Javier Jiménez del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid considera que la responsabilidad de salvar esta situación no recae en las manos de los allegados: “Tienen que hablar con un profesional”.
Sin psicólogos en la sanidad pública ni campañas de prevención
“Parece que las muertes por suicidio solo preocupan a sus familiares”, explica Javier Jiménez. Para él no existen verdaderas campañas de prevención en cuanto al suicido en España. “Cuando veo una campaña de la DGT a mí me da envidia”, añade Martín-Barrajón sobre el tema. En 2019, 1.842 personas fallecieron por culpa de un accidente de tráfico, mientras que por suicidio fueron 3.671. “Se ha visto con las campañas de prevención de accidentes una reducción de los mismos. Tener campañas como este debería ser parte del plan de prevención de suicidio a nivel nacional”, considera Gabriel Rodénas de ANPIR.
En España hay 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes, un hecho que dificulta la atención a personas en riesgo de suicido. “Con menos profesionales, menor vas a poder atender”, denuncia Jiménez del Colegio de la Psicología. Según él, esto ocasiona que la primera cita con el psicólogo se dé dentro de tres meses y las siguientes mes a mes. “Esto aumenta más la desesperanza. Si una vez dan el paso de pedir ayuda, no se la facilitamos se incrementa el riesgo. Perdemos un tiempo valiosísimo para la intervención”, complementa Martín-Barrajón.