La enorme capacidad recaudatoria de Madrid se explica por las bases imponibles que hay en la capital, tanto de consumo como de renta y patrimonio. El gran potencial recaudatorio de Madrid: supera en un 46% la media de España.
El eterno debate de la fiscalidad autonómica vuelve casi cada mes para evidenciar las tensiones regionales en su competencia por captar rentas y patrimonio. En esta carrera Madrid siempre va a llevar la delantera, ya que tiene una capacidad recaudatoria que supera ampliamente a la del resto de regiones de régimen común. Ni siquiera Cataluña consigue competir con Madrid en atracción de bases imponibles. El resultado es que la capital puede bajar los impuestos para ser el territorio de España con los tipos más bajos y, aun así, generar una recaudación muy superior a la media nacional.
Madrid recaudaría en torno a un 46% más que la media nacional si todos los territorios del régimen común tuvieran los mismos tipos impositivos en los impuestos cedidos. Así se muestra en los cálculos de la liquidación del sistema de financiación autonómica del año 2019 que realiza anualmente el economista Ángel de la Fuente para Fedea. Madrid es, en comparación con el resto del territorio, una ‘máquina de recaudación’ gracias a esas bases imponibles, lo que implica que sus ingresos sean muy elevados pese a que su presión fiscal es la más baja de España. Este es el anhelo de cualquier gobernante: tener muchas bases imponibles para tener unos ingresos tributarios elevados con impuestos bajos. En este caso, las bases imponibles dependen principalmente del IVA y el IRPF, que se concentran en Madrid, donde hay mayor nivel de consumo y rentas más altas.
El cálculo de los ingresos tributarios homogéneos es una de las piezas fundamentales del sistema de financiación autonómica. Esto es, la estimación de la recaudación que conseguiría cada comunidad autónoma si no tuviesen capacidad para subir o bajar sus impuestos, ya que esta base es la que se utiliza para el reparto de los fondos. Según los cálculos de Ángel de la Fuente a partir de las cifras de liquidación del año 2019, recientemente aprobadas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, la capacidad recaudatoria de Madrid volvió a incrementarse en 2019 por encima de la media nacional, llegando hasta 24.405 millones de euros.
Esto significa que Madrid fue la comunidad con mayor capacidad fiscal en 2019, y eso a pesar de que no es la más poblada. Andalucía y Cataluña, con un 19% y 17,5% respectivamente de la población nacional (de las CCAA de régimen común) superan a Madrid ampliamente en población, que tiene el 15%. Sin embargo, Madrid aportaría el 21,5% de la recaudación total si todas las regiones tuviesen los mismos impuestos.
Estos datos muestran la gran capacidad recaudatoria de la capital. Si se miden los datos por población ajustada, los ingresos tributarios homogéneos de Madrid ascenderían por encima de los 3.400 euros anuales por habitante. Esta cuantía supera en un 46% al promedio nacional y supuso casi un punto más que en el ejercicio precedente. Hay dos hechos que explican este incremento paulatino del peso de la recaudación madrileña. La primera es el crecimiento diferencial de la capital, que va ganando peso en el PIB de forma continua en las últimas décadas. Y el segundo es la captación de mayores bases imponibles gracias a su competencia fiscal y al efecto capital.
La capacidad fiscal de Madrid superó a la de Cataluña en un 21% en 2019. Y si se compara con las CCAA más atrasadas, como Canarias o Extremadura, la capacidad recaudatoria de Madrid es más del doble que la de estos territorios. Datos que muestran a la perfección la gran diferencia en términos fiscales de los diferentes territorios y la imposibilidad de competir contra la capital en rebajas de impuestos para atraer bases imponibles.
La capacidad recaudatoria de Madrid hace que sea la comunidad autónoma que más aporte al sistema de financiación autonómica. De hecho, la financiación por habitante ajustado que le corresponde a la comunidad es apenas un 1,5% superior a la media. El resto se destina a realizar transferencias a otras regiones a través de los distintos mecanismos de redistribución de los ingresos entre las regiones de régimen común.
En concreto, el 17% de sus recursos se van a financiar el Fondo de Garantía y el 8% al Fondo de Suficiencia (cálculo sobre la base de la recaudación homogénea). Esto significa que la comunidad pierde una cuarta parte de sus ingresos teóricos anualmente para financiar a otras regiones. En términos absolutos, Madrid aportó 6.000 millones de euros al sistema de financiación en 2019, claramente por encima de los 2.070 millones de Cataluña o los 462 millones de Baleares. El resto de las CCAA de régimen común fueron receptoras netas de fondos, con Andalucía como gran destacada, con 5.246 millones de euros.
Es importante tener en cuenta que la contribución de Madrid a la solidaridad territorial no se ve influida por sus bajos impuestos, ya que las transferencias se calculan sobre la recaudación homogénea que tendría la comunidad si no hiciera uso de su capacidad normativa. Esto implica que cuando Madrid baja sus impuestos, renuncia a una parte considerable de su recaudación que no se compensa en el sistema de financiación. Por ejemplo, en 2019 Madrid perdió 636 millones por los tipos reducidos del IRPF, lo que supone perder el 5% de la recaudación de este tributo. Por el contrario, Cataluña tiene sus tramos autonómicos del IRPF por encima del nivel nacional, lo que genera una recaudación extra de casi 400 millones de euros, un 3,5% adicional.