“Entre mis amigos aquí eso es ahorita un tema de conversación, creo que la gente está muy desconcertada”, cuenta a BBC Mundo Dany Lezcano, un joven mexicano que trabaja y reside desde hace siete años en el país europeo.
El alcalde en funciones de la capital, Jozias Johannes van Aartsen, la policía y la fiscalía local alertaron a inicios de febrero que la ciudad sufría un aumento de la delincuencia, producto del auge de grupos criminales.
Pero la pasada semana, las acusaciones sobre la inseguridad en un país considerado entre los más tranquilos del mundo fueron a más.
La Asociación de la Policía Holandesa (NPB, por sus siglas en inglés) envió al Parlamento un controvertido informe en el que asegura que las autoridades son incapaces de combatir el surgimiento de una “economía criminal paralela” y hechos asociados a organizaciones delictivas.
Holanda, en opinión de la NPB, “cumple muchas características de un narcoestado“.
Las graves denuncias cruzaron las fronteras del país e, incluso, de Europa.
Mientras, entre los residentes, las opiniones se dividieron entre quienes aseguran que el informe solo busca llamar la atención para que la policía reciba más fondos del gobierno y entre los que consideran que hay algo de cierto en las alegaciones.
“Es cierto que las cosas han cambiado. Aquí lo más grave que podía pasar era que te robaran la cartera o la bicicleta o que se colaran en tu motel si eres turista para robar también, pero es cierto que en los últimos tiempos ha habido reportes de muertos, de asaltos y cosas así“, explica Lezcano.
“Pero si eso implica que Holanda es un narcoestado, es otro tema. Yo vengo de México, así que me cuesta mucho aceptar que se diga algo así de un país como este. En mi opinión, están exagerando”, añade.
La visión de la policía
El informe de la policía se basa en entrevistas a 400 detectives y otros agentes, quienes, según el texto, consideran que la delincuencia en todo el país experimenta una tendencia creciente.
La aseveración contrasta con las cifras del gobierno, que sugieren que, en los últimos nueve años, la criminalidad en Holanda ha disminuido en un 25%, de acuerdo con datos del Ministerio de Justicia.
Sin embargo, la NPB opina que estas cifras obedecen a que muchas personas no denuncian los incidentes de los que son víctimas, por lo que los registros oficiales no reflejan la situación real.
Así mismo, consideraron que la libertad del consumo de marihuana en los conocidos coffee shops y la legalidad de la prostitución han incidido en la proliferación de pandillas y organizaciones delictivas a las que la policía no tienen la capacidad de responder.
“Solo uno de cada nueve grupos delictivos puede abordarse con los policías y los recursos actuales”, afirma el reporte, que denuncia, además, la proliferación de atracos a personas mayores, delitos sexuales y cibernéticos.
Alega, además, la existencia de una “economía paralela”, basada en el tráfico de drogas.
Y es que, en los últimos años, varias organizaciones internacionales han alertado también sobre el aumento de grupos vinculados al narcotráfico en Holanda.
De acuerdo con una investigación de la Universidad de Groningen, uno de los factores que ha incidido en esto es la extraña política del país hacia la marihuana, cuyo consumo está permitido, pero no su producción y comercialización.
Esto lleva, según el estudio, a la creación de un mercado paralelo de abastecimiento.
Un informe de 2016 de la Europol, la policía de la Unión Europea, y del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías consideró que Holanda era el principal núcleo del tráfico de estupefacientes en ese continente.
De hecho, ambas organizaciones estimaron que la gran mayoría del éxtasis que se consume en Europa y Estados Unidos se produce en laboratorios secretos en el sur del país.
En una entrevista publicada a inicios de mes en la prensa holandesa, el jefe de la policía de Ámsterdam, Pieter-Jaap Aalbersberg, denunció, además, un aumento en el número de sicarios, quienes, en su opinión, estaban dispuesto a matar por unos US$3.600.
Pero ¿significa esto que el país se esté convirtiendo en un “narcoestado”?
La polémica
En un comunicado enviado a BBC Mundo, el ministro de Justicia de Holanda, Ferd Grapperhaus, rechazó la acusación que cuestiona la política antinarcóticos de su gobierno.
“Junto con nuestros aliados, trabajamos arduamente para combatir el tráfico internacional de drogas. Por lo tanto, el término ‘narcoestado‘ no es una calificación que yo usaría“, afirmó.
No obstante, reconoció que su gobierno consideraba necesario realizar inversiones en la fuerza policial y que preveían un monto extra de unos US$300 millones con estos fines y otros US$100 millones para combatir el crimen organizado.