Un grupo de expertos en seguridad ha creado un cable capaz de obtener información del teléfono que está cargando sin que su usuario se dé cuenta.
Los cables de carga parecen uno de los accesorios más inocentes de los teléfonos y los que cumplen su cometido sin más complicación: lo enchufas a la luz, lo conectas al teléfono y este se carga. Resulta que ahora pueden usarse para robarte información sin que te des ni cuenta.
Estamos ante una nueva generación de dispositivos físicos que pueden comprometer casi todo lo que pasa en móvil al que está conectado y una razón más para no fiarse de nadie que te preste un cargador de teléfono.
Es lo mismo que ya ocurre con los cargadores USB o incluso las tomas USB que hay en bares o en el transporte público: no te fíes de ellos porque pueden haber sido modificados para infectar tu móvil o robarte información.
Su creador, un desarrollador apodado MG, lo ha bautizado como el cable OMG, todo un guiño a la expresión de sorpresa y disgusto ‘Oh my god’ (oh dios mío’ en inglés).
El cable modificado para cargar el iPhone puede interceptar información porque lleva en su interior un chip receptor y un emisor inalámbrico que se comunica con un teléfono u ordenador cercano hasta una distancia máxima de 1,5 kilómetros.
Lo más impresionante es que, en apariencia, es exactamente igual al cable con el que se carga un iPhone. Su creador lo presentó originalmente como un anteproyecto en 2019, pero ahora está listo por completo y lo ha demostrado en varios vídeos en YouTube.
Las intenciones del creador del cable son positivas: quiere venderlos para justo lo contrario, como una medida de seguridad adecional; pero en las manos adecuadas, tanto de hackers malintencionados como de organismos de espionaje estatales, un cable que pasa desapercibido, pero emite información a distancia es algo con un grandísimo potencial.