El Arzobispado de Tarragona suspende al cura por un caso que ocurrió hace tres décadas pero se conoció en febrero.
“Ninguna impunidad”. Así se ha mostrado el Arzobispado de Tarragona con los casos de abusos sexuales a menores. Por eso, ha impuesto a un sacerdote de la diócesis una suspensión por 15 años de tener una responsabilidad pastoral en una parroquia u organismo diocesano y la prohibición de estar con un menor sin la presencia de un adulto. La decisión se tomó tras conocerse en febrero pasado estos presuntos abusos que sucedieron hace 30 años.
El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, impone una serie de penas al sacerdote pese a “la prescripción a nivel civil de los hechos ocurridos ahora hace tres décadas” como prohibición durante un año del ejercicio público del miniserio presbiterial y de la docencia eclesiástica y la prohibición durante 15 años de tener voz y voto como canónigo en el Capítulo de la Catedral. Tampoco podrá ejercer durante ese tiempo ninguna responsabilidad pastoral en una iglesia u organismo diocesano, por lo que solo podrá ser nombra adscrito a una comunidad o parroquia.
Sin embargo, el arzobispo es claro y el cura tiene “la prohibición expresa de estar con menores de edad sin la presencia de un adulto”. Además, le insta a asumir “el firme propósito de llevar una vida de acuerdo con la dignidad que corresponde a su ministerio” y a pedir perdón a la víctima de la forma más oportuna.
Con esta decisión, el Arzobispado de Tarragona ha reafirmado su condena ante todo abuso sexual, de poder y de conciencia, y especialmente cuando ha sido cometido contra un menor por un sacerdote. También insta a las víctimas a denunciar estos abusos ante los tribunales.
Inaceptable. Trabajos forzados y unas buenas hostias para los obispos.