Las cifras de ocupación serían aún peores de no haberse producido un fuerte aumento en el número de asalariados contratados por el Estado.
La aparente recuperación laboral observada entre abril y julio ha llegado a su fin, topándose de bruces con la cruda realidad de una economía que opera muy por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. En este sentido, el último boletín mensual del Servicio Público de Empleo (SEPE) ha sido el jarro de agua fría que ha terminado con la propaganda del Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre una recuperación que, hoy por hoy, está lejos de materializarse.
En agosto de 2021, la Seguridad Social ha perdido una media de 118.004 cotizantes con respecto al mismo mes del pasado ejercicio 2020. A esta cifra hay que sumarle la friolera de 227.190 personas que siguen afectadas por un ERTE tras más de año y medio de pandemia, así como los 226.000 autónomos que están en cese de actividad.
Es importante tomar en consideración, además, el dato de afiliados a final de mes, puesto que en la campaña de verano hay mucho empleo que se extingue con el fin de las vacaciones. Así, aunque el pasado 31 de agosto se rescindieron 82.000 contratos con respecto al 31 de julio, este año la reducción ha sido de 350.000, casi cuatro veces más que en 2020.
Pero lo más llamativo de todo es comprobar cómo el gobierno está maquillando la situación real del empleo a base de engordar la plantilla de trabajadores de las Administraciones. Y es que, como recalcaba el economista Daniel Lacalle en sus redes sociales, esta rúbrica se ha incrementado en 180.000 empleados desde el verano de 2020, lo que supone un fortísimo aumento del 7%.
No es esta la primera señal de alarma sobre esta cuestión. Si repasamos la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de 2021 y la comparamos con el mismo periodo de 2020, encontramos que la plantilla de las Administraciones Públicas pasó de 3.225.900 a 3.439.600 efectivos, lo que implica la incorporación de 213.700 nuevos funcionarios y contratados.
La próxima EPA, que se publicará en octubre, recogerá también el aumento que avanzan los boletines mensuales del SEPE para los pasados meses de julio y agosto, salvo que en septiembre se produzca un cambio de tendencia que, hoy por hoy, se antoja poco probable, especialmente porque dicho mes del año suele coincidir con un aumento de las plantillas dedicadas a ciertos ámbitos como la sanidad.