Fuentes diplomáticas solventes confirman que, tras la detención del exjefe de Inteligencia chavista, Caracas, La Habana y el expresidente socialista llamaron a Moncloa.
Fue una larga noche para el Gobierno de Pedro Sánchez.
La detención del exjefe de Inteligencia del régimen chavista, Hugo ‘el pollo’ Carvajal, hizo que Moncloa recibiera una importante cantidad de llamadas telefónicas. Tres de ellas para solicitar ‘in extremis’ que se evite la extradición del exgeneral bolivariano.
En concreto, según fuentes diplomáticas solventes confirman a Periodista Digital, se trata de los contactos provenientes del régimen de Nicolás Maduro, de la dictadura de Miguel Díaz-Canel y del propio expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Según indican las fuentes citadas, todas las conversaciones apuntan en la misma línea: “se pidió al Gobierno de España que retrase bajo cualquier excusa o fórmula el proceso de extradición, mientras se busca una fórmula para garantizar que Hugo Carvajal no esté a disposición de la Justicia de Estados Unidos”.
El asesor político Esteban Gerbasi también publicó en sus redes sociales la existencia de las llamadas desde Caracas y La Habana al Gobierno PSOE-Podemos y advertía que la extradición se buscaría alargar lo máximo posible: “Tenemos que esperar que su defensa apele a todo lo que la justicia corrupta española les permita comprar”.
Les recuerdo que España aprobó en marzo 2020 la extradición a EEUU del venezolano Hugo “canario” Carvajal. Esto no garantiza que la extradición se haga de manera inmediata, tenemos que esperar que su defensa apele a todo lo que la justicia corrupta española les permita comprar.
— Esteban Gerbasi (@estebangerbasi) September 9, 2021
No obstante, la petición de Caracas, La Habana y del exlíder del PSOE resulta difícil, ya que se ha cumplido con un proceso jurídico con todas las garantías desde que se capturó al exjefe de Inteligencia en abril de 2019 y posteriormente encarcelado en la prisión de Estremera.
‘El pollo’ pasó meses en una celda hasta que, meses después, fue puesto en libertad con medidas cautelares tras ser rechazada inicialmente su entrega a EEUU. Sin embargo, la Audiencia Nacional rectificó posteriormente la sentencia, aceptando la extradición. Fue en este momento en el que el antiguo jerarca chavista se dio a la fuga hasta que este 9 de septiembre fue capturado por agentes de la DEA y la Policía Nacional.
En cuanto a la decisión política, el Gobierno de Pedro Sánchez ya se posicionó en marzo de 2020, cuando aprobó la entrega del antiguo general venezolano para que sea juzgado por tráfico de drogas y de armas.
Jugada de emergencia
Carvajal intentará frenar su extradición solicitando al Tribunal Supremo que la suspenda hasta que se resuelva un recurso pendiente en el alto tribunal, de acuerdo con fuentes de la defensa.
Los abogados de Carvajal impugnaron en mayo de 2020 la decisión del Consejo de Ministros de entregarlo a Estados Unidos, un recurso sobre el que está previsto que el Supremo resuelva el 26 octubre. La defensa solicitará al Supremo que suspenda el proceso de extradición con unas medidas cautelarísimas para esperar a este fallo, así como a la petición de asilo formulada por vía administrativa, aún sin respuesta.
El principal argumento de la defensa, según las fuentes consultadas, es que si España enviara a Carvajal a Estados Unidos en estos momentos y un mes después el Supremo concluyera que no había que entregarlo, ya sería irreversible.
Sin embargo, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo ya rechazó las medidas cautelares planteadas por la defensa en mayo de 2020, al considerar que debía prevalecer el «interés general» frente al «particular» de Carvajal, y recalcando que durante el proceso judicial en la Audiencia Nacional se preservaron sus derechos fundamentales, por lo que pudo hacer las alegaciones oportunas y éstas se escucharon y analizaron, y que, cuando supo que sería extraditado, huyó.
Para intentar que su entrega quedara paralizada con esas medidas cautelares, ‘El Pollo’ insistió en negar los hechos que se le imputan y alegó que, de ser enviado a Estados Unidos, sería sometido a «tortura» para «obtener información sobre el régimen imperante en la República Bolivariana de Venezuela». Y ello, continuaba, porque Washington cree «erróneamente» que formó parte del «entorno cercano» a Chávez y Maduro.