Cuando Sánchez llegó al poder gracias a una moción de censura «para regenerar la vida pública», España tenía una deuda en la Administración Central de 1,011 billones de euros, que sumados a los 70.893 de los Organismos Autónomos y los 27.837 millones de la Seguridad Social, sumaban 1,109 billones de deuda, sin contar la deuda de las comunidades autónomas, ni las corporaciones locales, ni la deuda cruzada entre administraciones.
Hemos oído en Davos mentir a nuestro presidente, diciendo que somos la locomotora de Europa y que, gracias a España, estábamos a punto de evitar que la Unión Europea entrase en crisis. Lo cual me recuerda a esa reunión de Zapatero con Obama, en la que nuestro presidente le decía que la banca española era la mejor del mundo, unos meses antes de que el sistema financiero español colapsase.
Desde luego el socialismo español tiene algo especial y no es precisamente el buen olor que producen las mentiras de nuestros presidentes socialistas, ni siquiera el buen sabor que dejan en la boca sus locuras mentales que últimamente producen arcadas.
Todo este Gobierno se ha convertido en una máquina de tratar de cambiar el statu quo constitucional para, a partir de ahí, tratar de permanecer en el poder a costa de lo que sea.
Han conseguido recaudar entre impuestos y cotizaciones sociales 41.000 millones más que en el 2021 a 30 de noviembre y, a pesar de todo, han reventado económicamente al país llevándole a una deuda que de nuevo ha superado el 1,503 billones. Además, para no dispararse más en el mes de noviembre, han tirado de chequera del Banco de España, hasta alcanzar los 43.000 millones de euros que dejan bajo mínimos el saldo en dicha institución.
Pero el gran problema no es que se tenga que tirar de chequera o que la deuda vuelva a superar el 1,5 billón de euros, el problema es que, salvo que estés suscrito a las noticias del Banco de España, no te enteras o lo haces de refilón.
El pasado 17 de enero el Banco de España publicó su informe mensual de la situación de la deuda. Lo más llamativo, además de superar el 1,5 billón, es que a la Seguridad Social, que la tenían dopada con transferencias corrientes mensuales para evitar endeudarla más, han decidido no lavarle la cara en noviembre y llevársela a 106.176 millones de deuda, superando por primera vez la cifra de los 100.000 millones.
Para que nos hagamos idea de lo que supone esta cifra de 106.000 millones, habría que sumar el coste de la Sanidad pública a nivel nacional (75.000 millones), las Fuerzas Armadas con todos los militares y todo su armamento (16.000 millones), el Ministerio del Interior con toda la Policía y la Guardia Civil (11.000 millones) y todavía nos sobrarían para “birra y gambas” 4.000 millones de euros.
Esta es la deuda de la Seguridad Social que, gracias a la gestión del ministro Escrivá y de su jefe, se ha incrementado en 79.000 millones de euros (la sanidad y las birras).
Veamos en detalle el estropicio realizado por el líder carismático de Davos:
Podré meterme, y mucho, con el despilfarro de las comunidades autónomas y de la falta de realismo de este país en tener 8.100 municipios, pero al menos tengo que decir que, entre ellos, hay equipos que han aprendido a gestionar sus finanzas y entre los dos han generado un incremento de 4.000 millones. Si además señalamos a los culpables, nos saldrían Cataluña y la Comunidad Valenciana con el gordo de Navidad, con más del 80% de esa deuda.
Los organismos autónomos en este año han conseguido reducir su endeudamiento en casi 2.400 millones, pero entre la Administración Central y la Seguridad Social se marcan un rock de más de 95.000 millones.
La estrella rutilante del firmamento, que no nos guía a Oriente ni a Poniente, está quebrando a nuestro país. Nos está dejando sin capacidad pulmonar para hacer un esfuerzo, pero lo peor está por llegar. La última colocación de Letras del Tesoro a 9 meses se ha hecho ya a un tipo de interés del 2,83%, cuando el 3 de mayo de 2022 se colocaron 3.800 millones de euros al 0,078% y en el 2021 el tipo de interés era negativo.
Al que asienta sus posaderas en la Moncloa se le olvida que este año le toca renegociar 250.000 millones de euros y que va a tener que colocar deuda nueva al menos por la misma cantidad que este año y que antes Lagarde y de Guindos se la llevaban toda al 0% y ahora a mitad de enero ya estamos empezando a pagar casi el 3%, lo que implica que va a tener que pagar casi 10.000 millones más de intereses, si el tipo de interés no sube más.
Pero si el tipo de interés se dispara al 5%, la broma se puede ir a los 16.000 millones más de coste. Como siga así, cuando llegue julio, a su presidencia de honor de la UE lo mismo no quedan ni ratas en la caja del Banco de España.