Sólo el 39% de los franceses confía en el Ejecutivo, que presenta el martes su plan para el fin del confinamiento. El Parlamento votará el paquete de medidas, incluida la más polémica, la app Stop Covid.
Se acabó el buen rollo. Si alguna vez lo hubo. La confianza de los franceses en su Gobierno cae en picado. Siete puntos en una semana, según el último sondeo publicado este domingo (39%). Otras encuestas miden el enfado (45%) o la oposición a la vuelta al cole (63%).
El Ejecutivo ha reaccionado anticipando el anuncio de las condiciones de la salida del confinamiento, prevista para el 11 de mayo. El plan detallado será presentado en la Asamblea Nacional el martes por el primer ministro, Edouard Philippe. El debate concluirá en un voto global. El paquete de disposiciones incluirá la más polémica, la implantación de Stop Covid, una app de seguimiento de los contagios.
El formato elegido, frente al empleado hasta ahora de alocuciones y ruedas de prensa, significa el regreso de la política. La votación es consultiva y la mayoría gubernamental, aplastante. Pero veremos si Francia se encamina hacia una solución de consenso y unidad nacional, como propone el presidente, Emmanuel Macron, o si vuelve el tiroteo político como antes del virus.
Los sondeos
‘Le Journal du Dimanche’ publica cada domingo un barómetro sobre “la confianza en el Gobierno para hacer frente eficazmente al coronavirus” realizado por Ifop. En los días siguientes al confinamiento, 17 de marzo, eran mayoría (55%) los favorables. Luego, todo ha sido rodar y rodar. En Semana Santa tocó fondo (38%). La cuarta alocución de Macron (13 de abril) le dio un balón de oxígeno (46%) que ha durado una semana, 39% hoy.
Los sondeos de Ipsos, más detallados, marcan la misma tendencia. El 39% confía en el presidente Macron; su actuación frente a la crisis satisface al 25% de los franceses y deja insatisfechos al 41%. El Gobierno que se ocupa del día a día sale peor valorado. Sólo el 36% confía en el Gabinete que suspende en la gestión de la crisis según juzga el 58% de los encuestados. Son 12 puntos más que un mes antes.
Las tripas de la encuesta ponen de relieve que “la pandemia acentuaría las líneas de fractura del macronismo anteriores a la crisis”, comentó Matthieu Goar en ‘Le Monde’. Dos tercios de los obreros y de los parados no “tragan” al poder ejecutivo. Lo que se traduce en la oposición de los extremos, Jean Luc Mélenchon en la izquierda y Marine Le Pen en la derecha, cuyos votantes están disconformes en un 75% y 79%, respectivamente.
La respuesta a medidas concretas tiene un sesgo claro. Y preocupante. La mejor acogida es el cierre de fronteras (84%). Apoyo considerable merecen que la mascarilla sea obligatoria (75%) y la “cuarentena obligatoria de todos los infectados en sitios ‘ad hoc’ fuera de su domicilio” (69%). En el lado opuesto, “el uso de los datos de los móviles para controlar los desplazamientos de los ciudadanos” es rechazado por el 41% frente al 37% que está a favor.
La reacción
Así las cosas, el Ejecutivo ha decidido cambiar de táctica. En lugar de presentaciones a los medios, Edouard Philippe se dirigirá a la Asamblea el martes por la tarde. Dos matices significativos. Será una semana antes de lo previsto. Y la cuestión de la app no será objeto de un debate propio. El Ejecutivo jura y perjura que Stop Covid no geolocalizará a los usuarios sino que a traves del Bluetooth avisará a quienes han estado cerca de un portador. El conjunto de disposiciones se votará de una vez, lo que ha enfadado sobremanera a Olivier Faure, líder socialista.
Ir al Parlamento significa que vuelve el debate. La política. La fecha cumple el plazo marcado por Macron. Frente a los intentos de varios ministros de una interpretación flexible, el presidente zanjó: “El 11 de mayo es el 11 de mayo”. Varios medios franceses señalan que la cuestión de los plazos ha generado “tensiones inéditas” entre el presidente y su primer ministro. De hecho, abrir los colegios en esa fecha fue una decisión que Macron adoptó en contra del criterio de su consejo científico. Estos lo recordaban en una comunicado difundido el sábado.
El primer ministro debe precisar las condiciones de esta rentrée. El consejo científico ha hecho públicas sus recomendaciones: máscara obligatoria para alumnos y profesores, almuerzo en el pupitre en lugar de en la cantina, separación de mesas, etc. También propone que la toma de temperatura se haga en casa y descarta que se hagan tests masivos a profesores y alumnos.
El reinicio del curso escolar encuentra una severa resistencia en los poderosos sindicatos de profesores y en la opinión pública. Una encuesta de Odoxa para ‘Le Figaro’, publicada el viernes, mostraba que el 63% de los franceses opina que es una mala decisión frente a un 36%.
Un 63% de los encuestados creen que Macron ha tomado esta decisión por razones económicas para que los padres puedan volver al trabajo. Sólo un 25% le ha “comprado” al presidente la justificación de que se trata de impedir el fracaso escolar de los hijos de los más desfavorecidos.
Las incógnitas
Philippe no fijará todos los detalles sino la doctrina general que deberán ser puesta en marcha por los ayuntamientos. Otras incógnitas esperan respuesta. Las más explosivas son las mascarillas y los tests.
Las mascarillas ha sido un quebradero de cabeza para el Ejecutivo, que sólo las consideraba imprescindibles para los enfermos y sanitarios. Se sospechaba que esa actitud era consecuencia de la falta de mascarillas. Parece que ahora, además de en los colegios, serán obligatorias en el transporte público.
El sábado el ministro de Sanidad, Olivier Vérin, confirmó que el objetivo es pasar de los 50.000 tests diarios que se hacen ahora al doble a partir del 11 de mayo. Todas las personas que presenten síntomas del virus deberán ser testadas, así como quienes hayan tenido algún contacto con el portador. Por el contrario el ministro se opuso a hacer test a todos los trabajadores.
El primer ministro no abordará la reapertura de cafés, bares, restaurantes y hoteles que será decidida a finales de mayo. En cambio, sí marcará las pautas para las reuniones culturales y religiosas. Según el consejo científico asesor los viajes al extranjero “serán fuertemente desaconsejados” durante el primer mes tras el fin de confinamiento.
La epidemia ha provocado en Francia 22.614 muertes, 14.050 en hospitales y 8.546 en residencias de ancianos, según fuentes oficiales. A este balance haría que sumar los fallecidos en su domicilio que en el último mes suman 900 personas aunque, faltos de autopsia, no se pueden atribuir al virus. Con todo, el instituto nacional de estadística constata que entre el 1 de marzo y el 13 de abril han aumentado un 25% con relación al año anterior.