El Gobierno no quiso detallar las cifras en el programa de estabilidad pero la AIReF sí detalla una desviación que, en su mayor parte, responde al desfase que sufrirá el sistema de pensiones.
El sistema de la Seguridad Social sufrirá este año un histórico déficit de, al menos, 38.000 millones. Y en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) la desviación, también en el mejor de los casos, ascenderá a casi 17.000 millones. En total, un desfase de 55.000 millones de euros en los Fondos de la Seguridad Social que revela la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
El Gobierno no quiso concretar estos desoladores datos en la actualización del programa de estabilidad, algo totalmente inusual y que desde el Ejecutivo justifican señalando las notables incertidumbres que entraña el actual contexto. Sin embargo, Hacienda sí ofreció una previsión de déficit del 10,3% para el presente año, dato que exige a su vez conocer las desviaciones de los diferentes sectores de la Administración y, por lo tanto, de la Seguridad Social.
Pero el organismo dirigido por Cristina Herrero, en el examen que ha realizado al documento remitido a Bruselas, no sólo corrige muchas de las estimaciones del Ejecutivo sino que cifra el abultado desfase que registrará la Seguridad Social. En el escenario uno, el más “benigno”, los números son los anteriormente apuntados, mientras que en el escenario dos, que simula una evolución más adversa de la epidemia del coronavirus, las cifras se disparan incluso más. El déficit conjunto de los Fondos de la Seguridad Social llega al 6,1% del Producto Interior Bruto (PIB), esto es, en torno a 68.000 millones de euros. Más de 43.000 de ellos corresponderían al propio sistema de la Seguridad Social y los casi 25.000 restantes, al SEPE.
“Los Fondos de Seguridad Social (FSS) aumentan en 2020 su déficit hasta un rango entre el 5,0% y el 6,1% del PIB según el escenario que se materialice. La crisis del Covid-19 ha afectado por partida doble a los FSS. Por un lado, las medidas tomadas para paliar la crisis y por el otro, el empeoramiento de la situación macroeconómica, y más en concreto, del empleo, causan un aumento de los gastos por prestaciones en efectivo y por el lado de los ingresos, una disminución de cotizaciones sociales”, concreta la AIReF.
Y es que el sistema de la Seguridad Social debe soportar medidas como las ayudas a los autónomos y la exoneración de cotizaciones en los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) aprobados por el Gobierno, que se sumarán al desplome de cotizaciones como consecuencia de la crisis y, por supuesto, al creciente e imparable gasto en pensiones. Todo ello hará que la desviación pase del ya importante 1,5% del PIB que la Autoridad Fiscal estimaba antes de la pandemia, al entre 3,6% y 4,8% actualizado, y sin contar todavía los posibles esfuerzos que requiera la renta mínima del ministro Escrivá ya que, como criticó Herrero, “sorprendentemente” el Gobierno no incluyó esta medida en la documentación remitida a Europa.
El SEPE, por su parte, pasará de la estimación de superávit del 0,1% a un déficit de, al menos, un 1,5%. Los motivos: el abono de las prestaciones ligadas que reciben los trabajadores en situación de ERTE y también las de aquellos que se vayan al desempleo. Según los datos del propio Gobierno, hasta cuatro millones de personas se verán abocadas en algún momento de este año a un expediente de regulación y otras 900.000 se irán al paro.
