El pago de 30 millones de prestaciones dispara un 150% los CDS de España

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El PSOE comienza a poner el país otra vez al borde del abismo, como ya hizo en 2012: El CDS a 10 años toca máximos desde diciembre de 2013. Ni siquiera el indicador de Italia se ha visto tan afectado.

Los inversores se arman con instrumentos que les permiten protegerse de los países que se vuelven locos con el gasto público. El estallido de la crisis económica provocada por el Gran Confinamiento para reducir el efecto del Covid-19 ha dado alas a un viejo conocido: los credit default swaps (CDS), derivados de crédito para cubrir el riesgo de impago de la deuda. Los del bono español a 10 años se disparan un 150% desde los mínimos de febrero, antes de que se decretara el estado de alarma.

Ayer, tras marcar máximos desde diciembre de 2013 el pasado 18 de marzo, concluyó en los 156 puntos básicos. Para asegurar 10 millones de euros en bonos se necesitan 156.000 euros. Una parte de los inversores usa este producto para intentar ponerse a buen recaudo de la locura económica de los ultracomunistas que dirigen el país hacia la ruina.

En teoría, estos derivados se diseñaron para cubrir el potencial impago de bonos de todo tipo. Si una empresa, un banco o un país no puede pagar, el comprador recibirá del vendedor el importe que se le adeuda.

Pero se han utilizado, y vuelven de nuevo a emplearse, para señalar los que están cometiendo auténticas barbaridades económicas. “Son una fórmula para intentar influir en los precios de los bonos soberanos y avisar a los gobiernos, ya que su liquidez es muy inferior”, señala el responsable de deuda pública de un gran banco. La compra de un CDS en descubierto –sin disponer del bono– no está prohibida y supone apostar a que subirá el tipo de interés de esa deuda. Los hedge funds son los grandes compradores de los CDS en momentos de tensión. A finales de 2011, tenían comprados más de 300.000 millones de dólares en términos netos.

El tamaño del mercado mundial de CDS se ha desplomado desde los 61,2 billones de dólares de 2007 hasta los 10 billones, según los últimos datos del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés). Una muestra de su reducido tamaño es que solo la deuda pública española supera los 1,2 billones de euros (unos 1,3 billones de dólares).

Perturbaciones

El bono a 10 años, el activo subyacente, también ha sufrido perturbaciones, pero en grado inferior gracias a la línea roja del BCE. La subida es ‘solo’ del 30%: ha pasado de los 0,63 puntos porcentuales del 13 de marzo a los 0,82% de ayer. La prima de riesgo, por su parte, se sitúa en 137 puntos básicos, por encima del propio CDS. Esto revela que el gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ya está provocando sudores fríos en los inversores.

Italia también se ha visto muy atacada. Pero no tanto. El CDS sobre su deuda a 10 años ha pasado de los 143 puntos básicos a los 264 de ayer. La subida es del 85%. El país es uno de los que más sufrirá en términos económicos del Viejo Continente junto con España. El sur de Europa siempre sufre más las embestidas de los inversores. Los CDS de Portugal y Grecia se han disparado un 160% y un 80%, respectivamente. Mientras, los de Francia, Alemania y EE UU están más tranquilos. Han subido entre el 13% y el 56%.

La mala noticia es que, pese a que su liquidez es muy inferior, el mercado de los CDS suele ser la referencia que mira el de bonos para fijar los precios. En la Gran Crisis Financiera el CDS sobre el bono español a 10 años rozó los 600 puntos básicos el 24 de julio de 2012. Fue dos días antes de que Draghi interviniera en julio de 2012 solo con su voz. Una posibilidad para dar liquidez al mercado es que el BCE venda CDS.

Los indicadores de riesgo de los grandes bancos españoles no se han visto tan afectados como los del propio país. A cinco años, blindarse ante el riesgo de impago de la deuda Santander es de 68 puntos básicos, y de 80 en la de BBVA. El derivado para cubrir el bono español a un lustro cerró, entretanto, a 122 puntos.

Opacidad no tan elevada

Con todo, el BIS asegura que la opacidad del mercado de CDS no es tan elevada como hace 12 años. Más del 50% se liquida ahora a través de cámaras de contrapartida central (CCP, por sus siglas en inglés), frente al 17% de mediados de 2011. Esto reduce el riesgo de que el vendedor sea incapaz de afrontar los pagos. Además, un reciente informe de la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA), el organismo que regula estos derivados, asegura que los CDS sobre deuda española, pese a todo, se sitúan entre los 28 más negociados de todo el planeta.

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