Un informe interno apunta que no habrá vacunas en breve, que se esperan dos rebrotes este año y que serán claves aplicaciones para los teléfonos móviles para frenar la expansión.
El Ejército ya trabaja para hacer frente a una segunda oleada de coronavirus que sitúa a finales del próximo otoño. Los militares pusieron en marcha el mayor movimiento uniformado de la democracia en la denominada operación Balmis para actuar contra la pandemia.
Semana a semana, la proyección operativa de Balmis ha ido reduciéndose en tanto en cuanto en la geografía española el efecto del virus era controlado. Ahora son apenas 1.500 los militares que diariamente realizan actuaciones, además de los integrados en toda la plantilla sanitaria que suman más de 3.000 efectivos.
Pero los militares ya están poniendo sobre la mesa el análisis del día a día de sus actuaciones y de cómo se debe mejorar para cuando se pueda producir una situación similar a la que vivimos.
Se trata de planes de mejora sobre la experiencia adquirida en el día a día. Porque lo que tienen claro los estudiosos de la sanidad militar es que en otoño habrá un repunte y que no será el último, porque entienden que en diciembre se podría producir un nuevo pico de incidencia.
De hecho, estas opiniones sanitarias están recogidas en un “informe cualitativo de predicción de la epidemia a largo plano” del Ejército de Tierra. En dicho informe advierte que ninguna vacuna “ofrecerá un 100% de protección” y que “ninguna vacuna que haya seguido los protocolos occidentales de ensayos clínicos podrá estar lista hasta enero-febrero de 2021”, apunta el informe.
“Nunca habrá un 100% de inmunidad adquirida”, explica la nota adelantada por Abc. Los militares son tajantes: “Habrá dos oleadas más de epidemia. En verano descenderá el número de contagios. El calor ralentizará la expansión pero no la detendrá por completo. Habrá una segunda oleada a final del próximo otoño. Posiblemente eso mismo se repita en el invierno siguiente”.
Consideran clave el estudio de seroprevalencia que se está realizando en toda España “para conocer qué fuerza tendrá la segunda oleada, en el sentido de tener la información sobre cuánta gente queda infectada”.
“Si no hay muchos contagiados, la segunda ola no será tan extensa y letal como la primera, porque enseguida se tomarán medidas de confinamiento fuertes y habrán mejorado los medios y tratamiento”. Las estimaciones del Ejército es que se tardará “entre un año y año y medio en volver a la normalidad“. “El problema no es tanto el número de casos severos o muertes, sino que se acumulen todos a la vez de nuevo y colapsen los servicios sanitarios. El aislamiento no ayuda a detener la expansión pero sí la ralentiza”, añade el escrito del Ejército.
“La idea fundamental es que se debe vigilar y estar preparados para la siguiente ola”. Y para ello, los militares consideran “extremadamente importante disponer de una aplicación de teléfono móvil de control de contactos para las próximas oleadas. Las medidas de confinamiento ayudan a quitar fuerza a la epidemia pero no van a terminar con ella. El mayor peligro en el futuro serán las aglomeraciones”, concluye el informe.