La demanda de petróleo podría haber tocado techo en los 100 mbd. Se preveía que el peak oil demand llegase en el año 2030.
Bernard Looney, nuevo presidente ejecutivo de BP, cree que el impacto del coronavirus en el consumo de crudo probablemente ha llegado para quedarse, e incluso podría haber dado paso a la temida llegada del peak oil demand o “pico de la demanda de petróleo“.
Bernard Looney, que ha asumido el mayor puesto de responsabilidad en la energética del Reino Unido en febrero, ha asegurado al Financial Times que la crisis del Covid-19 “se suma a los desafíos del petróleo en los años que vienen”, ya que las prohibiciones sobre los viajes y los bloqueos reducen el consumo un tercio de los niveles anteriores a la crisis, que se encontraba aproximadamente en los 100 millones de barriles por día (mbd).
Esta opinión desde dentro del propio sector llega un día después de que Goldman Sachs adviertiese de que la demanda de combustible para aviones podría no recuperarse nunca.
“Esto no va a hacer que el petróleo tenga más demanda. Es más probable que tenga menos demanda”, explicaba Looney, señalando que el uso de tecnología que permite el trabajo remoto, reduciendo la necesidad de viajar, podría persistir.
“No creo que sepamos cómo se desarrollará esto. Ciertamente no lo sé “, reconocía. “¿Podría ser el pico del petróleo? Posiblemente. Posiblemente. No lo descartaría”.
‘Peak oil’ y ‘peak oil demand’
El peak oil demand es diferente al célebre peak oil del que se hablara hace décadas (antes de la revolución del fracking). El peak oil se refería al punto en el que no se iba a poder crecer más la producción de petróleo en el mundo por la escasez de esta materia prima. El peak oil demand es el punto en el que la demanda de crudo toca techo, desplazada por otras energías menos contaminentes.
La industria petrolera está analizando que parte de la caída de la demanda provocada por el coronavirus puede terminar siendo permanente. BP señalaba el año pasado que esperaba que el consumo creciera en la próxima década antes de estabilizarse en la década de 2030. Pero estos cálculos podrían estar ya obsoletos ante la pandemia del coronavirus.
BP, que obtiene la mayor parte de sus ingresos del petróleo, ha presentado una caída del 66% de su beneficio en el primer trimestre. BP ha emitido miles de millones de dólares en deuda, recortado el gasto y retrasado las aprobaciones de proyectos para preservar el pago de dividendos, que los analistas creen que se han vuelto insostenibles.
La pandemia del coronavirus ha obligado de forma literal a los países a cerrar efectivamente sus economía (generando una recesión sin precedentes), y muchos gobiernos han impuesto restricciones estrictas a la vida cotidiana de miles de millones de personas. El director de la Agencia Internacional de la Energía llegó a hablar de más de 3.000 millones de personas ‘encerradas’, que obviamente no podían consumir los derivados del petróleo para el transporte.
La crisis de salud pública ha llevado a un choque extremo de la demanda en los mercados de energía, con los viajes mundiales casi paralizados.
“Hasta ahora, tendemos a pensar que cuando vemos una normalización a nivel mundial, se recuperará la demanda de ocio. La parte que no creo que recuperes es lo que estamos haciendo ahora”, explicaba el director de materias primas de Goldman Sachs durante una videollamada con periodistas el jueves.
“Creo que va a perder una buena parte de la demanda del combustible para avión que se hubiera asociado con los viajes de negocios. Nuestro caso base es que pierdes alrededor de 2 a 3 millones de barriles por día”, agregó.