El coronavirus ha planteado una encrucijada irresoluble a todos los gobiernos: priorizar la sanidad en detrimento de la economía, o priorizar la economía minimizando el impacto sanitario.
La mayoría de países escogió la primera vía. Confinamientos estrictos, cierres de la actividad económica, suspensión de la vida social. Sólo unos pocos optaron por la segunda. Suecia fue uno de ellos.
¿Qué tal le ha salido?
Cae el consumo. A nivel sanitario tratamos la cuestión aquí. Por lo que quedaba por resolver la otra pata de su planteamiento: la económica. Los primeros datos no son muy halagüeños. Un estudio (PDF) elaborado por un grupo de investigadores de la Universidad de Copenhague ilustra cómo los niveles de consumo en Dinamarca y Suecia, con estrategias tan distintas, se han desplomado a un nivel similar.
En cifras. El trabajo se vale de los datos facilitados por uno de los principales bancos escandinavos, Danske Bank, para estimar hasta qué punto se han hundido las transacciones en ambos países. Resultado: un desplome generalizado del 25% en Suecia desde que el gobierno danés declarara el confinamiento; y un 29% en Dinamarca durante el mismo periodo de tiempo. Una diferencia pequeña.
Lectura. Y muy significativa. Porque las políticas de uno y otro gobierno han sido muy dierentes. Suecia recomendó a sus ciudadanos salir menos a la calle y evitar las aglomeraciones, pero permitió que escuelas, universidades, destinos turísticos, restaurantes y pequeños comercios siguieran operando. Manteniendo una serie de precauciones, pero abiertos. Dinamarca cerró la mayor parte del país el 18 de marzo.
Pese a tan agudo contraste, el comportamiento del consumidor fue similar.
¿Qué significa? Que el impacto epidémico del coronavirus trasciende a los confinamientos. Otro ejemplo: las previsiones de (de)crecimiento económico de la Comisión Europea para lo que resta de año igualan la caída de PIB sueco a la del danés. Ambos países perderán en torno al 6% de su riqueza este año. Similares porcentajes a los de Alemania o Chequia, más celosas en su confinamiento y distancia social que Suecia.
Es decir, la economía sueca se va a resentir como las de su entorno. Pero a un mayor coste sanitario.
El impacto. El número de muertes por millón de habitantes habla por sí mismo: Suecia suma más de 3.400 fallecidos (343/millón), frente a los 533 de Dinamarca (92/millón), unas cuatro veces menos. Noruega y Finlandia, cuyas estrategias ha estado mucho más próximas a la de Dinamarca, han capeado el temporal de forma aún más impresionante: 229 muertos (42/millón) y 284 (51/millón) respectivamente.
De hecho, mientras los otros tres países escandinavos han logrado aplanar la curva, el número de casos diarios en Suecia no está descendiendo de forma tan nítida. Su coste humanitario, por el momento, es mayor.