El colapso del turismo amenaza con ‘arruinar’ la balanza de pagos de España

Madrid vacío COVID-19

El desplome de los ingresos turísticos puede dañar el saldo exterior. España ingresó 71.000 millones por ingresos turísticos externos en 2019. España ya presentó grandes déficits por cuenta corriente antes de 2008.

El turismo es uno de los sectores más importantes de la economía española y, quizá, uno de los más golpeados por la crisis del coronavirus. Este sector emplea a unos 3 millones de trabajadores de forma directa e indirecta y además es la principal ‘exportación’ de España. Los ingresos por turismo exterior han permitido al país mantener un saldo por cuenta corriente positivo en los últimos ocho años, reduciendo así el endeudamiento exterior neto de España. Sin turismo, España corre el riesgo de recaer en los déficits por cuenta corriente que tantos quebraderos de cabeza trajeron durante la anterior crisis. Estos déficits hacen que la economía sea mucho más dependiente de la financiación exterior y generan grandes vulnerabilidades, sobre todo cuando los mercados de capitales se tensionan y los agentes externos cierran el grifo.

Los primeros datos son preocupantes. La balanza por cuenta corriente (grosso modo: exportaciones menos importaciones de bienes y servicios) de marzo ha arrojado el primer déficit para ese mes desde 2012 ante el desplome de los ingresos turísticos. Pero lo peor aún puede estar por llegar, puesto que las medidas más restrictivas se han aplicado durante abril y mayo, lo que habría reducido los ingresos por turismo del exterior prácticamente a cero. Si en verano no se recupera gran parte de la afluencia de extranjeros a nuestro país, España parece condenada a registrar el primer déficit externo (cuenta corriente más cuenta de capital) anual desde 2011. España ha registrado ocho superávits externos consecutivos tras años de esfuerzos (devaluación interna incluida) que han permitido reducir al país el saldo deudor de la posición internacional neta o PIIN (los españoles debemos al mundo mucho más de lo que nos deben a nosotros) aunque sigue siendo excesivamente alto. Cuanto más elevado es este saldo deudor, más vulnerable se vuelve una economía a los shocks financieros y económicos globales.

España ingresos por turismo

Por ello, algo que suena tan aburrido resulta tan importante para la economía española. España había conseguido reducir este saldo deudor desde el 97% del PIB de 2014 hasta el 74% del PIB publicado el último trimestre de 2019, un nivel que ya comenzaba a ser manejable (Alemania, por ejemplo, presenta una posición acreedora que supera el 70% de su PIB).

Pero sin los ingresos del turismo todo está en el aire. Según los últimos datos publicados en la balanza de pagos del Banco de España, en 2019 los ingresos por turismo en España ascendieron a 71.203 millones de euros, alrededor del 7% del PIB. En marzo de este año, los ingresos turísticos del exterior se han desplomado hasta los 1.681 millones de euros, frente a los 4.500 millones del mes de marzo anterior. Sin embargo, la gran prueba llega con el verano. De los 70.000 millones de euros que ingresa España en la balanza de servicios turísticos, 40.000 millones llegan entre los meses de abril y octubre. Obviamente, a estos ingresos hay que restarle lo que los españoles gastamos en servicios turísticos en el exterior, pero aún así el saldo sigue siendo abrumadoramente positivo (unos 46.000 millones de euros a favor).

El propio Banco de España ha recordado en un informe publicado este martes que “las perspectivas sobre la evolución del saldo exterior de la economía se han visto alteradas bruscamente como consecuencia de la crisis sanitaria del Covid-19, y existe una gran incertidumbre en el futuro próximo acerca de la magnitud (e incluso del signo) de sus efectos sobre dicho saldo, en un contexto de drástica reducción de los intercambios exteriores de bienes y servicios. Por el momento, la información de Balanza de Pagos relativa a marzo ha arrojado una necesidad de financiación, por primera vez en ese mes desde 2012, que ha venido asociada a la fuerte caída de los ingresos por turismo a que han dado lugar las medidas de restricción a la movilidad adoptadas tanto en España como en los países de origen”, advierte el instituto monetario.

España saldo por cuenta corriente

España ha acumulado una posición deudora con el resto del mundo excesivamente elevada, que se hinchó sobremanera durante los años de la burbuja inmobiliaria, cuando el déficit externo (cuenta corriente + cuenta de capital) estuvo cerca de alcanzar el 10% del PIB en 2007. Durante los años del ‘boom’ económico los españoles (familias, empresas y administraciones públicas) consumieron mucho más de lo que se producía en el país y ese consumo/inversión extra se compensaba con importaciones y se financiaba incrementando la deuda con el extranjero. Tras la crisis, la tendencia se revirtió pero no lo suficiente para reducir con fuerza esa posición deudora neta o PIIN. Ahora, un nuevo cambio de tendencia puede suponer una grave amenaza para la economía española.

La Posición de Inversión Internacional

La PIIN o Posición de Inversión Internacional Neta es una variable de stock que mide la diferencia entre los activos extranjeros en manos de españoles y los activos españoles en manos de extranjeros, es decir, muestra la posición financiera neta de un país respecto al resto del mundo. La reducción de la PIIN es el resultado de los últimos movimientos del saldo de la cuenta corriente (variable de flujo). Los países con grandes superávits como Alemania, Países Bajos o Dinamarca tienen unas posiciones acreedoras grandes, mientras que los países como Grecia o España presentan grandes saldos deudores que ahora podrían retomar la peligrosa senda del crecimiento.

“En el caso concreto del turismo receptor, la evolución futura está enormemente condicionada por el ritmo de eliminación de las restricciones a la movilidad, que, a su vez, depende tanto de la evolución de la pandemia como de la percepción de riesgo, lo que podría llevar a la adopción de medidas de distanciamiento social voluntario por parte de los potenciales turistas”, alertan desde el Banco de España. El saldo exterior de España está en el aire y con él la resistencia de la economía a los shocks financieros futuros.

El Economista