Navarra y País Vasco acusan la ruptura de cadenas de suministro. La crisis rompe con el ascenso del indicador del 3,2% en 2019. Advierten de la “atonía” de Cataluña por los conflictos políticos.
La pandemia no impactará ni mucho menos de igual manera en todas la regiones de España, y se espera que por la naturaleza de la crisis económica que atraviesa nuestro país las comunidades autónomas con mayor peso del turismo en sus economías sean las más afectadas. Así se advierte al menos en el Informe de la Competitividad Regional en España 2020 publicado este jueves por el Consejo General de Economistas de España, donde una primera proyección del impacto sobre diecisiete indicadores que marcan el dinamismo de la región se aprecia cómo la crisis del covid se podría llevar por delante la competitividad de Baleares, Cataluña y Canarias, que serán las tres regiones que más perderán de todo el territorio con un impacto severo.
Las tres regiones con mayor impacto para su competitividad, según el Consejo de Economistas, parecen tocadas por el desplome de la actividad vinculada con el turismo y la hostelería. Pero el informe también sitúa en un elevado nivel de pérdida de competitividad a regiones como Navarra y País Vasco, comunidades autónomas donde es el factor industrial y manufacturero el que pesa más en la pérdida de competitividad por las rupturas en las cadenas de suministros provocadas por la pandemia. Si bien recuerdan los economistas que se trata de indicadores que podrían variar en función de la evolución de la crisis y la conjunción de la evolución de los diferentes indicadores.
De este modo, en esta edición del informe se ha considerado oportuno llevar a cabo una primera aproximación al impacto que la pandemia puede tener en los niveles de competitividad regional ya que la crisis provocada por el confinamiento “presenta rasgos distintivos importantes respecto a otras anteriores, que van desde el origen (una emergencia sanitaria sin precedentes), a su carácter global (superior al de la Gran Recesión), pasando por su incidencia sectorial asimétrica (no afecta a todos los sectores por igual) o por el histórico desplome de la actividad económica”. Los niveles de ocupación o desempleo, las previsiones de crecimiento, la estructura productiva, las cifras de trabajadores en Erte o los indicadores sanitarios de seguimiento de la pandemia son algunas de las variables que han sido utilizadas.
En este sentido, Galicia, Región de Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Cantabria y Andalucía formarían el grupo de comunidades autónomos en las que, aun siendo afectadas negativamente por la pandemia, el impacto final sería relativamente menor. Y finalmente, las CCAA con una incidencia intermedia serían La Rioja, Comunidad de Madrid, Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Principado de Asturias.
Se rompe la senda ascendente
Sin embargo, la pandemia ha supuesto en esta dimensión económica de las comunidades autónomas una ruptura de una senda ascendente que ha jalonado los últimos años, así como en la mayoría de indicadores macroeconómicos. En este sentido, la competitividad estructural de las regiones aumentó en promedio un 3,2% en 2019, en sintonía con la desaceleración generalizada que muestran los datos de la Contabilidad Regional de España. No obstante, este crecimiento agregado de la competitividad se sitúa por encima de la variación media del periodo 2008-2019, aunque por debajo de la alcanzada en la etapa de recuperación y dos puntos menor a la de 2018″. En este punto, añade que “El indicador aumentó en 12 de las 17 CCAA, descendiendo su valor solo en Aragón y Principado de Asturias y no mostrando cambios significativos en tres regiones”, apunta el informe.
Respecto al comportamiento de las comunidades autónomas, el coordinador del informe, Patricio Rosas Martínez Rosas, destaca que “se han producido algunos cambios en la composición de los grupos competitivos, intercambiando Aragón y La Rioja sus posiciones y perdiendo Principado de Asturias un nivel”. A pesar de ello, “Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco continúan siendo las CCAA más competitivas, mientras Extremadura, Andalucía y Canarias siguen ocupando los tres últimos lugares del ranking”.
Igualmente, advierte el documento que, tal como se apuntaba en la anterior edición, se confirma la atonía competitiva de Cataluña, frente al leve y moderado dinamismo, respectivamente, de Comunidad de Madrid y País Vasco, y el intenso crecimiento de Comunidad Foral de Navarra. En el caso de Cataluña, la crisis institucional vivida a finales del año pasado ha incidido negativamente en varios indicadores o ha frenado su mejoría en otros. Como resultado, el indicador de competitividad de esta comunidad apenas varía respecto al obtenido en 2018, evidenciando un cierto estancamiento.
Cataluña concentra el 26% de trabajadores en Erte tras las últimas medidas
El 26% de los trabajadores acogidos a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a cierre noviembre estaba en Cataluña, donde han repuntado el número de expedientes tras las últimas restricciones aplicadas en la segunda ola de la pandemia.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, a cierre de noviembre 196.359 trabajadores en Cataluña estaban en un ERTE, de un total de 746.900 en toda España, es decir, uno de cada cuatro.
A cierre de septiembre, representaban el 20% lo que refleja el repunte experimentado en esta comunidad, que desde mediados de octubre endureció las medidas, con el cierre de bares y restaurantes, para intentar frenar el incremento de contagios de la covid-19.
En ese periodo, del cierre de septiembre al cierre de noviembre, el número de trabajadores en un ERTE en Cataluña se ha incrementado en unos 50.000, según los datos provisionales de la Seguridad Social que ha actualizado la serie de afectados por un ERTE desde abril pero aún no ha desglosado el detalle completo por regiones.
En una nota, el Gobierno avanzaba que el número de afectados por ERTE habría subido entre septiembre y noviembre en doce comunidades, mientras que cinco (Baleares, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura y Madrid) lo habrían reducido.
No obstante, Madrid sigue como la segunda región con más trabajadores en ERTE con 131.757, el 17,6% del total; seguida de Andalucía con 90.153 trabajadores, el 12% del total, con especial relevancia de Sevilla, Málaga y Granada, donde también se aplicaron fuertes medidas de restricción.<
Por detrás, Canarias, con 83.951, el 11,2 % del total, y Baleares, con 30.962, el 4,1 %, comunidades con un peso determinante del turismo.
Al detalle en la evolución por tipo de ERTE, la estadística también refleja cómo Cataluña ha aglutinado estos dos meses gran parte de las nuevas modalidades de expedientes que entraron en vigor el 1 de octubre.
Así, del total de 420.604 trabajadores acogidos a los nuevos ERTE, 127.225, el 30%, estaban en Cataluña a cierre de noviembre. Por detrás, Canarias, con el 15% de los afectados, y Madrid, con el 14,5%.
Estos nuevos esquemas, con exoneraciones especiales para sectores más dañados y cobertura para aquellas empresas afectadas por las restricciones administrativas, se distribuían a cierre de noviembre entre 218.380 personas en la opción de más protección, 79.232 en ERTE de impedimento y 117.064 en ERTE de limitación.
Por regiones, el porcentaje de Cataluña es mayor en los ERTE de impedimento y de limitación donde aglutina el 56% y el 37% respectivamente de los trabajadores acogidos a estas modalidades a 30 de noviembre.
También se notan las diferencias geográficas de esta segunda ola en las prestaciones de autónomos, donde Cataluña supone el 19%, seguida de Andalucía, con el 17%.